Creados en 794 d.C., los templos y palacios de Kyoto fueron las residencias de los emperadores y los shogunes de Japón durante más de 1.000 años. El Emperador Japonés se entrona en el Palacio Imperial de Gosho. Entre otras obras significativas se encuentran los templos Higashi Nonganji y Nishi Hoganji, el templo Kinkakuji con su "Pabellón Dorado" y el Kiyomizu, el templo del "agua pura". Los emplazamientos de Kyoto han sido destruidos y reconstruidos en numerosas ocasiones a lo largo de la historia y actualmente se encuentran entre los emblemas de la herencia cultural más grandes de Asia. |