Adultez

Primera Parte

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Sentimientos Cruzados

 

Hace poco leí un artículo que describía el uso de supresores de Testosterona en el tratamiento de la transexualidad para  evitar el desarrollo de caracteres secundarios masculinos y el conflicto de “Sentimientos Cruzados”. Adopté esta descripción como tema, no solo de esta etapa de mi vida, sino en general de lo que hasta ahora me había ocurrido

 

. Yo tenía ya 19 años  y  no sabía exactamente que rayos me pasaba. Nunca había tenido novia, me atraían las mujeres pero sólo de lejos como relaciones platónicas, me masturbaba viendo fotos de mujeres desnudas pero  muchas veces imaginando ser ellas, no me atraían lo hombres, aunque había imaginado algunas veces relaciones con ellos, especialmente en la niñez y sentía una compulsión por vestir ropa de mujer.  Nunca había tenido relaciones ni con hombres ni con mujeres, por lo que yo no me consideraba homosexual, pero tampoco me sentía del todo hombre.  Muchas veces soñaba en que me casaría con alguna chica y ganaría buen dinero y sería muy feliz, pero no estaba seguro de que podría abandonar mi afición por lo femenino. 

 

Entré a la universidad en 1983 y me hice el propósito de conseguir novia y terminar mis estudios como un  plan de corregir mi vida. Buscaba una carrera de computación, pero sólo se les permitía el ingreso a esta carrera a los egresados de técnico en computación, “que absurdo”, se supone que debe permitírsele a cualquier persona buscar su vocación. Así que tuve que escoger una carrera relacionada con Administración. Para mi, en esa época, todo lo de la ropa de mujer y salir a la calle así, era un trauma que debía ser corregido por la buenas o por las malas. Y como no se podía por las buenas opté por obligarme a hacer todo lo masculino que pudiera y tratar de rechazar lo femenino.  Comencé a hacer ejercicios,  pesas y traté de acercarme a algunas chicas pero no tuve éxito. A pesar de todo no me di por vencido y durante cuatro años de mi carrera perseveré un tratar de convertirme en el hombre que se supone que debería ser.

 

Mi primera relación sexual

A la edad de 20 años, todo el mundo que conocía me platicaba de sus relaciones sexuales. Yo solamente me limitaba a escuchar ya que no tenía ni idea de que era eso.  Un día decidí que debía averiguar que se sentía tener relaciones sexuales, pero como no tenía novia tuve que recurrir a los servicios mas antiguos que existen en la historia de la humanidad.  Tampoco sabía cuanto cobraba una prostituta pero traté de llevar el suficiente dinero. El lugar en donde se ofrecían los servicios estaba cercas de mi casa, a unos diez minutos en autobús. En una calle de ese barrio las prostitutas se paraban a una distancia de unos 20 metros cada una y los hombres desfilaban de un lado a otro para escoger la que mas les agradaba. Yo me dediqué a hacer lo mismo, pero la verdad no me decidía y tenía mucho miedo. Por fin me di valor para preguntarle a una chica, que seguramente no había cumplido los 18:

 

 

--- ¿Cuánto cuesta?.

--- Cien mas lo del hotel --- contestó.

--- Ok, vamos --- repuse.

 

Ella me señaló el camino y la seguí. La entrada del hotel estaba a unos 30 metros de nosotros. Al llegar pagué cuarenta por entrar y no tuve que comprar condones ya que todavía no se sabía lo del SIDA. El hotel era lo que se conoce como de “mala muerte”, pero no me importó, mi misión era tener una relación. Cuando entramos al cuarto ella me pidió que le pagara, y acto seguido se quitó las pantaletas y se puso en posición. Yo me quité el pantalón y traté de acomodarme sobre ella, pero todo esto estaba siendo muy mecánico. Yo realmente no podía excitarme. La chica sólo tomaba mi pene y lo rozaba con su vagina pero yo no tenía la más mínima erección. Ella me presionó ya que normalmente trabajan por tiempo. Yo no sabía que pasaba, siempre tenía erecciones cuando veía la foto de una mujer desnuda y ahora estando frente a frente y no podía lograr nada. Traté de distraer mi atención y pensar en cosas que me excitaban, pero no lo lograba, de pronto ella introdujo mi miembro en su vagina  tal como estaba y me dijo que me moviera. Yo le hice caso y pude sentir su vagina acariciar mi pene suavemente lo cual me excitó y poco a poco comenzó a ponerse erecto y sentía su calor al mover mi miembro dentro de ella. Logré mantener una erección hasta la eyaculación, “guau, lo logré finalmente” pensé.

 

   Al salir de allí me sentí satisfecho, pero definitivamente esto no se comparaba con otras experiencias de masturbación que ya había tenido antes, sin embargo tal vez estaba en el camino correcto para volverme un hombre normal.

 

La neurosis

  Un día me desperté con una angustia inexplicable, ya tendría unos 21 o 22 años y pensé que me sentía así por el hecho de llevar una vida tan poco regular, o mas bien, fuera de lo normal. No tenía novia, no tenía trabajo, practicaba un travestismo compulsivo e incontrolable y estaba estudiando una carrera que ni siquiera era exactamente la que yo quería. Durante varios días se presentó una sensación de miedo que no puedo describir. No sabía exactamente a que se debía, probablemente a enfrentarme al futuro que ya se estaba acercando. Cuando era niño o mas joven, simplemente pensaba que lo que me pasaba era temporal y que debería llegar el momento en que se arreglaría toda mi vida; encontraría una novia muy bonita, tendría un trabajo bien pagado y formaría una familia feliz.

 

Yo consideraba que lo que me pasaba se debía tal vez a un trauma de infancia, pero no lograba saber exactamente que clase de trauma. Sólo sabía que desde los cinco o seis años había experimentado un deseo de pertenecer al sexo opuesto.

 

  Los días transcurrieron y la angustia no desaparecía; todas las mañanas era lo mismo y a lo largo del día me perseguía el miedo y la inseguridad.  Había días en que no asistía a la universidad por lo mal que me sentía.

 

  Un día al ir caminando por la calle leí un anuncia que decía:

 

SIENTES SOLEDAD, MIEDO, ANGUSTÍA, DEPRESIÓN, CELOS… PUEDE SER NEUROSIS. EL GRUPO DE NEUTÓTICOS ANÓNIMOS TE PUEDE AYUDAR.

 

Parecía que me estaban describiendo exactamente a mi y definitivamente  yo estaba atravesando por un problema de neurosis.

 

  Hablé por teléfono y me dieron una dirección a la cual acudí lo antes posible. Al llegar vi un salón con mucha gente reunida, pero me indicaron que esperara afuera para que alguien me recibiera. Finalmente llegó un hombre joven, de ojos verdes y me indicó que entrara en un pequeño cuarto adjunto al salón. Me hizo preguntas referente a lo que me pasaba y yo le hablé solamente de la angustia y la inseguridad que se habían apoderado de mi. Pero no le hablé nunca de mis costumbres ocultas. Él me comentó que había llegado al grupo debido a un gran miedo a acercarse a las mujeres, cosa que me sonó familiar, pero no me atrevía a preguntarle si su problema era  parecido al mío.

 

  Finalmente me indicó que si lo deseaba y me sentía cómodo entrara a la siguiente sesión. Las sesiones duraban hora y media y ya faltaban unos 20 minutos para que iniciara la siguiente sesión.

  Yo entré a esperar el inicio en el cual no recuerdo si el moderador era un hombre o mujer, pero si recuerdo que nombraron a unas dos a tres personas incluyendo me a mi  para darnos la bienvenida como de recién llagados y todos aplaudieron. Pasaron al estrado unas tres personas durante esa hora y media y a mi me pareció que escuchar los problemas de ellos poco estaba haciendo para contribuir a mejorar mi situación. Al final de la sesión todos se pararon  a pronunciar la oración:

 

Dios nos conceda:

Serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar,

Valor para cambiar las que podemos y

Sabiduría para discernir la diferencia.

 

Estas palabras definitivamente si eran algo que sonaron como una plegaria en la que yo  estaba  de acuerdo. Sin embargo la sabiduría para reconocer la diferencia es algo que tardó muchisimo tiempo en llegar.

 

  ¿Como saber si un problema de identidad es algo que se puede cambiar o no?

 

  Realmente Dios nunca me mandó esa respuesta solo el tiempo y  los avances en los estudios científicos poco a poco han ido develando esa respuesta. Pero en ese entonces yo me seguía aferrando a la idea de que si se podía corregir el problema y pedí a  Dios que me diera el valor para cambiar. 

 

  Continué asistiendo a las sesiones de NA por unos meses en los que recuerdo algunas intervenciones interesantes y que aportaron cosas nuevas en mi forma de percibir el mundo. Por ejemplo una vez subió al estrado un hombre de unos 25 años mas o menos corpulento que habló sobre sus problemas de homosexualidad y describió su relación con un hombre bisexual. Habló de los celos y de su dependencia hacia su compañero y de cómo era su relación amorosa. Entonces entendí mas de cercas lo que es la homosexualidad. Yo definitivamente no encajaba en ese problema. También escuché muchas personas devaluadas en el concepto que tenían de si mismas, a una de ellas le faltaba un ojo y tenía problemas para relacionarse con las mujeres. Yo me sentí mas identificado con ellos, ya que gran parte de mis problemas se debían al poco valor que tenía de mi persona. También había en el grupo un hombre trans (MaH; Mujer a hombre o FtM: Famale to male) que como mujer podría haber sido bonita, pero siempre usaba ropa de hombre y un corte de pelo bastante corto y en general sus movimientos y actitud eran muy varoniles.

 

  El tiempo pasó y un día salí de allí sintiéndome mal, ya no me identificaba con las personas de NA y además ya no estaba sintiendo esa angustia que se había apoderado de mi. Pensé que tal vez yo había aprovechado al máximo las sesiones y había logrado curarme.

 

Pero como pude lograr eso si ni siquiera había pasado nunca al estrado a hablar de mi, además muchas personas comentaban que habían transcurrido ya varios años desde que habían llegado a ese grupo. Bueno exactamente no podría explicarlo.  Ahora pienso  que la neurosis es causada por un problema con las sustancias químicas del cerebro, que podían tener un origen psicológico pero  por lo general se trata de un padecimiento físico y que puede ser tratado mas con medicamento que con sesiones de terapia grupal. En fin, yo creo que alguna enfermedad o falta de alimentación pudo haberme causado estos problemas, pero no descarto la posibilidad de la influencia inconsciente de mis problemas de identidad.


Mi primer trabajo

Me encontraba  a más de la mitad de los estudios en la universidad y seguí insistiendo como siempre en componer mi vida, así que decidí buscar un trabajo para aplicar algo de lo que veía en la profesión que estudiaba. Comencé buscando algunos trabajos, pero como sabía que no tenía experiencia, ofrecía también mis servicios como Practicante o haciendo Servicio Social, que son las mejores opciones para iniciarse en el mundo profesional ya que se paga muy poco o nada. Desgraciadamente no tenía suerte. Visité tal vez unos 15 o 20 empresas tratando de conseguirlo sin éxito, hasta que un día un compañero de la escuela me habló a mi casa:

 

 

--- Hola, ¿te interesa hacer tu Servicio Social en el Banco? – me preguntó.

--- Por supuesto --- le contesté.

 

Yo era un nerd en la universidad. Lo único que me ayudaba a hacer compañeros era mi capacidad para estudiar. Lo que le interesaba a mi compañero, que en ese entonces ya tenía un puesto como funcionario en el Banco, era que yo había demostrado siempre una habilidad casi nata para el manejo de equipo de cómputo. Era el año de 1986, las computadoras personales apenas estaban en sus inicios y sólo se manejaban equipos grandes con terminales en blanco y negro ó verde y negro.

 

  La entrevista para ingresar fue con el jefe del área. Él era una persona de ascendencia china aunque nacido en México.  Yo no tengo nada en contra de las personas de esta nacionalidad y espero que ellos tampoco lo tengan con los mexicanos, pero este Chino en particular mostró un rechazo hacia mi desde la primera entrevista, haciendo algunos comentarios como:

 

-          Me parece que tendré que confiar en la recomendación de tu amigo - .

 

Yo necesitaba un empleo y demostrar que podía ser un buen colaborador, por lo que presté oídos sordos a sus comentarios y acepté quedarme, de otra forma lo hubiera mandado a volar en ese momento.  El rechazo como siempre lo atribuí a mi físico mas del tipo nerd y muy poco varonil.

 

  Inmediatamente comencé mi primer día involucrándome en los asuntos laborales y entendiendo el proyecto que se estaba llevando a cabo. Comencé también a estudiar el sistema operativo y el manejo de los paquetes del equipo IBM con el que trabajábamos. Mis resultados comenzaron a ser visibles y en poco tiempo ya había hecho aportaciones al sistema, pero el jefe Chino jamás cambió su actitud despectiva hacia mi. Contrariamente otros compañeros de trabajo empezaron a reconocer mi capacidad con la que manejaba y resolvía los problemas que se presentaban.  Unas dos veces le dije al jefe Chino que ya había conseguido otro empleo y que me iría, aunque esto no era cierto. El se espantaba de pensar que el soporte técnico tan fuerte que yo estaba dándole al proyecto se perdería y me consiguió mejoras en mi contrato y en mi sueldo en ambas ocasiones, sin embargo su actitud nunca cambió.

 

  Bueno ya había conseguido un trabajo que, aunque yo no estaba del todo a gusto, representaba ya un logro y un ingreso bueno con prestaciones. En parte me sentía satisfecho por los avances y logros en mi vida.

 

A conseguir novia

Bueno ahora que tenía un empleo, lo siguiente para mi proyecto de vida como hombre era conseguir pareja. Contrariamente a lo que me sucedía en la escuela, en el trabajo no sentía tanto esa sensación de mantenerme distante del sexo femenino. Por obvias razones en el trabajo interactuaba día con día con personas de ambos sexos; casi todos jóvenes y con proyectos en mente. Así que pensé que las relaciones platónicas debían quedarse en el pasado y decidí que tenía que poner manos a la obra. La hormona masculina definitivamente estaba haciendo su labor y yo me sentía atraído a casi cualquier mujer que veía en el trabajo. Lamentablemente mis defectos físicos seguían siendo los grandes obstáculos. Las mujeres me  comentaban que yo era demasiado delgado y otras de plano me dijeron que yo no era atractivo.

 

 

 

En ocasiones se reunían grupos de mujeres a platicar en el escritorio adjunto al mío sobre temas que iban desde una uña  rota hasta los galanes de la oficina. Al parecer mi presencia no les inspiraba ninguna razón para hablar de cosas que no fueran femeninas. Yo me sentía raro ya que por una parte me gustaría haber participado en sus pláticas, pero por otro, sentía como si mi masculinidad pasara desapercibida y por el contrario, pareciera como si mi feminidad estuviera a punto de ponerse al descubierto.

 

No me atrevía todavía a confesar directamente a ninguna mujer mis expectativas, debido a que los comentarios referentes a mi poco atractivo me cohibían. Constantemente salíamos a comer las personas de mi departamento con una amiga de otra área, una usuaria del mismo equipo de cómputo IBM. Los usuarios de este equipo por lo general nos hacíamos amigos. Ella era unos cinco años mayor que yo y parecía una persona muy espiritual, cultivada y llena de principios. Por supuesto que yo nunca pensé en ella mas que como amiga. Una vez ella me preguntó:

 

-          Tienes novia.

-          No, no tengo – contesté con una expresión en la que se podría adivinar que en mi pensamiento estaba la pregunta  “¿ya te diste cuenta?”.

-          Por que no les hablas sólo como amigas sin buscar nada en un principio y después deja que el tiempo vaya definiendo las cosas - me aconsejó.

 

Creo que este fue uno de los mejores consejos que recibí, considerando que mi objetivo en ese entonces era conseguir novia.

 

Seguí ese consejo por mucho tiempo, pero mis intentos seguían fallando. Con una compañera de trabajo comencé a sentir una gran química y pensé que ya debía hablarle de amor. Incluso otra compañera cometió la indiscreción de decirme algo que ella  le había confesado; ella le dijo que se llevaba muy bien con migo, pero que su novio que estaba en Estados Unidos ya iba a regresar y se encontraba confundida. Yo sentí que era mi gran oportunidad, así que le confesé todas mis intenciones y ella me pidió que le diera tiempo para pensarlo. En dos días después hablé para preguntarle que  había pensado y me dijo que ella amaba a su novio que estaba en Estados Unidos y que no quería involucrarse con nadie mas. Yo lloré, juro que lo hice. Era la primera mujer a la que le hacía  una proposición seria  y me rechaza.  Las cosas sentimentales no son nada fáciles.  Continué mi labor y recibí mas rechazos, hasta que comencé a desistir.

 

Un día domingo que estaba en mi casa decidí que abandonaría la idea de conseguir novia. Pensé que mi camino era lo femenino.  Por mucho tiempo había maquilado la idea de ir a un centro comercial como mujer y comprarme ropa ya que ara muy complicado hacerlo como hombre. Sin embargo mis salidas en público habían sido muy ocasionales y no me habían dado el aprendizaje necesario para hacerlo en ese momento. Además necesitaba empezar por tener algo, ya que me había desecho de todo, incluyendo unos zapatos que compré en un “día de las madres”. De cualquier forma fui al centro comercial  como hombre  y encontré unos zapatos de tacón color crema que pensé me podrían quedar. El ánimo que tenía me ayudó a tomar los zapatos  y pasar a pagarlos sin que me importara lo que pensara la gente del rededor y la señorita de la caja. Así, poco a poco, comencé a comprar pelucas y algunas otras cosas. Nuevamente regresé a mis prácticas travestís y a planear salidas.

 

Encontré Novia

 

En 1987, antes de cumplir los  23 años, en mi familia se presentó la mala noticia de que mi mamá tenía cáncer en un seno. Al igual que me ocurrió con mi papá, yo pensé que mucha gente sobrevivía a esta enfermedad y mi mamá se veía muy sólida. “Lo logrará superar”, pensé. En la oficina seguían las cosas como antes. Yo seguía saliendo a comer con las amigas de siempre, pero ahora realmente sin ningún interés. Me mostraba indiferente ante cualquier  comentario que pudiera sugerir un acercamiento en las relaciones.

 

Una de las amigas que tenía en el círculo de amistades de los usuarios del equipo de cómputo IBM, a la cual llamaré Paola, se volvió la persona con la que más salía a comer y a veces a desayunar. Un día ella me invitó a comer el día de mi cumpleaños:

 

    ¿Entonces a donde quieres que vallamos a ir a comer?  -   ella me preguntó.

        Pero mañana es sábado y no venimos a trabajar – le expuse.

        Pero no importa, yo iré. – respondió segura de sí.

 

Entonces propuse un lugar cercas de la oficina que ambos conocíamos.  Yo definitivamente no pensaba para nada en que yo le pudiera interesar a ninguna mujer, así que simplemente esperaba que no me estuviera  vacilado. Con tranquilidad aguardé para celebrar con ella mi cumpleaños numero 23.

 

Como siempre llegué al lugar y esperé unos cinco minutos hasta que de pronto ella llegó y me dio un regalo. “Guau!, no era una broma”, pensé.  Comimos y comentamos de muchas cosas como siempre pero yo evadía cualquier comentario que pudiera sonar o insinuar una relación amorosa. “Tan solo somos amigos”, pensaba. Al final nos despedimos y le un par de abrazos en señal de agradecimiento, pero sentí que ella esperaba un abrazo mas prolongado y después lo que debe continuar. Sin embargo yo ya estaba cansado de suponer que podía triunfar en el mundo masculino.

 

Una semana después Paola me invitó a una fiesta de casamiento de una amiga de ella. Yo le dije que saldría ese fin de semana a visitar el pueblo de mi Papá debido a que se celebraban las fiestas tradicionales. Mi papá nos había hecho la costumbre de visitar su pueblo natal en esas fechas y lo seguimos haciendo ocasionalmente después de que el falleció. Así que cada quien fue a sus respectivos eventos ese fin de semana. Durante mi visita al pueblo, estuve meditando y pidiendo a Dios que me ayudara a encontrar mi camino. Pensé que la relación que estaba llevando con Paola me estaba despertando la idea de que podía conseguir novia. Ella por su parte, durante la fiesta, recibió una gran cantidad de consejos para atraparme como novio, cosa que yo por supuesto ignoraba hasta días después.

 

Cuando nos encontramos de nuevo en la oficina ella se mostró extraña, definitivamente  en esta ocasión compartíamos  todos los momentos juntos. Ella no dejaba que me alejara mas que para efectos del trabajo. Así que entonces retomé el reto y me aventuré a abrazarla y después besarla, a lo que respondió positivamente. Así empezó una relación amorosa.

 

Sin embargo yo ya me había enfrascado en la idea de que debía experimentar mi lado femenino, cosa que no dejé ir tan fácilmente. Pensaba que con una o dos ocasiones en que me atreviera a entrar en un centro comercial como mujer bastaría para que la tentación desaparezca.

 

 

Otro adios

 

 

Entre 1988 y 1989 la salud de mi mamá empeoró. Así que a la par de que mi relación con Paola iba muy bien, mi mamá se enfrentaba constantemente a las quimioterapias. Mi mamá Fue perdiendo el pelo y cada vez se ponía más débil. La sensación de que se aliviaría se fue desvaneciendo.

 

 

Yo por otro lado conseguí un empleo nuevo con mayor ingresos mensual aunque con menos prestaciones que en un Banco. Esta vez conseguí renunciar de verdad. A pesar de todo lo que el Jefe Chino me dijo, no me importó, me di la vuelta y tramité mi baja del Banco. En mi nuevo trabajo yo ya no era el muchachito tímido, sin experiencia que inicia desde Servicio Social. Ahora yo era la persona con experiencia y con mejor ingreso que algunos que ya trabajaban allí. Además el antecedente de haber trabajado en un Banco me daba algo así como… un mejor status. 

 

En enero de 1989 llegó una confirmación de que el tratamiento de quimioterapia que recibía mi mamá no estaba surtiendo efecto. Tampoco había forma de operar, ya que el tumor era muy grande,  además el cáncer se había esparcido. Lo único que restaba por hacer era tratar de controlar el dolor.

 

Describir el horror de esta enfermedad queda fuera del alcance y del propósito de esta biografía por lo que sólo diré que en junio de 1989 se le suministró una última dosis de un medicamento que contenía morfina, de lo mas fuerte que existe para controlar el dolor. Tres días esperamos a que ocurriera el último suspiro.

 

A la mañana del 3 de Junio mi cuñada nos despertó con la insistencia de que no veía respirar a mi mamá, todos habíamos pasado muchos días en vela por lo que no nos habíamos despertado temprano, pero la noticia nos sobresalto de inmediato y fuimos a corroborar que mi mamá había fallecido.  Mi hermano Simón se encargó de lo trámites y un tío apoyó en el seguimiento y gastos al respecto.

 

Cuando mi mamá tenía unos 20 años era una mujer muy guapa, digna de algún papel protagónico en una novela de Televisión o incluso de algún papel importante en Holywood. Por supuesto que ella nunca tuvo tales oportunidades debido a su poca preparación e ignorancia.  Quien hubiera pensado que sería víctima de una enfermedad tan devastadora como es el cáncer.

 

Paola me acompañó al velorio de mi mamá y fue la oportunidad para que casi toda la familia la conociera. Se veía que nuestra relación era seria. Para ese entonces por supuesto, ella también ya me había presentado con su familia.

 

 

Decisiones

Pues bien, después de que falleció mi mamá me encontraba en un momento de mi vida que para muchos trans podría ser por un lado doloroso, pero por otro lado una oportunidad.  He leído de la forma en que muchos trans revelan a sus padres su situación, lo cual provoca por lo general una revolución familiar. Algunos logran la aceptación pero otros rompen los lazos familiares y se alejan con el dolor que esto provoca. En mi caso ya no había padres a los cuales revelarles este problema, sólo hermanos.  En los casos que he leído de otros trans, los hermanos suelen aceptar mejor esta situación. Probablemente sea por que finalmente cada quien hará su vida aparte y  ocasionalmente tendrán encuentros familiares.  O tal vez  por ser personas de edad  contemporánea y con ideas mas nuevas, es posible que entiendan  mejor este problema. Yo ignoraba todo esto  de la transexualidad en ese entonces y por el contrario, estaba casado con la idea de que la transexualidad es un problema psicológico y que se podía corregir. Pensaba que una reasignación de sexo trae problemas emocionales que pueden llevar al suicidio a la persona.

 

No, por supuesto, que no tomé la decisión de buscar mi lado femenino y abrir la situación en la familia. No…claro que no, yo no estaba preparado para eso.

 

Mi relación con Paola era buena y en el nuevo empleo conseguí una promoción. Yo físicamente seguía siendo el mismo flaco sin masculinidad, pero ya no me afectaban tanto los comentarios de los demás en mi trabajo. Finalmente yo ya tenía novia y me iba bien. Que mas podría pedir. Bueno,  Paola no era una mujer que pueda concursar en un certamen de belleza, pero sin duda era mucho mas de lo que yo podría haber esperado debido a los problemas  que me perseguían. 

 

Los objetivos de mi vida como hombre los estaba alcanzando, y la sombra del travestismo, parecía que fuera algo que se quedaría atrás.  Adicionalmente contaba con ahorros en el Banco. Mi vida parecía casi resuelta. Me sentía exitoso en un mundo que casi siempre me auguró el fracaso. Para que hacer movimientos absurdos que  pusieran mi vida otra vez en un barco sin rumbo. Pensé que si formaba una familia y trabajaba fuertemente, mis deseos ocultos se esfumarían y yo sería feliz.

 

Así que tres meses después del fallecimiento de mi mamá le propuse matrimonio a Paola, ella aceptó y comenzamos a planear todo.

 

La Boda

 

Entre Paola y yo decidimos comprar un pequeño departamento en las afueras de la ciudad. Estaba algo alejado pero era económico y nos permitiría ahorrar para alcanzar otras metas a futuro. También se volvió indispensable comprar un carro debido a la distancia en que se encontraba el departamento. Yo nunca había tenido carro, ni mis papas tampoco

 

.Curiosamente dentro de mis planes para cumplir la fantasía de entrar en un centro comercial como mujer,  era necesario contar con  un auto. El tener un coche me permitiría alejarme rápidamente de la colonia en que vivo y aproximarme a una Tienda sin correr riesgos. No había intentado esta fantasía antes por que me faltaba esta pieza dentro del plan.  Pero llevar a cabo tal propósito fue algo que nunca hice a un  lado a pesar de la Boda que estaba en puerta. Tenía la creencia de que un par de fantasías que pudiera realizar como mujer harían que la curiosidad se termine y entonces mi vida sería normal. Pues bien a un mes de la boda compré ese coche. Sin embargo mi agenda estaba tan apretada en esas fechas que no podía darme el tiempo para experimentar estos planes con mi coche. Tendría que esperar  hasta después de la Boda.

 

El casamiento sería por dos leyes como se conoce en México; una por el Registro Civil y otra por la Iglesia. Sin duda yo aun era una persona religiosa y creía en la guía de Dios y de la Biblia. Así que nunca me opuse a casarme por la Iglesia, por el contrario, era un evento muy ceremonioso que se antojaba vivir.

 

Los preparativos de la boda tomaron unos tres meses, vestido, salón de fiestas, grupo musical, invitaciones, etc. Todo esto requiere sin duda de mucho tiempo, dedicación y apoyo de familiares.

 

Yo era el primer hermano en casarse formalmente ya que mi medio hermano David se había unido  en matrimonio, tiempo atrás, por el Registro Civil sin que nadie supiera, por lo que nunca se hizo ceremonia ni hubo eventos sociales que celebrar.

 

Nos casamos en  Marzo de 1990 en un gran evento que seguramente Paola,  los familiares y yo  recordaremos por mucho tiempo. Nos fuimos a Iztapa Zihuatanejo a pasar la luna de miel durante 5 días.

 

Al regreso de vacaciones ella se reintegró al trabajo y yo me quedé unos días más en la casa para hacer algunos arreglos.  Por primera vez estaba en  mi nuevo hogar completamente a solas sin que alguien me pudiera pillar.  Como mi esposa se llevó el carro no podía experimentar con mis planes de salir, pero si me quede en casa con ropa de mujer por casi todos esos días. Este fue el  primer indicio de que algo no iba bien aunque  no le di importancia, si ya había logrado superar todos los obstáculos del pasado, este último obstáculo seguramente también lo podría brincar.

 

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