Los atentados
terroristas contra Estados Unidos "cayeron comoanillo al dedo" a George
W. Bush:ahora tiene una justificación para intentar apoderarse de Asia
Central, la segunda cuenca petrolera más grande del mundo.Desde la caída
de la URSS, hace 10 años, Estados Unidos aplica una serie deestrategias
políticas y bélicas para darle forma al nuevo marco económico
mundial, basado en el control de la explotación y distribución
del petróleo y del gas natural.
Miguel García
Reyes, investigador del Centro de Estudios Asia y África de ElColegio
de México (Colmex), asegura que Bush busca actualmente consensos para,
con el pretexto de atrapar a Osama Bin Laden, posesionarse y controlar Afganistán,
Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán,
naciones de Asia Central que tiene cerca de 200 mil millones de barriles de
reservas de petróleo, lo que los convierte en la segunda zona proveedora
del mundo, después del Golfo Pérsico, que posee 660 mil millones
de barriles. Además,
Estados Unidos podrá controlar, mediante inversiones de trasnacionales
petroleras, los ductos que surten de gas y petróleo a Europa, con lo
que "abrirá o cerrará la llave del suministro cuando quiera".
Doctor en
economía energética por la Universidad Estatal de Moscú
Mijail V. Lomonosov, García Reyes señala que la política
petrolera expansionista de Estados Unidos buscó controlar la parte sur
de los Balcanes, empezando por Kosovo, pasando por Azerbaiyán, Armenia
y Georgia, dirigiendo los oleoductos hacia el Mar Caspio, Turquía y de
ahí hacia Europa. Ahora, dice, el turno es de Asia Central.
Sigue los
pasos del padre
Para el experto, no es raro entender la política que seguirá Bush
hijo en la zona que ya se vislumbra de conflicto.
Explica:
durante el gobierno de su padre, George Bush, Estados Unidos comenzó
su política petrolera expansionista. Bush padre, que antes de llegar
a la Presidencia fue empresario petrolero, logró, entre otras cosas,
abrir la industria petrolera soviética, colocar a Estados Unidos en el
Medio Oriente y apoderarse de los campos petroleros del Mar Caspio. Aprovechó
para ello tres sucesos que marcaron el cambio en la correlación de fuerza
políticas en la región: La derrota de la Unión Soviética
en Afganistán en 1989, el arribo de los ayatolas chiitas al poder en
Irán en 1982 y la desintegración de la Unión Soviética
en 1991.
Embajador
en China, funcionario de la Agencia Central de Inteligencia y después
presidente de Estados Unidos, Bush padre conocía a fondo la situación
que imperaba a mediados de la década de los ochenta en el mercado petrolero
internacional y sabía cómo abrir las puertas a las trasnacionales
en el ámbito mundial.
Ejemplo
de esto, indica el investigador, fue cómo convenció en julio de
1991, durante su visita a la Unión Soviética, a Mijail Gorbachov
para que ambas naciones colaboraran en el ramo petrolero por medio de empresas
privadas y no de gobiernos ni de organizaciones financieras internacionales.
Con esto, Chervron, por ejemplo, ganó contratos de exploración
en Kazakstán, Amoco lo hizo en Azerbaiyán, Mobil concluyó
jugosos contratos en la región de Sajalin, mientras que Exxon hizo lo
mismo en la región septentrional de Rusia, Pechora.
Señala
que Bush padre enfrentó de manera muy rápida la invasión
de Irak a los campos petroleros de Kuwait. Y es que, explica, Washington sabía
que la verdadera finalidad de Irak eran los pozos petroleros de Arabia Saudita,
donde se encuentran 259 mil millones de barriles de petróleo; esto es,
20% de las reservas petroleras mundiales.
Las enseñanzas
En el libro El nuevo orden petrolero global, publicado el año pasado,
Miguel García Reyes y Djalma Ojeda Fierro mostraban ya las intenciones
de expansión de Estados Unidos en la zona de Asia Central. El libro destaca
que la región que rodea a Afganistán tiene un gran valor petrolero:
reservas de más de 200 mil millones de barriles, además de que
también es rica en gas natural.
García Reyes destaca que el deseo de Estados Unidos es controlar el puente euroasiático en la comercialización petrolera de la zona. Expone que la idea de Bush es cercar a Rusia mediante el control de Afganistán que tiene frontera con Tayikistán, nación que impulsa a la llamada Alianza del Norte. Pero, acota, Rusia está tratando de recuperar la periferia que perdió cuando se acercó al capitalismo. Ahora busca acuerdos con India y China, que deben concretarse pronto. De lo contrario, Estados Unidos tomará posesión también de Asia Central, como lo hizo del Golfo Pérsico después de la guerra.