Proceso
1303
21.10.2001
Una sospechosa trama financiera precedió al ataque a Nueva York
Anne Marie Mergier
¿Cuáles son los intereses inconfesables que se esconden detrás
de la cruzada contra el terrorismo emprendida por George W.Bush?
El
equipo de investigadores de la Red Voltaire, en un informe presentado el martes
16, plantea una serie de preguntas graves al recordar cómo, a lo largo
de las dos últimas décadas, no han dejado de cruzarse e inclusive
de juntarse los intereses de las familias Bin Laden y Bush.
Creada
en 1994, la Red Voltaire está integrada por representantes de partidos
y organizaciones que representan todo el espectro de la izquierda francesa.
Cuenta, además, con la colaboración de un sólido equipo
de periodistas, analistas, investigadores, altos funcionarios de distintas instituciones
nacionales e internacionales. Su meta: informar a fondo al gran público
sobre temas específicos que han sido enfocados en forma superficial o
nunca abordados por los medios de comunicación masiva.
La
Red Voltaire difunde sus documentos por Internet y mediante libros y ensayos
que causan revuelo y malestar en la clase política francesa. Es también
un grupo de presión muy activo. Logró la creación de un
Comité de Vigilancia contra la Ultraderecha, el cual durante cuatro años
reunió semanalmente a todos los representantes de la izquierda plural.
También consiguió que se nombrara una comisión parlamentaria
de investigación sobre esa misma ultraderecha.
De
hecho, la Red Voltaire se ha convertido en el organismo de referencia sobre
el tema y no es un secreto, para nadie, que jugó un papel sumamente importante
en el derrumbe del Frente Nacional (neofascista) y de su líder Jean Marie
Le Pen.
Los
temas que privilegia son, entre otros, la política más que turbia
de Francia en África, los escándalos político-financieros
que sacuden a la clase política, la delincuencia financiera, la defensa
de las libertades individuales y, en general, todo lo relativo a los sectores
policiacos y militares tanto franceses como internacionales.
A
continuación Proceso reproduce su informe más reciente sobre los
lazos financieros entre los clanes Bush y Bin Laden.
ParÍs.-
Los autores de los atentados del 11 de septiembre y las personas que conocían
sus intenciones pudieron anticipar ciertas repercusiones económicas de
ese ataque y llevar a cabo maniobras especulativas contra las compañías
aéreas cuyos aviones fueron desviados, así como contra las empresas
con oficinas en las Torres Gemelas del World Trade Center y compañías
de seguros. También pudieron anticipar una probable baja general de los
valores que cotizan en bolsa. Para lograr su objetivo, les bastó con
especular sobre esa baja comprando no sólo acciones, sino puts, es decir,
"opciones de venta".Identificar a los "iniciados" que participaron
en esas maniobras no sólo representa algo muy importante en materia de
fraude bursátil, sino también permitirá establecer, directa
o indirectamente, la identidad de los autores de los atentados y de sus cómplices.
Los "iniciados"
El 12 de septiembre se comprobó que seis días antes de los atentados
perpetrados en la víspera en Nueva York y Washington, se habían
llevado a cabo maniobras características del delito de "aprovechamiento
ilícito de informaciones privilegiadas".
Las acciones
de United Airlines (uno de sus aviones se estrelló en la torre sur del
World Trade Center y otro se desplomó cerca de la ciudad de Pittsburg)
sufrieron una caída artificial de 42%. Las de American Airlines (uno
de sus aviones se estrelló en el Pentágono y otro en la torre
norte) bajaron 39%. Ninguna otra compañía aérea del mundo
fue objeto de semejantes maniobras, salvo la KLM Royal Dutch Airlines, lo que
permite pensar que quizá se había planeado desviar también
uno de sus aviones.
Se comprobaron
operaciones similares con las opciones de venta de Morgan Stanley Dean Witter
& Co., que se multiplicaron por 12 durante la semana que precedió
a los atentados. Esa empresa ocupaba 22 pisos del World Trade Center. Ocurrió
lo mismo con las opciones de venta de las acciones del primer corredor de bolsa
del mundo, Merrill Lynch & Co. Sus opciones de venta fueron multiplicadas
por 25. La sede de Merrill Lynch & Co. se encuentra en un edificio cercano
del WTC que amenaza con derrumbarse. Maniobras del mismo tipo fueron registradas
con las opciones de venta de las acciones de los grupos de seguros involucrados:
Munich Re, Swiss Re y Axa.
La Comisión
de Control de Operaciones Bursátiles de Chicago fue la primera en dar
la alarma. Comprobó que en la Bolsa de Chicago los "iniciados"
habían logrado 5 millones de dólares de ganancias con United Airlines,
4 millones con American Airlines, 1.2 millones con Morgan Stanley Dean Witter
& Co. y 5.5 millones de ólares con Merrill Lynch & Co.
Las autoridades que controlan todos los grandes centros bursátiles registran
las ganancias obtenidas por los "iniciados", y la Organización
Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) coordina todas sus investigaciones.
El 15 de octubre, la IOSCO organizó una videoconferencia en la que diversas
autoridades nacionales presentaron sus informes de "etapa" (lo que
habían descubierto hasta esa fecha). Resulta que las ganancias logradas
alcanzarían varios centenares de millones de dólares, lo que constituye
el "más importante delito por aprovechamiento ilícito de
informaciones privilegiadas jamás cometido".
Fue posible establecer que la mayor parte de las transacciones pasaron por el
Deutsche Bank y su sucursal estadunidense de inversiones, la empresa Alex Brown,
mediante un procedimiento de portage (que asegura el anonimato de quienes realizan
las transacciones).
Hasta 1998,
la sociedad Alex Brown fue dirigida por A.B. Krongard, un personaje bastante
singular. Capitán de los marines, apasionado por el tiro y las artes
marciales, este banquero se convirtió en asesor del director de la CIA
y desde el 26 de marzo último es el número tres de esa agencia
de inteligencia estadunidense.
Teniendo
en cuenta la importancia de la investigación emprendida por la IOSCO
y de la influencia ejercida por A.B. Krongard, era lógico imaginar que
la sociedad Alex Brown se iba a mostrar dispuesta a cooperar sin problema alguno
con las autoridades para facilitar la identificación de los "iniciados".
No fue el caso. También era legítimo pensar que las revelaciones
hechas hace algunos meses por Ernest Backes, en el sentido de que existe un
registro de las principales transacciones interbancarias realizadas por dos
organismos de clearing, iban a facilitar la labor de los investigadores (ver
entrevista con Thierry Meyssan en recuadro). Tampoco fue el caso.
A pesar
de las declaraciones belicistas de los dirigentes occidentales, todo parece
indicar que se renunció a llevar a cabo las investigaciones hasta su
término y que muy pronto se abandonó esa batalla. Aun cuando la
paz en el mundo está en juego, resulta que la opacidad de los paraísos
fiscales no permitiría rastrear las huellas dejadas por las transacciones
y llegar hasta los criminales.
Cabe señalar
que, prudentemente, los "iniciados" renunciaron a cobrar los 2.5 millones
de dólares de ganancias sobre American Airlines que tuvieron tiempo de
embolsarse antes de que se diera la alarma.
La red financiera
Paralelamente, se realizaron investigaciones muy a fondo para determinar la
amplitud de la fortuna de Osama Bin Laden, presunto autor intelectual de los
atentados, y para ubicar las empresas que controla.
Egresado
de la King Abdul Aziz University, con diplomas en administración y economía,
Bin Laden es un avezado hombre de negocios. En 1979, fue solicitado por su tutor,
el príncipe Turki al-Faisal al-Saud (director de los servicios de inteligencia
sauditas de 1977 a agosto de 2001) para administrar financieramente las operaciones
secretas de la CIA en Afganistán. La CIA invirtió 2 mil millones
de dólares en Afganistán para poner en jaque a la entonces URSS.
Ése fue el operativo más costoso jamás emprendido por esa
agencia.
En 1994,
cuando ya se había convertido en el enemigo público de Estados
Unidos y había perdido su nacionalidad saudita, Bin Laden heredó
alrededor de 300 millones de dólares. Era la parte del Saudi Bin Laden
Group (SBG) que lecorrespondía.
La mitad
del volumen de negocios realizados por ese holding, el más importante
de Arabia Saudita, se realiza en el campo de la construcción y de las
obras públicas, la otra mitad abarca actividades de ingeniería,
de distribución, de telecomunicaciones, editoriales y de bienes raíces.
El SBG creó una sociedad suiza de inversiones, la Sico (Saudi Investment
Company), que a su vez creó varias empresas con filiales de la National
Comercial Bank saudita.
El SBG tiene
importantes participaciones en General Electric, Nortel Networks y Cadbury Schweppes.
Para sus actividades industriales, su representante en Estados Unidos es Adnan
Khashoggi, excuñado de Mohamed al-Fayed, (Khashoggi colaboró con
la CIA en el Irangate, NdR). Los recursos financieros del SBG son administrados
por Carlyle Group.
Hasta 1996,
las operaciones financieras del SBG estaban a cargo de su asesor en Lausana,
el banquero nazi François Genoud. Genoud fue el albacea de Joseph Goebbels,
uno de los más importantes dirigentes del Tercer Reich, encargado de
la propaganda de los nazis (Goebbels se suicidó el 29 de abril de 1945
junto con su esposa y sus seis hijos en el búnker de Hitler, NdR). Genoud
trabajó en estrecha colaboración con numerosos grupos antijudíos
y financió operativos de Illich Ramírez Sánchez, alias
Carlos.
El SBG es
inseparable del régimen wahabita de Arabia Saudita al punto de haber
sido durante mucho tiempo su contratante oficial, y único para la construcción
y la administración de Medina y la Meca, los lugares santos del reino.
También el SBG ganó la mayoría de las licitaciones para
la construcción de las bases militares estadunidenses en Arabia Saudita
y la reconstrucción de Kuwait después de la Guerra del Golfo.
Después
de la muerte accidental del patriarca del clan Bin Laden, en 1968, Salem, su
hijo mayor, le sucedió. Ese último falleció a su vez en
un "accidente" de avión en Texas, en 1988. Desde entonces,
el SBG es dirigido por Bakr, el segundo hijo del fundador del holding.
A pesar
de que el SBG declara haber roto todos sus lazos con Osama Bin Laden desde 1994,
numerosos expertos consideran que se debe diferenciar el derecho positivo del
derecho consuetudinario y, por tanto, sostienen que el líder integrista
sigue ejerciendo una influencia moral sobre Bakr y cobrando dividendos.
Según
un informe exhaustivo realizado el año pasado por una consultoría
privada, que no ha sido publicado pero que fue divulgado por Intelligence Online,
Osama Bin Laden invirtió su herencia en la creación de varios
bancos, sociedades agroalimentarias y de distribución en Sudán.
Invirtió, por ejemplo, 50 millones de dólares en el Al-Shamal
Islamic Bank, cuyo otro socio de referencia es el Tadamon Islamic Bank.
De esa forma,
Osama Bin Laden es socio financiero del Ministerio de Asuntos Sociales de los
Emiratos Árabes Unidos y del Dar Al-Maal Al-Islami (DMI), que el príncipe
Mohamed Al-Faisal Al-Saud utiliza para financiar, en nombre de Arabia Saudita,
todos los movimientos wahabitas esparcidos en el mundo.
Se considera,
también, que Osama Bin Laden es accionista de la Dubai Islamic Bank de
Mohamed Khalfan Ben Kharbash, ministro de Finanzas de los Emiratos Arabes Unidos.
El saudita contó, primero, con el apoyo del coronel Omar Hasam Al-Bechir
(presidente islámico de Sudán que llegó al poder a raíz
de un golpe militar en 1989, NdR) y, luego, con la ayuda de Hasan Al-Turabi
(exeminencia gris de Hasam Al-Bechir, líder del Frente Nacional Islámico,
hoy encarcelado, NdR) para desarrollar varias empresas en Sudán. Se encargó
a Osama Bin Laden la construcción de un aeropuerto, carreteras, un gasoducto,
y el multimillonario saudita acabó por apoderarse de la mayor parte de
la producción de goma arábiga. A pesar de todos estos logros,
Bin Laden fue expulsado de Sudán en 1996.
Osama Bin
Laden también era accionista del laboratorio farmacéutico Al-Shifa,
de Sudán. Estados Unidos sospechaba que en él se fabricaban armas
químicas. Fue la razón por la que lo bombardearon en 1998. Finalmente
hay otra sospecha según la cual el saudita estaría jugando un
papel central en el comercio internacional del opio, narcótico del que
Afganistán es el primer productor mundial.
Osama Bin
Laden ejerce, además, autoridad espiritual sobre poderosas asociaciones
caritativas musulmanas, entre las que destacan la Internacional Relief Organization
(IIRO) y la fundación creada por Abdul Aziz Al-Ibrahim, cuñado
del rey Fahd de Arabia Saudita.
Si se agregan
a estos bienes las reservas de armas acumuladas durante la guerra que Afganistán
libró contra la Unión Soviética y que Osama Bin Laden habría
logrado preservar, se estima que su fortuna puede oscilar entre 300 y 500 millones
de dólares. (...)
Sea como
sea, no se ha detectado elemento alguno que permita relacionar las sociedades
controladas por el líder islámico con los delitos de aprovechamiento
de informaciones privilegiadas del 11 de septiembre.
Los socios
Dos personalidades de primer rango parecen omnipresentes en las sociedades de
Osama Bin Laden: el jeque Khaled Salim Ben Mafhuz y Saleh Idris.
Según
la revista estadunidense Forbes, Khaled Ben Mafhuz posee la 251 fortuna del
mundo, valuada en mil 900 millones de dólares. Su padre había
fundado el principal banco saudita, el National Comercial Bank, que creó
diversas empresas en colaboración con la Sico, sociedad suiza del Bin
Laden Group.
Tal como
se mencionó antes, hasta 1996 los Ben Mafhuz y los Bin Laden tenían
como asesor al banquero nazi François Genoud para montar sus filiales.
Kahled Ben
Mafuz es dueño de una residencia en Houston, Texas, y gracias al apoyo
de la familia Bush, logró comprar parte del aeropuerto de la cuidad para
su uso personal. Sus sociedades están esparcidas en el mundo entero (...)
A pesar
de ser socio de Bin Laden, Khaled Ben Mafhuz sigue siendo actualmente un hombre
de negocios respetado en los centros financieros internacionales. El hecho es
tanto más perturbador cuanto que estuvo en el centro del principal escándalo
bancario de los años noventa: la bancarrota del Bank of Credit and Commerce
International (BCCI).
El BCCI
era un banco anglo-paquistaní que operaba en 73 países. Tres grandes
familias eran las dueñas: los Gokal (Paquistán), los Ben Mafhuz
(Arabia Saudita) y los Geith Faraon (del emirato de Abú Dabí).
Ronald Reagan
utilizó al BCCI para corromper al gobierno iraní para que aplazara
la liberación de los rehenes estadunidenses presos en la embajada de
Estados Unidos en Teherán y sabotear así los últimos meses
de la Presidencia de James Carter. Luego, bajo el impulso del exdirector de
la CIA y vicepresidente George Bush padre, la administración Reagan volvió
a utilizar el BCCI para trasladar las "donaciones" de Arabia Saudita
a los "Contras" nicaragüenses y hacer llegar el dinero de la
CIA a los mujaidines de Afganistán. El BCCI también fue implicado
en el tráfico de armas del comerciante sirio Sarkis Sarkenalian, en el
escándalo Keatinga que sacudió a Estados Unidos; así como
en otro escándalo: el del comerciante Marc Rich en el financiamiento
del grupo de Abu Nidal (organización armada palestina de tendencia radical,
NdR), etcétera...
Finalmente,
el banco se hundió una vez que se logró comprobar que, además
de todas sus actividades, lavaba dinero del cártel de Medellín.
Cuando cerró sus puertas en 1991, el BCCI dejó en el más
absoluto desamparo a 1 millón de sus depositantes. (Entre otros, se puede
mencionar al Seguro Social de Togo y a la Compañía Ferrocarrilera
de Zimbabwe; 130 mil modestos ahorradores británicos y los funcionarios
de Camerún y de Congo Brazaville, cuyos sueldos no pudieron ser pagados
NdR).
El hecho
de que el BCCI haya podido ser manipulado por la CIA, no es nada sorprendente.
Existe una larga tradición bancaria en los servicios secretos estadunidenses.
Eso empezó con la fundación del Office of Strategic Services (OSS),
servicios secretos especialmente creados para operar durante la Segunda Guerra
Mundial, y dirigidos por banqueros y juristas de negocios o corredores de bolsa
acostumbrados a dar golpes torcidos. Después de la Segunda Guerra se
creó la CIA, pero contrató a todo el personal del OSS. Alan Dulles,
primer director de la CIA, pertenecía al OSS y era banquero.
Dos exdirectores
de la CIA, Richard Helms y William Casey, trabajaron en el BCCI. Lo mismo hicieron
dos prestigiados "agentes de influencia" de la CIA, Adnan Khashoggi
y Manucher Ghobanifar (los principales "comerciantes" del Irangate).
Sin hablar de Kamal Adham (cuñado del rey Faisal y jefe de los servicios
secretos sauditas hasta 1977), del príncipe Turki Al-Faisal Al-Saud (jefe
de estos mismos servicios secretos de 1977 hasta agosto de 2001) o de Abdul
Rauf Khalil, su director adjunto (...)
El BCCI
trabajaba en estrecha relación con la Sico, filial suiza de inversiones
del Saudi Bin Laden Group, y entre sus administradores destacaba Salem Bin Laden,
uno de los hermanos de Osama.
La conexión
Bush
Gracias al BCCI un año antes de su bancarrota, George Bush
hijo pudo montar una amplia operación de enriquecimiento ilícito.
Bush era entonces director de una pequeña empresa petrolera, la Harkem
Energy Corporation. Harkem consiguió las concesiones petroleras de Bahrein
en forma totalmente ilegal, ya que fue en realidad una comisión retroactiva
obtenida en el marco de contratos estadunidenses-kuwaitíes negociados
por George Bush padre.
Khaled Ben
Mafhuz, socio privilegiado de Osama Bin Laden, era accionista de Harkem (tenía
11.5% de las acciones de la empresa). El manejo de estas acciones estaba a cargo
de su apoderado, Abdulah Taha Bakhsh, mientras que Salem Bin Laden, miembro
del consejo de administración de Harkem, era representado por James R.
Bath, su apoderado estadunidense.
Considerado
como "solidariamente" responsable de la quiebra del BCCI, Khaled Ben
Mafhuz fue inculpado en Estados Unidos. En 1995, logró que se levantaran
los cargos en su contra, después de una transacción con los acreedores
del banco que llegó a 25 millones de dólares.
Saleh Idris,
el otro socio de peso de Bin Laden, es el director del Saudi Sudanese Bank,
filial sudanesa de la National Comercial Bank, de Khaled Ben Mafhuz. Era coaccionista
de Bin Laden en la empresa farmacéutica Al-Shifa.
En el Reino
Unido, Saleh Idris es accionista mayoritario de IES Digital Systems, una importante
empresa de alta tecnología que produce material de vigilancia bastante
sofisticado.
La semana
pasada, durante una sesión de la Cámara de los Lores, la baronesa
Cox manifestó su "asombro" ante el hecho de que el IES Digital
Systems tuviera actualmente a su cargo la seguridad de los lugares gubernamentales
y militares británicos más "sensibles".
Los principales
responsables y clientes del BCCI se encuentran actualmente en Carlyle Group,
fondo de inversiones creado en 1987, o sea cuatro años antes de la bancarrota
del BCCI. Carlyle administra actualmente una cartera de 12 mil millones de dólares.
Tiene participaciones mayoritarias en Seven Up (que asegura el embotellado de
refrescos para Cadbury Schweppes), en Federal Data (que vendió e instaló
el sistema de vigilancia del trafico aéreo civil a la Federal Aviation
Administration de Estados Unidos), así como en United Defense Industries
Inc. (el principal proveedor de equipo de las fuerzas armadas estadunidenses,
turcas y sauditas). A través de las sociedades que controla, Carlyle
Group alcanza el decimoprimer lugar entre las compañías de armamento
de Estados Unidos.
En 1990,
Carlyle Group se encontró metido de lleno en un escándalo de desvío
de fondos. Wayne Berman, miembro del grupo de cabildeo del Partido Republicano,
había desviado fondos de pensiones estadunidenses para financiar las
campañas electorales de los Bush. Había
aceptado entregar 1 millón de dólares de esos fondos a Carlyle
Group a cambio de un contrato público en Connecticut.
Carlyle
Group administra la mayor parte de las inversiones del Saudi Bin Laden Group.
Entre sus dirigentes, destacan Sami Mubarak Baarma, apoderado de Khaled Ben
Mafhuz en el Reino Unido, y Talat Othmann, uno de los exadministradores de Harkem
Energy Corporation, la sociedad que permitió a George Bush hijo enriquecerse
ilegalmente.
El presidente
de Carlyle Group es Frank C. Carlucci (exdirector adjunto de la CIA, quien después
fue secretario de Defensa). Uno de sus principales asesores es James Baker (exjefe
de gabinete del presidente Reagan y exsecretario de Estado del presidente George
Bush padre).
Para ser
representado en el extranjero, Carlyle Group cuenta con los servicios de John
Major (exprimer ministro británico) y George Bush padre (exdirector de
la CIA y expresidente de Estados Unidos).
Al contrario
de lo que mucha gente piensa, Osama Bin Laden no fue solamente un contratista
de la CIA, empleado para combatir el nacionalismo árabe y a la URSS en
nombre del Islam radical. Fue y su familia sigue siendo uno de los
principales socios financieros de la familia Bush.
Si resulta exacto, como lo pretenden numerosos funcionarios estadunidenses, que la familia Bin Laden sigue teniendo relaciones con Osama y continúa financiando sus actividades políticas, entonces Carlyle Group, que administra las inversiones financieras del Saudi Bin Laden Group, tendría que estar necesariamente implicado en el delito de "aprovechamiento ilícito de informaciones privilegiadas". George Bush padre podría ser, entonces, uno de los afortunados beneficiarios de las maniobras bursátiles ligadas a los atentados del 11 de septiembre.