La escasez de divisas interrumpió el proceso de circulación porque deja de intercambiarse capital por fuerza de trabajo y medios de producción, es decir, se interrumpe el proceso productivo, la escasez de divisas paraliza el ciclo del capital.

La fuga de capitales profundizó la magnitud de la crisis. Le gobierno procedió a sobre endeudarse tanto para cubrir la demanda especulativa de capitales como los requerimientos financieros con el exterior. Los intereses absorbían en su totalidad el pago de la deuda.

La actitud especulativa desarrollada en 1981 y 1982 fue sostenida por la presencia de la política de libre cambio de la moneda así como por el creciente endeudamiento. La intención de los capitalistas de incrementar su tasa de ganancia los lleva a prácticas de comportamiento que agudizan los problemas de la economía.

Los países restringieron el flujo de créditos, no podía mantenerse una dinámica con base en las condiciones productivas y financieras internas. El crecimiento de la inversión y de la producción cayó inicialmente por la carencia de recursos financieros y materiales para mantenerlo.

El desencadenamiento de la crisis es originado por la escasez de divisas. La expansión económica sólo se puede mantener con la disponibilidad de divisas. Al dejar de operar los elementos exógenos se alteró la estabilidad y el funcionamiento de la economía.

Aunque no se hubieran presentado el problema de la baja de precio y de la demanda de petróleo y el aumento de la tasa de interés internacional se habrían manifestado tarde o temprano serios problemas en la balanza de pagos que terminarían frenando la dinámica económica.

El alza de interés internacional en 1981-1982 es reflejo de los problemas económicos que enfrentaron los países capitalistas desarrollados.

Ante la pérdida de reservas internacionales el gobierno devalúo y decidió retirar el Banco de México del sistema de cambios.

El FMI impuso condiciones como pago de servicio de deuda, racionar gastos, recesión de precios, déficit público, colocar topes al endeudamiento.

La situación anterior produjo la quiebra de muchas empresas, sobre todo con pasivos en dólares.

La caída de la planta productiva y de industrias manufactureras fue notable, la caída de la inversión se agravó por las restricciones crediticias adoptadas por el aumento de las tasas de interés.

La crisis económica se presenta como un problema de sobreacumulación, en el sentido que la acumulación de capital creció más allá de lo permitido por las condiciones internas, es decir, creció más allá de los ritmos y niveles a que podía ser sostenida endógenamente. Ello se generó por la creciente participación de factores exógenos (déficit público y endeudamiento externo), los cuales crearon una demanda adicional, así como incrementaron la capacidad de importación, elementos que permitieron superar restricciones del mercado y desequilibrios internos que limitaba la dinámica económica, posibilitándose así niveles y ritmos de acumulación de capital superiores a los que hubieran predominado si las restricciones internas se hubiesen manifestado.

Los problemas de las economías desarrolladas al derivarse en inflación, aumento de la tasa de interés internacional, aumento de la protección de los mercados de tales países, baja de precio y de la demanda internacional de petróleo.

La situación actual demuestra que no se puede crecer permanentemente, por encima de las posibilidades reales de producción interna, con base a recursos externos que no configuran una dinámica económica que ahorre y genere divisas necesarias.

La banca nacional también aumentó la tasa de interés para evitar mayor fuga de capitales, el sector público incrementó los precios y tarifas de sus bienes y servicios y restringió el gasto

En agosto sucedió una fuerte devaluación, que había sido precedida por otra, para evitar la fuga de capitales. El FMI impuso condiciones como pago de servicio de deuda, racionar gastos, recesión de precios, déficit público, colocar topes al endeudamiento

LA devaluación del peso disparó los costos de los insumos y bienes importados así como los costos financieros derivados de la carga del servicio de deuda externa. La industria automotriz cayó más de 20%, maquinaria 9% y manufacturas 3%.