Minako Love        

               por Amri-chan                

 

 

CAPÍTULO 11

Corazones revueltos


Por fin llegó el tan ansiado día del festival.

Los alumnos estaban radiantes y los profesores felices del estupendo trabajo que habían realizado todos los chicos.

Las actividades se celebrarían todas en el patio principal. Como en todas las fiestas de este tipo había puestos ambulantes organizados por los diversos clubes para recaudar más dinero para sus actividades. Entre estos puestos, había venta de ropa y de comida.

Además, desde primera hora de la mañana se organizaban las competiciones para determinar los finalistas que lucharían por las medallas en lo campeonatos de la tarde. Había campeonatos de atletismo, de tenis, de volei, ... Yoko no participaba en ellos como otros años porque había preferido dedicar su tiempo al proyecto del "café teatro".
 
El café abrió a media mañana. Todos estaban ansiosos por disfrutar del buen ambiente y de las actuaciones previstas. Era una actividad especialmente demandada por los profesores y los padres de los alumnos que deseaban visitar la fiesta.

Nada más abrir sus puertas el café llenó todo su aforo. Las colas se hacía en la entrada para poder entrar y disfrutar de lo que se estaba convirtiendo en la actividad más interesante de la jornada.

Hiroshi, Yasha, Minako y Yoko vigilaban que todo estuviera en su sitio, aunque de vez en cuando también servía a algún cliente.

Los cuatro se felicitaban porque todo estuviera saliendo tan bien.

Todos se turnaban para descansar y disfrutar un poco de la fiesta. Por su parte Minako, como de costumbre para descansar había escogido su lugar bajo el árbol. A pesar de que aquel día era de fiesta, se había traído la cartera y en ella, como no podía ser de otra manera, traía su querido diario. Tenía ganas de expresar lo bien que estaba saliendo, lo feliz que era en ese momento y lo tranquilo que sentía el corazón a pesar de estar junto a Hiroshi y a Yasha.

Querido diario, todavía no lo tengo muy claro. Todavía no se cuál es el chico que me gusta más. Solo te diré que Yasha cada vez me atrae con más fuerza. El problema surge cuando pienso en el posible beso que nos habríamos dado Hiroshi y yo... Es por ello que se que Hiroshi sigue muy presente en mi corazón. ¿Seré capaz de despejar mis dudas algún día?

Estas fueron las últimas palabras que pudo escribir ese día. En seguida la requirieron para el café. Al parecer, la señorita Kuthumi quería hablar con ella.

-Querida Minako. Hoy es el gran día. Me gustaría decir en tu escenario unas palabras.

Kuthumi estaba radiante, sonreía y una gran determinación emanaba de su presencia. Por su parte, Minako sabía muy bien qué era lo que la señorita quería decir.

-Señorita, me gustaría contar con la aprobación de mis compañeros. Al fin y al cabo el café teatro es de los cuatro...

Kuthumi la cogió de los hombros y le consintió que consultara el asunto con Hiroshi, Yasha y Yoko.

Minako fue a buscarlos y los reunió detrás del escenario. Sus compañeros estaban muy extrañados e intrigados por determinar qué era lo que estaba pasando.

-Bien... Los cuatro sabéis que llevo una temporada hablando más de lo normal con Otomo. -Comenzó a explicar Minako.

Yasha suspiró en aquel instante. Estaba convencido de que al final la elección de Minako era Otomo.

-Veréis, hay una razón de gran peso para ello.

Yasha creía que el corazón se le rompería en mil pedazos.

-Por difícil que os parezca lo que os voy a contar es verdad.

Minako hizo una pausa manteniendo el suspense en el ambiente.

-La señorita Kuthumi, nuestra señorita, lleva varios años saliendo con Otomo.

En ese instante el desconcierto se mostró en la cara de los chicos. Yasha sentía un gran alivio en su corazón. Si no era Otomo el otro chico que le gustaba... ¿Podía ser él elegido? Ahora ya no tenía dudas. Debía sincerar sus sentimientos con Minako.

Minako prosiguió.

-Veréis, yo los vi juntos el día que fuimos al cine. No quise decir nada, pero Otomo me vio mientras les veía besándose. Quise mantener el secreto, pero ahora la señorita Kuthumi, quien ama a Otomo profundamente, quiere sacarlo a la luz. Aun a riesgo de perder su trabajo. Por eso me ha pedido que le concedamos unos minutos en nuestro escenario, aprovechando que la mayoría de profesores están aquí y también el director, quiere contar la verdad de una vez por todas.

Los compañeros de Minako seguían en estado de shock, pero decidieron darle el permiso por unanimidad.

Minako se dirigió con una sonrisa a la señorita y le dijo que si tenía el permiso.

Decidieron que sería Yoko la que introdujera el discurso de Kuthumi.

-Estimados amigos, os damos las gracias por disfrutar de esta actividad y deseamos que se mantenga este ambiente durante todo este día. Ahora quiero presentaros a una profesora muy especial. Ella nos ha animado y apoyado en los momentos difíciles y hoy queremos ser nosotros los que la apoyemos. La señorita Kuthumi desea decir unas palabras.

Todos los espectadores del café aplaudieron.

La señorita subió al escenario y se rió dulcemente.

-Muchas gracias por vuestros aplausos. En fin, no creo que me queráis seguir aplaudiendo después de lo que voy a decir. -Y volvió a reírse.
Todos se quedaron extrañados esperando las palabras de Kuthumi.

-Hace algún tiempo se rumorea que estoy saliendo con un estudiante. Hasta el día de hoy no se había podido demostrar nada. Pero hoy he decidido decir la verdad...
Sí, estoy saliendo con un estudiante. Además es un estudiante de mi clase... Estoy saliendo con Otomo.

En ese instante se formó un terrible revuelo. El director se levantó rápidamente de la mesa y llamó inmediatamente a Kuthumi a su despacho. Todos los presentes no dejaban de hablar del asunto. Unos a favor, otros en contra.

El revuelo fue tal que lo que acababa de pasar recorrió rápidamente las bocas de todos los presentes a la fiesta. En ese instante Otomo, quien estaba en la caseta del club de Tenis, fue el centro de atención.

El chico estaba preocupado por lo que pasaría con Kuthumi, así que no paraba de preguntar dónde estaba ella y si había noticias. En cuanto se lo comentaron, fue directamente al despacho del director.

Mientras, en el café las actuaciones seguían, aunque el asunto de la señorita Kuthumi seguía siendo la comidilla de todos.

Hiroshi, Yasha, Minako y Yoko debían seguir atendiendo al café. Pero estaban preocupados por lo que le sucedería a la señorita. Todos daban por sentado que la expulsarían de la escuela y eso les entristecía.

Las horas pasaban y la señorita Kuthumi seguía en el despacho con el director. Otomo estaba en la puerta esperando que su amada saliera.

Por fin, se abrió la puerta.

Kuthumi y el director salieron riéndose. Señal de que quizá se podía haber llegado a un acuerdo.

El director fue junto a Otomo.

-Chico, tienes mucha suerte. Kuthumi es de armas tomar, y después de explicarme lo enamorados que estáis y el por qué quiso hacer este anuncio público no me he sentido capaz de despedirla. Semejante acto de valentía debe verse recompensado. Ahora bien, hemos hecho un trato. Ella será a partir de ahora la profesora del otro grupo y el profesor de ellos será el vuestro. Eso significa que no podrás ser su alumno. Además tampoco estará permitido que dentro de la escuela hagáis demostraciones de vuestro amor. Lo que hagáis fuera de los muros del colegio no es cosa mía, pero dentro deberéis mantener las distancias. ¿De acuerdo?

Otomo no se lo podía creer. Lo la habían despedido y además podrían seguir juntos, sin tener que esconderse en las esquinas. Ahora podrían ir por la calle cogidos de la mano y besarse cuando quisieran.

Kuthumi y Otomo se sonrieron.

Kuthumi volvió al café con el director y Otomo al club de tenis. Pronto se enteró toda la escuela de cómo había terminado el incidente.

Hiroshi, Yasha, Minako y Yoko estaban tristes por el cambio de profesor, pero a la vez felices de que todo hubiera salido bien.

Por lo demás la tarde transcurrió sin más incidentes. Todo el mundo era feliz en el festival.

La noche se acercaba y con ello el baile de disfraces.

Los chicos que habían realizado el proyecto estaban muy nerviosos. Mientras realizaban los últimos detalles al café para transformarlo en una sala de baile, todos los presentes que querían asistir se fueron a cambiar.

Había personas que ya se habían traído los trajes en una mochila que guardaron en la escuela. Otros, los que vivían más cerca abandonaron el festival para ir a sus casa a cambiarse.

Los cuatro chicos se llevaron sus trajes en las mochilas.

Yoko y Hiroshi se habían puesto de acuerdo. Los dos vestían de piratas. A Yoko le realzaba la figura y en Hiroshi acentuaba su atractivo.

Por su parte, Minako había escogido un traje de dama medieval. Era lo más barato de hacer y le había quedado estupendo. Como e maquillaba por primera vez, tuvo que pedir ayuda a Yoko y ésta supo resaltar la belleza y sencillez de Minako a la perfección.

Mientras, Yasha había elegido un disfraz de guerrero samurai. Las telas eran del mismo color de sus ojos. Aquellas ropas le hacían parecer más adulto, más maduro y por supuesto mucho más atractivo. Tanto es así, que en cuanto salió del vestuario de los chicos, todas las chicas hablaban de él. Todas querían conseguir un baile con aquel chico tan guapo.

Yoko y Minako salieron antes del vestuario y se dirigieron hacia lo que horas antes había sido su café teatro. Todavía no había mucha gente, que iba llegando poco a poco. Estaban hablando animadamente mientras esperaban a los chicos.

Hiroshi y Yasha salieron a la vez. Y fueron a buscar a las chicas.

Cuando entraron en la pista de baile, las localizaron entre la gente que ya estaba allí. Y fue en ese mismo momento cuando los dos chicos se vieron cegados por la belleza y encanto de Minako. Nunca la habían visto tan arreglada y para ambos era una visión celestial. Se quedaron de pie, como petrificados, absortos en la magia de Minako.

Las chicas se dieron cuenta de que los chicos estaban en otro mundo y se dirigieron hacia ellos.

-Bueno ¿y a vosotros que os pasa? -Dijo Yoko con cierto enfado.

-Estás... estáis preciosas, chicas. -Consiguió decir Hiroshi.

-¿No estoy muy recargada? Yoko me maquilló y me convenció para ponerme tan arreglada, no se... me siento muy rara... -Dijo Minako algo avergonzada.

Los dos chicos negaron rotundamente con la cabeza.

-Pareces una visión angelical. -Logró decir Yasha.

Ninguno de los dos era capaz de despegar el ojo de Minako.

Hiroshi se sentía mal, estaba deseando a Minako, cuando Yoko estaba su lado...

¡Debo decírselo!, Mañana hablaré con Yoko y romperé mi relación con ella. Se lo explicaré lo mejor posible y se lo diré de la mejor manera posible para que sufra lo menos posible. ¡Mañana lo haré!..

Tras aquella visión de Minako sabía perfectamente que su corazón le pertenecía a ella y no a Yoko.

Los organizadores habían conseguido un buen grupo de músicos que tocaban todo tipo de melodías.

Los cuatro bailaban felices.

-Hiroshi, me podrías traer algo de beber. Sé que sobraron algunas cosas de nuestro café, están detrás del escenario y podíamos aprovecharlas. -Le preguntó Yoko.

Él sonrió.

-Ahora mismo voy.

En ese instante tocaban una canción lenta, así que Yoko prefirió dejar la pista y esperar a que Hiroshi regresara con los refrescos.

Yasha cogió amablemente de la mano a Minako. El ambiente era muy romántico. Música lenta, luces tenues, los dos más atractivos que de costumbre, ...

Cuando Minako le cogió la mano sintió algo muy especial. Un cosquilleo recorrió su cuerpo y su corazón empezó a latir con fuerza. Yasha la agarró suavemente hasta fundirse con ella en un abrazo.

¡Cuánto tiempo había esperado para poder abrazar con todo su amor aquella chica! Solo deseaba, deseaba con todas sus fuerzas que ella no escapase esa vez. Se sentía el hombre más feliz de la tierra en aquellos instantes y no quería que se desvaneciera en la nada. Siempre había tenido muchos problemas con las chicas, especialmente por culpa de su familia. Y aquello, aquello rebasaba lo que había sentido en sus otras relaciones. Aquello lo rebasaba todo. Aquello era amor, amor verdadero y no quería que nada ni nadie rompiera la magia de aquel momento.

Minako apoyó su cabeza en el pecho de Yasha. Estaba algo ruborizada y sonrojada. Pero aquel abrazo, aquel abrazo la hacía sentirse como alguien muy especial. Se sentía protegida, amada y deseada. Aquello era nuevo para ella. Oía sus latidos, pero también los latidos de Yasha. Parecían vibrar al unísono...

-Minako, .... -Dijo Yasha mirándole a los ojos.

Minako levantó la mirada.

-Minako, te quiero... te amo... Desde que te vi por primera vez en el despacho de la señorita Kuthumi sentí que anhelaba estar contigo.

Por fin salieron las palabras que Yasha tanto deseaba decir. Por fin había podido sincerarse con su querida Minako.
Pero Minako no supo reaccionar. Aquellas palabras le habían llegado al corazón, pero no sabía que hacer. Se separó de Yasha.

-Voy a ayudar a Hiroshi...

Minako estaba en estado de shock. ¿Había oído bien? ¿Yasha acababa de declararle su amor? Si... había escuchado bien... ¿Y ella qué haría ahora?

Se dirigió hacia detrás del escenario, mientras Yasha bajaba triste la mirada al suelo. Yoko, que se había dado cuenta de lo que había pasado, le tranquilizó recordándole que debía darle tiempo a Minako para que aclarara sus sentimientos.

-No te preocupes, iré a hablar con ella ahora mismo. 

Por su parte, mientras Yasha y Minako bailaban, Hiroshi, que había ido a buscar un refresco para Yoko, había descubierto detrás del escenario la cartera de Minako. Como estaba demasiado a la vista, quiso guardarla en un lugar mejor, pero al hacerlo sin querer se abrió, dejando caer al suelo el querido diario de Minako.

El diario se había abierto por la última página. Y a Hiroshi le fue imposible evitar leerla.

Querido diario, todavía no lo tengo muy claro. Todavía no se cuál es el chico que me gusta más. Solo te diré que Yasha cada vez me atrae con más fuerza. El problema surge cuando pienso en el posible beso que nos habríamos dado Hiroshi y yo... Es por ello que se que Hiroshi sigue muy presente en mi corazón. ¿Seré capaz de despejar mis dudas algún día?

Hiroshi estaba fuera de sí. ¿Acaso Minako se sentía atraída hacia él? En el diario contaba que incluso era desde hacía tiempo... Su corazón iba a estallar de alegría. ¡El amor que sentía hacia la bella Minako era correspondido!

En ese instante apareció detrás del escenario Minako. Hiroshi había sido ajeno a la situación surgida entre Yasha y ella, y Minako quería aparentar que no había sucedido nada.

En cuanto al vio Hiroshi la miró profundamente a los ojos. La agarró de su brazo derecho, la abrazó con fuerza y a la vez con dulzura y la besó. La besó con todo el amor que había en su corazón.

Minako no se podía creer lo que estaba sucediendo... Unas lágrimas salieron de sus ojos. ¡Por fin sabía a quién pertenecía su corazón!

Pero mientras Hiroshi y Minako se abrazaban y besaban como dos amantes enamorados, una sombra tras el escenario sentía haber recibido la cuchillada más grande de su vida...

El corazón de Yoko se rompió en mil pedazos...
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J Por Amri-chan

Bien, espero que a los amantes del drama les haya gustado este capítulo. La verdad es que ha resultado difícil construirlo, porque aunque tenía la idea no sabía si quedaría escrito como esperaba. De todos modos me siento satisfecha.

Espero que os guste. Para mí ha sido muy emocionante realizarlo. Muchos besitos, y ¡hasta el próximo capítulo! ;)




Capítulo 12:  Todo va demasiado deprisa...

 

 

 

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