ENTREGA Y SACRIFICIO,
LOS PRECEPTOS DE OLAF HEREDIA
Por Edgar
Contreras
México,
14/06/04 (AUNAM);
Sus
inseparables guantes destacan en su atuendo, viste una sudadera
color oro que complementa con sus calcetas y su short azules con
vivos dorados. En su etapa como futbolista, defendió durante seis
años (1978-1984) la portería de Pumas. Hoy, la sigue defendiendo
mediante su labor como entrenador de porteros. Se trata de Carlos
Olaf Heredia Orozco, uno de los grandes guardametas que ha dado
Pumas para el fútbol mexicano.
Hace
tres años, mientras dirigía a un equipo de segunda división en
Puebla, Olaf recibió una llamada de Miguel Mejía Barón, quien le
extendió una invitación para trabajar en Pumas como entrenador de
porteros. No lo pensó dos veces y regresó a la casa donde nació como
futbolista y como profesionista: la UNAM.
Al
término de las vacaciones, pretendía regresar a dirigir a su equipo;
hecho que nunca sucedió porque la inquietud de enseñar lo que
aprendió durante veintiún años de trayectoria, lo motivó para
quedarse en Pumas.
Su
trabajo ha rendido frutos. Esta temporada, los Pumas tuvieron a la
defensiva más sólida del campeonato mexicano con sólo 19 goles
recibidos. Las actuaciones del guardameta Sergio Bernal han sido
destacadas por los medios de comunicación, pero detrás existe un
trabajo profesional en el que también están incluidos Esdras Rangel,
Alejandro Palacios y Odín Patiño, porteros suplentes del equipo,
quienes atienden los consejos de Olaf para mejorar su técnica en el
despeje del balón, atajadas y en los reflejos que exige esta
posición.
Nacido
en Apatzingán, Michoacán, en 1957, Olaf fue el quinto de siete
hermanos. Siempre tuvo la convicción de dedicarse al fútbol. En
1978, debutó con Pumas en un partido contra Atlético Potosino, a
quien derrotaron por cuatro goles contra uno. En 1981, terminó su
carrera como Odontólogo. Ese mismo año, consiguió con Pumas el
título de Liga, el de la Concacaf y de la copa Interamericana.
Después
de marcharse de Pumas, jugó con Tigres, Morelia, Cruz Azul y culminó
su trayectoria futbolística con Santos Laguna, equipo con quien se
coronó campeón en 1996 y mismo en el que se retiró del fútbol, un
año después.
En esta
nueva etapa, reencontró a sus compañeros de antaño: Miguel España y
Hugo Sánchez. Los tres futbolistas surgieron de la cantera
universitaria y jugaron en el mundial de 1986 como seleccionados
mexicanos. “No hay cosa más hermosa que trabajar con gente que fue
tu compañera en alguna etapa de tu vida”, expresa Olaf Heredia.
Cuando
los entrenamientos terminan, Olaf comparte su tiempo libre con su
familia. Tiene 21 años de matrimonio y dos hijos, uno de 15 años que
practica tenis y el mayor, de 17 años, que se desempeña como
portero, al igual que su padre.
Comparte con sus hijos los valores que le inculcaron sus padres:
“honestidad, sinceridad y poner el máximo esfuerzo en todo lo que se
emprenda, ya que el resultado siempre será positivo”. Olaf está
consciente de que la trayectoria de sus hijos como deportistas será
difícil por los constantes obstáculos que existen, pero cuando lo
necesiten, él está dispuesto a aconsejarlos.
Para
Olaf el camino también fue difícil. ”Al principio, mis papás eran
incrédulos y me decían ‘primero la escuela y luego el fútbol’. Fui
necio en ese aspecto y actué al revés, aunque siempre cumplí con mis
responsabilidades académicas. Un día, invité a mi familia a un
partido en C.U. y se percataron de que esto era un asunto serio, no
sólo un hobbie, desde ahí comenzó su apoyo incondicional”.
Olaf se
concibe como una persona sincera, entregada, y con la fortuna de
tener reciprocidad de la gente a la que quiere. Es uno de los pocos
futbolistas con una carrera universitaria. Se tituló en Odontología
en 1981. “Cuando decidí estudiar Odontología, ya era futbolista. La
carrera fue mi complemento, me formó en el aspecto académico y en el
de criterio, factor que me ayudó a afrontar con madurez la fama, el
dinero, y las cosas que conlleva este deporte”.
En el
largo plazo pretende ser director técnico de algún equipo de primera
división, está cerca de terminar el último módulo en la escuela de
entrenadores. En la actualidad, sueña con obtener el campeonato con
Pumas, como miembro del cuerpo técnico. Cosecha satisfacciones con
cada buena actuación de los guardametas de Universidad: “estoy
orgulloso del trabajo que hacen los porteros, son individuos
entregados, profesionales, responsables y con disposición para el
trabajo”
Olaf se
aleja, camina por el pasto del estadio Olímpico México 68. En su
mente quedaron guardados los recuerdos de su etapa como futbolista.
Su presente es grato para él, se quita sus inseparables guantes
blancos y dice un precepto que ha sido eje de su proyecto de vida:
“La obtención de tus objetivos está en tus manos. Sólo así, con
persistencia, demuestras que te interesa vivir en cuerpo y alma por
ese sueño”. |
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