DEPORTES

PUMAS, CAMPEÓN DEL FÚTBOL MEXICANO

  • Una final auriazul

Por Edgar Contreras

México, 13/06/04 (AUNAM); Después de 13 años, los Pumas de la UNAM levantaron nuevamente el trofeo de campeón del fútbol mexicano, luego de derrotar en penalties a Guadalajara por marcador de cinco goles contra cuatro, en la final celebrada en el estadio Olímpico México’68.

Pumas terminó invicto en todos sus partidos de liguilla con tres victorias y tres empates. Esta fue la primera final para la mayoría de los jugadores que militan en Pumas, también lo fue para Hugo Sánchez como director técnico. El partido de ida, en el estadio Jalisco, había dejado un amargo sabor de boca, luego del empate que consiguió Guadalajara en los últimos minutos debido a un error arbitral. Quien ganase el juego de vuelta, sería el nuevo campeón del fútbol mexicano.

Los 65 mil asistentes al encuentro llenaron el estadio México ’68. Desde que ingresaron los primeros aficionados, a las 8:30 de la mañana, esto fue una fiesta. Los aficionados de la parte central, cabecera sur, planta baja, palcos, de todos lados, gritaban “goyas”. El 80 por ciento de los asistentes eran auriazules y festejaban el regreso de  Pumas a una final. Desde el medio campo, Goyo, la mascota puma, organizaba la porra para el equipo, mientras la botarga de Shrek se paseaba por el estadio con una bandera de Pumas amarrada a la espalda.

Treinta minutos antes del inicio del partido una manta con el símbolo puma fue ondeada en el campo de juego. Los jugadores de Guadalajara ingresaron al terreno de juego para realizar ejercicios de calentamiento y escucharon el primer abucheo colectivo de la tarde.

Al mediodía se entonó el himno nacional y, posteriormente, el himno universitario, el cual fue entonado por la afición con más fervor: “por su azul y oro luchemos sin cesar, cubriendo así de gloria tu nombre inmortal. México, Pumas, Universidad…”

El gol, gran ausente en el México ‘68

Cuando inició el partido, un “goya” general resonó en C.U. Los Pumas tuvieron la primera ocasión de gol al primer minuto de juego, mediante un centro de Lozano para Marioni, cuyo remate de cabeza fue atajado por Oswaldo Sánchez. La respuesta de Guadalajara se dio por conducto de Alberto Medina, quien a los 16 minutos disparó de media distancia al poste derecho de la portería felina y cuatro minutos después ingresó al área por la izquierda y su tiro fue desviado por Sergio Bernal. Era un partido tan atractivo, que nadie pensó que pudiera terminar sin goles. El árbitro Gilberto Alcalá dio el silbatazo que concluía el primer tiempo.

La parte complementaria fue más tensa. Los jugadores de Guadalajara casi no atacaron, pero cada vez que llegaban al área rival se sentía peligro. Al minuto 37, Leandro Augusto disparó desde la media luna, pero Oswaldo Sánchez rechazó el tiro, como también lo hizo con las llegadas posteriores de Jaime Lozano. Terminaron los 90 minutos del juego; habría tiempo extra.

Agónicos tiempos extra

En el tiempo extra podría haber gol de plata, el equipo que primero anotara obligaba al rival a empatar en ese mismo tiempo para forzar a la prórroga. En el primer tiempo extra, Pumas desbordó en varias ocasiones pero los centros fueron imprecisos. La llegada más peligrosa de Chivas ocurrió al minuto 14, con un tiro de Omar Bravo desde la media luna que Sergio Bernal atajó.

En el segundo tiempo extra, “Kikín” Fonseca disparó fuera del área y el balón pasó cerca de la portería de Oswaldo; el grito de gol quedó obstruido en la garganta de los aficionados, cuerpo técnico y jugadores de Pumas. Guadalajara tuvo las llegadas más peligrosas: faltaban dos minutos para forzar al desempate por penalties y Rafael Medina no remató un centro de Francisco Palencia, quien había desbordado por la banda derecha. Un minuto después, Medina disparó de pierna derecha y los reflejos de Bernal le ayudaron a rechazar el esférico. El campeonato se decidiría en tiros penales.

Desde los 9.15 metros

Nadie pensó en no festejar ningún gol durante 120 minutos y celebrar tantos durante cuatro minutos. Los encargados de ejecutar los penalties fueron: Jaime Lozano, Joaquín del Olmo, Joaquín Beltrán, Francisco Fonseca y Ailton da Silva por Universidad; por Guadalajara tirarían Adolfo Bautista, Manuel Sol, Francisco Palencia, Omar Bravo y Rafael Medina. Los Pumas estaban abrazados e hincados en la media cancha, las Chivas estaban de pie.

Cada tiro de Pumas el público apoyaba con fervor. En cada disparo de Guadalajara los silbidos ensordecían a cualquiera. Los primeros seis penalties fueron ejecutados correctamente. Después de cada tiro la tensión aumentaba. Francisco “Kikín” Fonseca disparó al centro de la portería de Oswaldo y anotó, fue tal su euforia que le gritó “¡gooooool!” al guardameta de Chivas mientras este último estaba en el suelo. Omar Bravo también anotó y se llevó las manos a los oídos para escuchar a la afición de Universidad, que había callado luego del tiro.

El último penal de la UNAM fue anotado por Ailton da Silva. Rafael Medina, mediocampista de chivas, tenía que anotar para forzar a la muerte súbita. No obstante, Medina voló su disparo y con éste las aspiraciones de su equipo. Pumas se convirtió en el campeón del torneo de Clausura 2004 del fútbol mexicano. El cuarto título de liga para la Universidad.

Las lágrimas de la victoria

“Parejita”, Leandro, “Kikín”, Galindo, Serrato, Marioni, Toledo, Palacios, Rangel. Todos abrazados en círculo. “Somos campeones”. “¡Muy bien, cabrones!”. Los jugadores se abrazaban en ternas como representando el símbolo del escudo puma.

En el sonido local el puma rugía. Aarón Padilla abrazó a Fonseca y a José Luis López. Marioni lloraba, estaba incontenible. Sólo se escuchaban gritos; euforia total en el primer campeonato de los jugadores de Pumas. Sólo Sergio Bernal sobrevivía de aquél campeón de la temporada 90-91. “Olé, olé olé…campeón, campeón”, todos cantaban. La fiesta se consumó. “Parejita” López se dirigió a la tribuna para impulsar un “goya”.

“Nos lo merecíamos nosotros y la afición. Valió la pena arriesgar todo. Este triunfo se lo dedico a mi familia y a mi hermano Enrique (a quien le decían “Kikín” y falleció), es para ellos”, declaró Francisco Fonseca mientras abrazaba a Marioni.

En el sonido local se escuchó el “we are the champions”. “¡Vamos, vamos! gritó un Marioni afónico, quien dijo: “Nunca creí conseguir el título de goleador y el campeonato. Esto es indescriptible. Hace un mes y medio que juego infiltrado todos los partidos. Hoy, participé desgarrado, me dolía mucho, pero quería aportar, ayudar a todos mis compañeros”.

Hugo Sánchez, bañado en lágrimas sólo atinó a decir “¡Vamos gente, vamos gente!”, mientras levantaba sus manos saboreando las mieles del título de campeón. Para él, habían pasado 23 años desde que levantó el trofeo como campeón con Pumas. “Pumas jugó inteligente. Cumplimos”, dijo el pentapichichi.

“Hemos trabajado fuerte. Un justo premio al esfuerzo. Sólo pensé en anotar el penal y afortunadamente ayudé al equipo”, expresó el capitán del equipo Joaquín Beltrán.

“Dale Campeón, dale campeón”, cantaba toda la tribuna. A las 15:10 horas se entonó el himno deportivo universitario. El club Universidad Nacional, que cumplió 50 años, festejó con el título. Cada jugador recibió su medalla. Diez minutos después, Joaquín Beltrán levantó el trofeo, los jugadores dieron la vuelta olímpica, besaron el trofeo y lo mostraron a la afición. “Este título es el comienzo”, afirmó Israel Castro.

Gerardo “Jerry” Galindo reconoció el trabajo conjunto de la directiva, cuerpo técnico, afición, jugadores. Él es uno de los jugadores del equipo que proviene de fuerzas básicas. “Pumas volvió a trabajar con jóvenes y regresó a su esencia”, dijo mientras cargaba a su hija.

Cuando Arturo Elías Ayub, presidente del patronato, llegó a Pumas, se comprometió a revitalizar la cantera, llenar de familias el estadio, sanar las finanzas y lograr el título. Hoy, ha cumplido y su primer objetivo consiste en conseguir el bicampeonato.

Los jugadores de Universidad festejaron en el Ángel de la independencia, al estilo de los clubes de Europa. Pumas consiguió el título de campeón. Los “goyas” regresaron al primer plano del protagonismo en México, porque Pumas es el campeón del fútbol mexicano. “Universitarios, icemos siempre airosos, el pendón victorioso, de la Universidad. Por su azul y oro, luchemos sin cesar, cubriendo así de gloria su nombre inmortal. México, Pumas, Universidad…”

 

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