UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO.
ESCUELA NACIONAL DE ESTUDIOS PROFESIONALES ARAGON.
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO.
MAESTRIA EN PEDAGOGÍA.
ASIGNATURA: CULTURA ACADEMICA.
TRABAJO: LOS INTELECTUALES COMO ELITE MODERNIZADORA.
ING. JOSE PAULO MEJORADA M.
LOS INTELECTUALES COMO ELITE MODERNIZADORA.
Existe una corriente en los estudios sobre los intelectuales, que tiene como característica central visualizar a los intelectuales como una elite modernizadora en este tema se revisara brevemente los principales autores en esta corriente.
a)Shils: Sistema intelectual Moderno.
Edwad Shils, es quien ha hecho mayor contribución individual
al desarrollo de este enfoque; Shils escribe sobre el sistema cultural
y los roles intelectuales esto es, sobre las actividades intelectuales
institucionalizadas. Su tesis es que las sociedades modernas, con un alto
grado de diferenciación de roles sistémicos, requieren
y disponen de un complejo conglomerado de roles intelectuales cuyas funciones
son: “ubicar al individuo sus grupos y la sociedad en el universo;
Interpretar, explicar y tratar de controlar la ocurrencia del mal, legitimar
la autoridad y definir sus responsabilidades; interpretar las experiencias
pasadas de la sociedad; instruir a los jóvenes en la tradición
y destrezas de la sociedad; facilitar y guiar las experiencias estéticas
y religiosas de varios sectores de la sociedad y ofrecer asistencia en
el control de la naturaleza.”
Shils, argumenta que históricamente, los intelectuales
adquirieron significación primero en las sociedades modernas
de occidente.
En la practica, sostiene que con la nacionalización
que trae consigo el capitalismo ( vector primordial de la modernidad)
queda atrás la sociedad tradicional y con ello su estructura de
roles todavía escasamente diferenciada.
Esta interpretación, como lo señala Habermas, apunta
al hecho que el modo de producción capitalista puede ser entendido
como un mecanismo que garantiza la permanente extensión de
los subsistemas de acción instrumental revolucionando con ello el
marco institucional tradicional en el que se desarrollan las fuerzas productivas.
Concluye Shils “una sociedad que pretenda ser moderna requiere,
por lo menos contar con una administración racional...
con una perspectiva racional acerca de las cuestiones económicas
y con una organización también racional de las actividades
afines. Necesita de un sistema legal relativamente racional así
como de instituciones de acción política generalizada “.
La economía y la política en una institución necesitan
una adecuada dirigencia para el cumplimiento de sus funciones. Por ejemplo,
una administración racional necesita contar con personal civil,
abogados jueces, hombres de ciencia y técnicos de primera categoría.
Un sistema económico racional, por su parte requiere de administradores
y hombres de empresas, economistas y expertos contables, químicos
agrónomos, abogados y especialistas en transportes y
comercialización. La vida política racionalizada impone
exigencias funcionales a la actuación de los políticos,
los dirigentes partidarios periodistas de todos los rangos profesores,
sociólogos técnicos en comunicaciones. Existe la exigencia
de profesionales en el sentido de intelectuales modernos. pero
las profesiones no podrían existir fuera del marco de un moderno
sistema intelectual; dispositivo de instituciones cuyos integrantes cumplen
funciones intelectuales o se adiestran para hacerlo. Las clases más
altas de cualquier sociedad capaz de alcanzar ese nivel de modernización
dice Shils, necesitan asimismo contar con un sistema intelectual moderno.
Sostiene que estos grupos ya poseen una cultura moderna que
desean preservar. En parte porque la necesitan justamente para modernizar
la política y la economía, también llegaran
a la convicción que un tal sistema es esencial para la existencia
de un estado soberano. En esas circunstancias tanto los intelectuales
como los diferentes sectores de las clases dirigentes tenderán a
coincidir en la necesidad de contar con instituciones intelectuales
modernas: universidades, centros de investigación, entidades académicas,
publicaciones literarias, bibliotecas y todas las producciones culturales
que tales instituciones generan.
b)Parsons: Racionalismo Profesional.
E acuerdo con este autor las profesiones hacen la esencia
de la modernidad. Ello es así porque las profesiones son portadoras
eminentes del principio de racionalidad. Ello es así porque
las profesiones son portadoras eminentes del principio de racionalidad,
en tanto que se apoyan y aplican las ciencias, una de cuyas
características dominantes seria “ su racionalidad en el sentido
que se opone a tradicionalismo”. Las profesiones vuelven institucional
la racionalidad; la transforman en parte constituía
de las pautas normativas que rigen la interacción entre los
hombres. “El hecho es que nos hayamos bajo una constante y sutil
presión social que nos empuja a ser racionalmente críticos
especialmente en cuanto a modos y los medios.
Parsons, sostiene, las profesiones dan origen a un nuevo tipo
de autoridad en la sociedad, que ha llegado a dominar ampliamente la pauta
ocupacional general de la sociedad. Se trata de la autoridad basada
en la competencia técnica especifica que esta ligada alas especificidad
funcional otro elemento esencial de las pautas institucionales
modernas. Así el profesional es un cliente igual como para el comerciante
es un comprador o un vendedor y, para el funcionario administrativo un
subordinado.
En suma, en una sociedad moderna “el tipo de profesional es el marco
institucional en el que muchas de nuestras más
importantes funciones sociales se desempeñan, en especial la búsqueda
de la ciencia y los conocimientos humanísticos y su
consecuente aplicación practica en la medicina, la tecnología,
el Derecho y la Enseñanza.
Concordante con esta visión, Parsons concibe la Escuela
como un organismo de socialización de las capacidades y responsabilidades
que son esenciales para el desempeño futuro de roles. Las capacidades
o destrezas refieren al aprendizaje de las técnicas
y conocimientos necesarios para el ejercicio de una ocupación
y de las responsabilidades propias del oficio.
C) Shils: La ideología de las elites.
Regresando con Shils cuando afirma que en un sistema intelectual
moderno es una necesidad funcional de la racionalización (moderna)
de la vida social, en gran parte se refiere a la emergencia
de una estructura social, en gran parte se refiere a la emergencia
de una estructura social y ocupacional permeada por las profesiones.
Las “clases medias “ profesionales como ingredientes indispensables
y promotoras privilegiadas de la modernización” esto conlleva
a establecer un control de grupos sobre segmentos del
mercado laboral y a separar grupos de la masa de los
trabajadores. Es decir se pierde la modernización en
relación a las clases sociales y da lugar a nuevas distribuciones
hegemónicas al interior de la sociedad modernizada.
En estas circunstancias emerge la noción de “elite” cuerpo
relativamente autónomo portador de valores las pautas y las destrezas
típicas de una sociedad moderna cuya función
seria modernizar la sociedad a su imagen y semejanza. “ uno de los requisitos
para el desarrollo es una elite competente que quiera modernizar
su sociedad”
La propuesta de Shils es que se requiere una elite
modernizadora para el desarrollo político y económico
de los países que, entre sus funciones tendría la de poner
atajo a la demagogia de los políticos populistas y a la movilización
que aquella suscita “La demagogia provoca conmoción produce cambios
que son solo momentáneos genera conflictos que entorpecen
el crecimiento de un origen político moderno y progresista.”
Un componente esencial de esta elite debe ser un empresario
moderno. Otro componente es un cuerpo de funcionarios políticos
capaces de dirigir racionalmente la sociedad y el estado. Pero “los
esfuerzos por modernizar los valores y las conductas
no se sitúan solamente, ni siquiera esencialmente
en las esferas de la economía y la política. Por el
contrario, aquellas personas que profesionalmente se interesan
por las ideas y los valores es decir los intelectuales, pueden desempeñar
una función decisiva en lo que toca a obstaculizar o favorecer
los cambios sociales”.
Shils agrega la necesidad de contar con un estrato de profesionales,
como centro moderador de la sociedad. Estos profesionales son portadores
de una cultura tecnocratica saben que son necesarios y esto posibilita
su autoconfianza.
Los intelectuales según Shils serian todos aquellos
que poseen una educación superior y se caracterizan
por su alta participación política. Las causas de esta intensa
movilización política de los intelectuales en los países
con regímenes coloniales tendría por lo menos
tres raíces o causas.
La primera Una profunda preocupación por la autoridad,
El intelectual en los países subdesarrollados trataría a
la vez de liberarse de una autoridad poco diversificada intolerante
y tradicionalista. Alguna autoridad autoritaria trascendente. Su
sumisión a las viejas estructuras de autoridad enmascarada
hostil y llana de resentimiento. En estas condiciones el intelectual
se politiza y lucha contra la autoridad buscando una colectividad para
encontrar un ideal absoluto.
La segunda causa de la participación política
de estos intelectuales según Shils en la escasez de oportunidades
para la realización personal, La política en cambio ofrecería
oportunidades para la eficacia y la realización individuales.
La tercera raíz de la sobre politización de los intelectuales
en los países desarrollados proviene de la deficiente
tradición de civilidad que caracteriza a esos países. Las
sociedades tradicionales no conocen ni practican la noción
de ciudadanía. Los intelectuales que crearon la idea
de la nación dentro de sus países, no fueron
capaces sin embargo capaces de crear una nación.
d)Friedman intelectuales en el desarrollo.
Friedman propone la imagen de un intelectual que se asemeje
al empresario Shumpeteriano, pero en el campo de la cultura. Debe tener
como aquel habilidad, inventiva y sentido del riesgo. Debe
ser capaz de lo que el propio Shumpeter llamaba “creación destructiva”
Tiene que situarse en la vanguardia del cambio social. Ha de estar
dispuesto a romper con las tradiciones del pasado, con las rutinas y con
los lazos particularistas.
Bibliografía.
Brunner Jose Joaquin y Flisfisch Angel.
Los Intelectuales y La instituciones de la Cultura.
Tomo I.
Universidad Autónoma Metropolitana.
Segunda edición UAM-A ANUIES, 1989.