Minako Love        

               por Amri-chan                

 

 

CAPÍTULO 8

¿Qué tal lo pasaste con Hiroshi?


Después de escribir en su diario todo lo que había pasado durante el día, Minako quiso reflexionar un poco más.

Había sido un día inolvidable. Por la mañana había abierto sus sentimientos a Yasha y por la tarde... Por la tarde había estado a punto de besarse con Hiroshi. Pero, ¿realmente quería que su primer beso se lo diera Hiroshi? Desde luego no había duda en que le gustaba, y le gustaba mucho, pero la magia de aquel atardecer podría haberla llevado a algo de lo que quizá se arrepintiese más tarde.

Por otro lado, Yasha había conseguido que ella abriera su corazón a los demás. La había escuchado y comprendido y hasta la había animado a pasar la tarde con Hiroshi. No había dudas ningunas en que Yasha era un buen chico. Se sentía muy a gusto a su lado. Sentía una familiaridad que no tenía nada que ver con la atracción por Hiroshi. Sin embargo, también sabía que esa familiaridad no era la familiaridad de un amigo, había algo más... algo más que le interesaba desvelar en aquel chico misterioso. Así que también era cierto que estaba presente en su corazón y cada vez con más peso.

Entonces ¿era Hiroshi el pasado y Yasha el futuro? Una cosa estaba clara, no podía enamorarse de los dos chicos a la vez, y tampoco quería elegir a la ligera, y ya no porque su amor pudiera no ser correspondido, sino porque no quería mentirse a sí misma.

Querido diario, no quiero mentirme a mi misma. Tengo que saber cuál de los dos me gusta realmente, Hiroshi quien me atrae desde hace tiempo o Yasha, quien se está ganando mi corazón.

Y con esa reflexión se fue a dormir. Muy nerviosa por lo que pudiera suceder al día siguiente al ver a Hiroshi.

Mientras, Hiroshi volvía a casa dándole vuelta a lo que había estado a punto de hacer. Ahora ya no cabía ninguna duda ¡había estado a punto de besar a Minako!, sabía que aquello no estaba bien. Él era el novio de Yoko y eso sería engañarla miserablemente.

Pero había algo mucho peor en todo aquello... Realmente... realmente... no se arrepentía de haberlo intentado. De hecho si no hubieran aparecido aquellas chicas... Ahora..., ahora la deseaba más. Quería tenerla entre sus brazos, acariciarla y besarla dulcemente. Aquella chica tan vulnerable y a la vez tan madura, era tan diferente a Yoko...

Tras aquel sentimiento se llevó su mano derecha a la cara en símbolo de desesperación... ¿¡Pero qué estoy haciendo!?
...

La mañana amaneció lluviosa. A Minako no le gustaban demasiado esos días tristes, especialmente cuando estaba deprimida, sin embargo, aquel día no era eso lo que más le preocupaba.

¿Cómo reaccionaría Hiroshi al verla? ¿Sería ella capaz de mirar a la cara a Yoko? ¡Había estado a punto de besarse con su novio.

-Soy una mala amiga... -Se dijo preocupada.

¿Pero qué podía hacer? El amor era mucho más fuerte, los sentimientos eran más poderosos que su voluntad y ahora no estaba dispuesta a ir en contra de ellos.

Repitió el mismo ritual de todos los días, guardó sus libros y su diario en la cartera, se puso el uniforme, bajó las escaleras y fue a la cocina donde le esperaba el desayuno. Al terminar, se puso los zapatos y salió a la puerta a esperar a que llegara Yoko.

-¡O hayou! -Saludó Yoko

-¡O hayou gozaimasu! -Le correspondió Minako un poco dubitativa.

-¿Qué tal ayer? ¿Cuidaste bien a mi chico? -Pregunto divertida Yoko. Estaba claro que no intuía nada de lo que había pasado.

Minako no sabía que responder.

-Encontramos un perfume ideal para su madre. -Le respondió con una sonrisa muy forzada.

La verdad es que había cuidado muy bien de Hiroshi, tan bien ¡que habían estado a punto de besarse! Pero claro, eso no se lo podía decir. De nuevo pensaba que era una mala amiga...

Yoko empezó a hablar de lo mucho que había estudiado aquella tarde y que tenía algunas preguntas que hacerle a Minako.

Pronto se encontraron, como ya era costumbre, a Yasha. Las chicas le saludaron y él las correspondió amablemente.

Yasha había estado dándole vueltas a la tarde que había pasado juntos Hiroshi y Minako. Reconocía haberse torturado un poco, porque había llegado a imaginar lo pero, sin embargo, Minako parecía igual que siempre. No aparentaba ocultar nada... ¿o quizás si? Sea como fuere, no podía apartar su mirada de aquella chica.

Minako se había dado cuenta de que Yasha le miraba con más intensidad que otros días. En su mirada parecía entenderse la pregunta "¿qué pasó?" y Minako intentaba que no captara nada, al menos de momento...

Lo siento, pensaba ella, lo siento mucho Yasha. Siento haberte metido en todo esto... y bajó la mirada.

-Hoy pareces algo triste, Minako -Le comentó Yoko. Mientras, Yasha también se había dado cuenta del cambio de expresión en la mirada de Minako.

Llegaron sin más trascendencia a la escuela. Y como de costumbre Hiroshi esperaba en la puerta. Parecía más pensativo de lo normal, pero Yoko no parecía darse cuenta.

En cuanto se reunieron, Yoko cogió del brazo a Hiroshi y le dio un beso en la mejilla.

-Espero que te hayas portado bien con Minako.

Minako no sabía dónde meterse ante aquel comentario. Los saludó, sin mirar a la cara a Hiroshi, y dijo que tenía mucha prisa.

Lo reconocía, en aquel momento sí que estaba huyendo. Aquella situación era demasiado fuerte para ella después de lo que había sucedido, y al menos esa mañana no quería estar cerca de esos dos.

Yasha se dio cuenta de que pasa algo. ¿Al final sus sospechas se habrían hecho realidad? Se disculpó ante Yoko y Hiroshi y se fue detrás de Minako.

-Definitivamente, ese chico está totalmente prendado de Minako. -Dijo Yoko divertida.

Hiroshi bajó la mirada al suelo ante aquel comentario. Después miró el brazo de Yoko que le enganchaba como de costumbre, pero en aquel momento sentía ganas de apartarlo. Sin embargo, intentó fingir que todo iba igual que siempre. Cogió a Yoko de la mano y los dos fueron juntos a clase.

Cuando entraron, Yasha y Minako ya estaban sentados hablando de sus cosas.

¡Que bien me siento con Yasha!, pensaba Minako.

La señorita Kuthumi entró en la clase y pidió silencio. Las clases de la mañana transcurrían ya sin ningún incidente.

Pronto llegó el primer recreo. Minako le dijo a Yasha que tenía que hacer una cosa urgente y él la dejó tranquila. Sin embargo, la sorpresa fue cuando vio como se dirigía decidida a hablar con Otomo...

-Otomo, tengo que hablar contigo. -Le insistió ella.

-¿Qué ocurre, Minako? -Preguntó él extrañado.

Al igual que él la había llevado el primer día a un lugar más apartado para hablar, ella le cogió bruscamente del brazo y se lo llevó a unos ventanales que había al fondo del pasillo donde nunca pasaba nadie.

A Yasha le sorprendió aquella actitud. ¿Por fin Minako había elegido a Otomo en vez de a Hiroshi? Cada vez se sentía más desconcertado..., pero no quería inmiscuirse en los asuntos de aquella chica que la había robado el corazón. Él sólo deseaba que ella fuera feliz, así que se sentó en su mesa con aire de deprimido.

Por su parte Hiroshi y Yoko salieron al patio como de costumbre. Pero Hiroshi estaba en otra dimensión. Él seguía en aquel atardecer con Minako y no le prestaba a Yoko ninguna atención. Ésta estaba repasando algunos apuntes, así que tampoco le dio demasiada importancia al silencio de su querido Hiroshi.

-Otomo, la señorita y tú debéis tener más cuidado cuando salgáis juntos. Ayer, Hiroshi y yo casi desvelamos vuestro secreto. Tuve que llevarme a Hiroshi por otro camino para que no os vieran. -Le regaño Minako.

-Bueno... eso ya da igual ahora... -Dijo triste Otomo.

-¿Por qué? -Se extrañó ella -¿No habréis roto, verdad? Ayer se os veía tan bien...

-No, no. No hemos roto, pero ella ha decidido sacar a la luz nuestra relación. Piensa contarlo en el festival de la escuela que se celebra la semana que viene.

-¡Pero eso es un suicidio laboral! ¡La despedirán de inmediato! -Dijo escandalizada.

-Ya lo se... ¡He intentado impedírselo, pero no me hace caso! Dice que me ama demasiado como para seguir a escondidas. -Se ruborizó. -Así que hoy mismo se va a poner a buscar trabajo, en previsión del despido.

Minako no se lo podía creer. Estaba decidida a hacer algo. Su determinación era tan fuerte que plantó a Otomo y se dirigió al despacho de la señorita Kuthumi. Algo nerviosa llamó a la puerta.

-Adelante. -Se pudo escuchar desde dentro del despacho.

Minako deseaba con todas sus fuerzas que la señorita estuviera a solas. Y tuvo suerte. Entró y cerró la puerta.

-¡Hola Minako!

Minako se fue hacia la señorita y golpeó bruscamente su mesa con las dos manos.

-¡No puede hacer eso! ¡No puede sacrificar su vida laboral de esa manera!

Kuthumi se sorprendió ante aquella reacción, pero en seguida comprendió que Minako lo sabía todo.

-Querida Minako. Algún día comprenderás que por amor verdadero se está dispuesto a sacrificar cualquier cosa. Aunque mi vocación siempre fue ser profesora no puedo seguir escondiéndome tras las esquinas para poder amar a Otomo. No, ya no estoy dispuesta a seguir así...

Kuthumi cogió de la mano a Minako.

-Gracias, muchas gracias por preocuparte por mi. Y te prometo que este sacrificio no será en vano. ¡Seguiremos siendo amigas! ¿vale? -Le dijo con gran cariño la señorita.

Minako tenía ganas de llorar, pero no lo hizo. Comprendió que Kuthumi amaba profundamente a Otomo y que aquello era lo mejor que podía hacer.

Salió del despacho con gran tristeza y fue a sentarse en su mesa a esperar que llegaran las siguientes clases.

Yasha seguía allí, esperándola y como la vio tan triste cuando entró, se imaginó que Otomo la había rechazado. Sin embargo, no quiso decir nada para no herirla todavía más.

Minako estaba tan absorta que se sentó sin decir nada y de nuevo el silencio...

Kuthumi llegó espléndida a dar las últimas clases de la mañana. Y cuando entró en la clase le guiñó un ojo de complicidad a Minako. Por lo demás, todo transcurrió con normalidad.

-Bueno, chicos y chicas. La semana que viene es el festival de la escuela y quiero que mañana todos me presentéis vuestros proyectos para la fiestas. De entre todos los proyectos de la escuela se elegirán aquellos que estén mejor para llevarse a cabo, así que quiero que os esforcéis al máximo. Me sentiría muy orgullosa si los proyectos elegidos salieran de esta clase.

Todos sonrieron a la señorita y le aseguraron que lo harían lo mejor posible.

Sonó la campana que avisaba de que había llegado la hora de comer y todo el mundo fue a su lugar de costumbre.

Hiroshi seguía a Yoko como una marioneta. No sabía que hacer, sólo pensaba que se estaba enamorando profundamente de Minako y que Yoko empezaba a estar en segundo plano. Se preguntaba si realmente se habría enamorado alguna vez de ella. Aquella chica despreocupada, tan natural y tan hermosa. Había sido ella la que años atrás le había propuesto que salieran. En aquel momento él llegaba nuevo de otra escuela y le parecía tan simpática y guapa que no dudó ni un instante en decirle que si. Sin embargo, aquello que sentía por Minako era más fuerte que lo que sentía por Yoko.

Por su parte, Yasha y Minako se dirigieron bajo el árbol. Ese día, Yasha se había traído la comida, y los dos chicos decidieron compartirla. Así podrían probar más cosas.

Yasha no se aguantaba más. La curiosidad pudo con él y al final hizo la pregunta que estaba deseando hacer.

-¿Qué tal ayer con Hiroshi? 

Minako no sabía si contarle todo lo que pasó, o responderle con un simple "todo muy bien, gracias". Al final se decantó por la primera opción. Tenía una gran confianza en Yasha y se sentía muy bien. Además así observaría su reacción.

-¿Me prometes que no se lo dirás a nadie?

-¡Te lo prometo! -Dijo Yasha ya esperando oír la pesadilla que se había imaginado.

-Estuvimos a punto de besarnos... No se... fuimos al puerto a ver el atardecer y una cosa llevó a la otra. Pero aparecieron unas compañeras de clase y nos interrumpieron.

En corazón de Yasha se hizo mil pedazos. Aunque no se hubieran besado, lo habían estado a punto de hacer.

-¿Y tú como te sentiste después? -Le preguntó cabizbajo.

-Pues no muy bien...

-Ya, por Yoko. -Sobreentendió Yasha.

-No. Bueno... no solo por eso. Ya te dije que hay otro chico en mi corazón. Y todavía no tengo muy claro que Hiroshi sea mi elección definitiva. Ese beso habría llegado demasiado pronto...

Yasha no se sentía demasiado bien con aquella conversación, sobre todo después de que Minako le confirmara sus sospecha de que había pasado algo entre Hiroshi y ella. Se tumbó en el césped debajo del árbol y ya no le dijo nada más.

Una profunda tristeza le recorría el alma. Miraba a Minako mientras ella escribía en su diario lo que había pasado con la señorita Kuthumi. ¡Era tan hermosa! Su delicadeza, su madurez, su fragilidad, sus buenas intenciones para con todo el mundo. Él nunca había tenido mucha suerte con las chicas, sobre todo por culpa de sus padres. Estaba convencido de que sobre él recaía una gran maldición de amor que le impediría abrazar y besar a la que deseaba con todas sus fuerzas que fuera su novia para siempre.

Las clases de la tarde transcurrieron rápidamente. Más rápidamente que otros días por la excitación que tenían los alumnos en empezar a realizar sus proyectos para la fiesta de la escuela.

Cuando terminaron y ya todo el mundo volvía a sus casas Yoko tuvo una idea.

-¡Chicos! -Dijo dirigiéndose hacia Hiroshi, Minako y Yasha. -¿Por qué no intentamos hacer el proyecto todos juntos? Entre los cuatro seguro que se nos ocurre algo muy divertido y especial.

A Hiroshi le pareció buena idea, con tal de estar cerca de Minako... pensaba. Yasha dijo que le daba igual, así que Yoko entendió por aquello un sí, pero Minako no se sentía con fuerzas para soportar una tarde con los dos chicos de su corazón y la amiga a la que le estaba dando una cuchillada por la espalda. Sin embargo, como de costumbre, Yoko consiguió salirse con la suya y arrastrarla a sus planes.

-¡Decidido! Iremos a alguna cafetería y mientras tomamos algo buscaremos ideas.

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J Por Amri-chan

Bien, otro día más y otro capítulo más. Ya sé que quizá no sea excesivamente emocionante, pero en las pasiones del corazón también tiene que haber algún descanso, ¿no? Además, debemos dejar que los chicos se vayan aclarando poco a poco... Tienen que coger fuerzas... ¡¡¡¡Pronto habrá sorpresas!!!!

Muchos besitos, y ¡hasta el próximo capítulo!




Capítulo 9:  Y los ganadores son...

 

 

 

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