San Valentín al estilo Eriol
-Toma.
-¿Eh?
Al oír la voz de su esposo, Yoko levantó la vista del enorme libro que leía, mirando distraídamente el pequeño paquete envuelto que Eriol había colocado frente a ella.
-¿Uno más? Te lo agradezco, Eriol, pero mi cumpleaños recién pasó y me diste muchos regalos. Demasiados, diría yo. ¿No crees que deberías dejar los festejos? Falta muy poco para mi examen de ingreso a la universidad y aún me queda bastante por estudiar-dijo con un suspiro y un tono levemente cansado, al tiempo que señalaba con la mirada la pila de libros que tenía sobre la mesa.
-Pero este es muy especial-replicó él con una de sus sonrisas más encantadoras-Ábrelo.
-Está bien-respondió tomándolo-Me preguntó qué será ahora...
-Feliz día de San Valentín, Yoko.
-¿San Valentín...?-murmuró desconcertada terminando de desenvolverlo- ¡¿Hoy es San Valentín?!
-Sé que últimamente has estado demasiado ocupada con tus estudios, el embarazo y no sé cuántas cosas más. No sabía si festejabas esta fecha pero yo no podía dejarla pasar.
-Lo siento muchísimo, Eriol-comentó apenada-. Lo olvidé por completo y no tengo nada para ti, que me diste un.. ¿Un chocolate?-preguntó con sorpresa tras mirar el contenido del paquetito pues estaba acostumbrada a recibir presentes muy costosos o extravagantes por parte de su esposo.
-En Japón es costumbre que este día se obsequie chocolate a la persona amada. Me pareció una buena idea ya que, como tú misma mencionaste, tu cumpleaños fue hace poco. Un regalo normal hubiera sido eso, uno entre tantos. Y si bien lo normal es que la mujer sea quien prepare el chocolate y lo ofrezca...
-En ese caso lo haré ahora mismo-interrumpió la joven levantándose con rapidez y dirigiéndose a la puerta-, sólo tengo que ir a comprar los ingredientes y en un momento lo tendré listo.
-Pero, querida, ya es muy tarde para que salir, ¿no crees?
Sólo entonces Yoko reparó en la hora. Por las amplios ventanales del estudio se veía el cielo nocturno y aún sin mirar el reloj, la altura de la luna indicaba que la noche estaba muy avanzada.
-¿Y ahora que hago?-dudó desconsolada a mitad de la habitación- Tú siempre me colmas de regalos que no pudo corresponder. Y ahora que podía hacerlo, lo olvido.
-No te preocupes-la consoló, situándose frente a ella y mirándola directamente a los ojos-, lo que te doy son “cosas que son sólo costosas pero que no se comparan con lo que me has dado desde que entraste en mi vida”, ¿recuerdas? Sobretodo-continuó acariciando con suavidad el ya abultado vientre de Yoko, haciéndola sonrojar-esto que está por llegar.
-Pero... aún así quisiera obsequiarte algo.
-En ese caso, en Japón también está el “White Day”.
-¿”Whi-White Day”?
-La contraparte del día de San Valentín, el “día blanco”-explicó con una sonrisa al ver la adorable expresión confundida de su esposa-que se celebra un mes después, el 14 de marzo. Ese día los que recibieron algo devuelven el favor.
-¿Y ahí podría compensarte?-su mirada se iluminó ante la posibilidad-Dime que te gustaría.
-Mmm, lo clásico eran los bombones, de ahí el nombre, o el chocolate blanco. Aunque si no mal recuerdo ahora son más comunes las galletas caseras, caramelos, flores o...-se detuvo pensativo.
-¿Qué más? Prometo que haré todo lo posible para conseguirlo.
-Lencería.
-¡¿Quieres que te regale ropa interior?!-la chica casi gritó al tiempo que retrocedía con el rostro repleto de rubor.
-Sería algo interesente de ver...-dudó, aumentando el sonrojo de su esposa-si bien preferiría ser yo quien te la regalara.
-¿Eh? ¿Y entonces cuál sería mi regalo?
-El que te la pusieras... y me dejaras verla, claro.
-¿Mostrártela...? Yo... bueno... yo...
Y no pudo decir más. Eriol se encontraba frente a ella.
-No debes de tener pena conmigo, Yoko-dijo mientras la tomó por la barbilla mirándola a los ojos.
-Pero yo... ahora...
-Y me lo prometiste-continuó con un tono de niño decepcionado que la desarmó por completo.
Tras unos instantes de duda, ella suspiró respondió resignada. Eriol sabía muy bien cómo convencerla.
-Está bien. Aunque no querrás que lo haga en marzo. En un mes el bebé habrá crecido más y yo...
-A mí no me importaría.
-¡Pero a mí sí!-replicó abochornada-¿Te parece bien si lo dejamos para después de que nazca el bebé? Quizá un mes después o...
-Cuando te sientas más cómoda-le interrumpió con suave voz y abrazándola con delicadeza se inclinó para besarla.
Si bien la joven correspondió su beso, cuando se separaron ella volvía a mirarlo con extrañeza.
-Vamos, Yoko-rió Eriol-es sólo un regalo normal en una pareja.
-Pues tu ‘normalidad’ no deja de sorprenderme.
Notas de Nikki: Je je je, al escribir esto se me ocurrió mirar el perfil de Yoko y ¡oh sopresa!, es unos días antes de San Valentín lo que me dio una buena idea para el inicio. Así no quedó tan forzado el regalo de Eriol ^^
Y antes de que lo olvide, también tomé una frase de 'En la torre de Tokyo'; la cita de Eriol que viene del quinto epílogo de y me parece muy linda. Escribí esto poco antes de Navidad y aunque quería darle una arregladita, ya no me dio tiempo.
Por cierto, este y el otro de San Valentín fueron los primeros fics ‘especiales’ que publiqué en ESN y que compartí pues también los puse en el grupo ‘Crónicas Cardcaptors’ de Crystal porque andaba de humor ^_^
Fanfic escrito y revisado el 25 de diciembre del 2007.
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