DEJAR DE FUMAR | ||
Vengo aquí con la sudadera y tal... es que estoy intentando
llevar una vida sana, ¿saben?, para sentirme bien y he empezado por la
sudadera, sí, lo de hacer deporte lo voy a dejar de momento. Es como el que para dejar de fumar, deja de comprar tabaco.
¡Qué morro! ¿No? Por cierto, es una de las cosas que hace
la gente para sentirse bien y estar sano: dejar de fumar. Yo no lo entiendo,
o sea, vamos a ver, cuando uno deja de fumar ¿qué pasa? que engorda,
le sube la tensión, está de mala leche todo el día, ¿eso
es sentirse bien? Vamos yo creo que las autoridades sanitarias deberían
advertir que dejar de fumar perjudica seriamente la salud. No, lo digo por experiencia, porque yo también intenté
dejar de fumar. Bueno, quiero decir, más o menos ¿no? porque tenía
bronquitis y fui al médico hecho polvo y me dice el médico ¿fuma?
y dije: Sí, venga ese cigarrito. Y el tío me mira y dice: no,
hombre tiene usted que dejar de fumar. ¿No sabe usted que cada cigarro
que se fuma equivale a 5 minutos menos de vida? Así que me conciencié y decidí dejarlo,
lo que pasa es que me quedaba media cajetilla y yo no dejo las cosas a medias.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Empecé a fumar y
de repente me acordé del médico y del alquitrán. Y por si fuera poco llego al curro al día siguiente
y me encuentro a Gustavo, el pringao. Y digo dame fuego. Y me dice: no, es que
he dejado de fumar. Y como todos los que dejan de fumar te cuenta su vida. "Yo
es que fumaba 3 paquetes al día pero una mañana hace 6 meses,
me levanté y dije ya no fumo más, y ya no fumé más.
¡Qué par de huevos! De repente Gustavo el pringao se convierte en tu héroe.
Le justificas todas sus pringadeces. Le ves, ahí en su línea,
comiendo su bocadillo de caballa en escabeche encima del ordenador, goteando
grasa en el scanner, limpiándose la boca con el papel de la impresora
y tú dices ¡Joder, qué arte! y luego le ves echando frenadol
en la disquetera para quitar los virus y dices, ¡Coño! si Gustavo
lo hace por algo será. Un tío que ha dejado de fumar así...
Así que yo empecé a echarle clamoxil. No sé, Gustavo, el pringao se convirtió en
mi héroe, mi gurú, mi ídolo. Punto 1: elija una fecha señalada para dejar de fumar.
¡Coño! Yo quería dejar de fumar hoy pero hoy no es una fecha
señalada. Así que cogí el calendario y vi que la próxima
fecha señalada era el miércoles de ceniza... mal día para
dejarlo ¿no? Punto 2: deshágase de todo lo que le recuerde al tabaco.
Vale. El mechero, los ceniceros, las cerillas, la taza del váter, el
balcón, el sofá, la cama, la tele, me separo de mi chica, del
coche... no sé, creo que tendría que matar a Fidel Castro, ¿no? Punto 3: evite el contacto con los fumadores. Bueno, y ¿con
quién hago peña en el curro? ¿con Gustavo el pringao? ¿con
quién me voy de marcha? ¿con los niños de San Ildefonso?
y no con todos, sospecho... Punto 4: busque sustitutos al tabaco. Bueno, esto es muy impreciso
porque vamos a ver ¿qué quieren? ¿que en vez de meterme
un cigarro en la boca me meta otra cosa? Hombre, es que eso es muy relativo...
porque puede ser un saxo y ahí tienen a Gautama que toca el saxo para
dejar de fumar y fuma como un carretero. O yo que sé... ¿qué
quieren? ¿que me meta cigarrillos de chocolate de esos que venden en
las pastelerías para los niños? Que digo yo, si son cigarrillos
y son de chocolate, ¿no se llamarán porros? Y entonces ¿por
qué se los dan a los niños? Punto 5: Beba mucha agua. Yo al principio pensaba, ¿qué
coño tiene que ver el agua con el tabaco? Yo lo que quiero es dejar de
fumar, no estar meando todo el día. Pero ahí me di cuenta, lo
que quieren es que tengas algo en la mano. Así que me decidí,
tomé fuerzas y dije. Dejo de fumar, me convierto en fumador pasivo. por
cierto, fumadores pasivos, vale ¡pero que paguen! eso de fumar por el
morro... Total que me encerré en mi casa 2 semanitas con el
pitillito este mentolado que venden en las farmacias. Que, por cierto, el pitillito
mentolado que venden en las farmacias... eso es como tirarle el hueso de goma
al perro o hacértelo con una muñeca hinchable... ya le puedes
echar imaginación porque no es lo mismo. Claro, vosotros pensareis ¡joder! eres más inconstante
que el pito de un viejo. Pero bueno, no sabéis lo que sabe de bien un
cigarrito después de 2 semanas de abstinencia. Pero claro, esto crea
un problema, luego llegas al curro y ¿cómo le dices a la peña
que has vuelto a fumar? Total que vuelves a la adolescencia: a esconder la cajetilla
de tabaco detrás de la cisterna, a comer caramelos mentolados para disimular
el aliento, a irte al váter a fumar a escondidas... Y al final te pillan, entonces te ves en un juicio... con un mal rollo... - El Estado contra Nacho Novo. - Es Nancho. - ¡Que se calle!. - Pero es que es Nancho. - Que se calle. Bueno Preside la Audiencia el honorable juez Winston. - ¡Joder, ya empezamos! - Acérquese al estrado a declarar, Nacho Novo. - Perdón, es Nancho. - Que se calle. - Ya, pero es que es Nancho, me llamo Venancio, coño. Me acerco allí como si fuese Perry Mason y digo. Sí,
señor juez sí, señores del jurado: yo soy fumador ¿qué
pasa? y me quedé más Nancho que largo. Además, señoría
yo fumo por los demás, no por mí. Fumo para hacer un bien a la
sociedad, porque si yo no fumase, sería una persona hipertensa, todo
el día de mal rollo, de mala leche, cabreado, sería una bomba
andante, un peligro público. Vamos, que yo podía entrar a atracar
una farmacia en busca de nicorettes. Además, señor juez, ¿usted
se imagina este mundo sin tabaco? ¿a Humphrey Bogart con una piruleta
de fresa o a Sara Montiel cantando: fumando un cigarrillo de plástico
mentolado espero al hombre que yo quiero? No pega señor juez, ni la rima
ni la métrica. ¿Y qué me dice de los indios? Seguirían
en guerra porque no pueden fumar la pipa de la paz, así señor
juez, señores contertulios, me voy a fumar un cigarrito para el pecho,
por lo bien que me lo he hecho. |
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Un monologo de Nancho Novo .. un tio que no tengo idea quien sea ni de onde sea .. |