El pentagrama sólo da cabida a nueve notas, y éstas no son suficientes para expresar todos los sonidos usados en el sistema musical moderno. Con el fin de aumentar su extensión se recurrió a unos fragmentos de línea, llamados líneas adicionales, que se colocan encima y debajo del pentagrama, las cuales por lo general no exceden de cuatro.
La distancia comprendida entre la quinta línea del pentagrama y la primera adicional superior se llama primer espacio adicional, y así también a la que media entre la primera línea del pentagrama y la primera adicional inferior, advirtiendo que las líneas y espacios adicionales superiores se cuentan de abajo hacia arriba, y las líneas y espacios adicionales inferiores se cuentan de arriba hacia abajo.
Para fijar la entonación y altura de las notas se usan unos signos llamados claves que se colocan al principio del pentagrama.
Así como un mismo objeto tiene nombre diferente, según el idioma con que uno se expresa, una nota tiene nombre distinto según la clave que esté colocada al principio del pentagrama, y en base a esto, definimos: "Clave es el idioma de las notas".
Las claves musicales son tres (sol, fa y do), se indican con tres distintos signos y toman siete diferentes posiciones.
La clave de Sol toma una sola posición; la de Do toma cuatro y la de Fa toma dos posiciones y cada una de ellas da y toma el nombre de la línea en la cual va colocada. Así es que la clave de Sol se coloca en la 2ª línea; la de Do en 1ª, 2ª, 3ª y 4ª líneas y la de Fa en 3ª y 4ª líneas.