Deuda Externa: Argentina, Brasil y México
(Relación servicio/exportaciones)

 

Archivos en formato Excel con los razones correspondientes deuda/exportaciones, deuda per capita y deuda total

Durante las décadas 50 y 60, y dada la limitación de las exportaciones, se producían déficit de los flujos internacionales para pagar las importaciones que necesitaba la región. Estos países latinoamericanos disminuían el nivel de actividad económica y las importaciones para restablecer el equilibrio de los pagos internacionales . Los acuerdos que se realizaban con el FMI eran para conseguir un financiamiento transitorio para facilitar el ajuste; por tanto, se comprometían a aplicar políticas restrictivas del gasto público y a devaluar las monedas para modificar los precios relativos en favor de la exportaciones y frenar la inflación.

A partir del segundo quinquenio de la década del 70, ya no se trataba de un desequilibrio coyuntural de pagos internacionales sino que comienza a aflorar la deuda que empezaban a acumular los países. La deuda externa de los tres países era de 40 mil millones de dólares en 1973; en 1975, 68 mil millones; sin embargo, en 1980 sobrepasó los 150 mil millones de dólares para crecer aceleradamente en la primera mitad de la década y alcanzar en 1990 la cifra exacta de 287038 millones de dólares; aunque en los dos primeros años de la década del noventa se desaceleró, volvió a crecer en los últimos cuatro años y en 1998 fue superior a los 530 mil millones de dólares. El comportamiento ha sido diferente en cada país. Argentina incrementó su deuda en 430% en el periodo de estudio; Brasil en 244% y México en 157%. El periodo 1995 1998 fue nefasto para la Argentina, el de más alto crecimiento de deuda entre los tres países. El origen fue la crisis mexicana, el país sudamericano fue el que más resintió la embriaguez de nuestro país. México sin embargo, vio reducida su deuda en el mismo lapso; la reestructuración y los intercambios a largo plazo ayudaron significativamente.

Desde 1982 los tres países vieron con tristeza como salían en masa recursos, pasando a un saldo anual de aproximadamente 30.000 millones de dólares. Los intereses que representaban del 10 por ciento de las exportaciones en 1975 y de 15 por ciento en 1980, pasaron a ser mas del 40 por ciento en 1982. Durante el resto del periodo, a pesar del gran incremento exportador logrado en condiciones difíciles, los intereses absorbieron el 32 por ciento de lo que producían las exportaciones. Los intereses pagados por los países en desarrollo no petroleros fueron de 60.000 millones de dólares anuales.

Hubo imprudencia en la utilización de créditos externos. El despilfarro ocurrió por aplicar políticas económicas liberales, de apertura comercial y financiera, de atraso cambiario -como instrumento antiinflacionario-, para sustituir a la producción nacional por importaciones y así financiar fuga de capitales como México o Argentina. Brasil utilizó los recursos externos para profundizar sus procesos de industrialización.

En México, el endeudamiento externo respecto al PIB en 1970-1995 ha tenido una alternancia al alza y a la baja, en la cual pueden distinguirse cuatro fases:

La primera va de 1970 a 1977 en que el índice deuda externa/pib pasa de casi 17% a poco menos de 36%. Esta duplicación del índice llegó a calificarse en su momento como la peor situación de la economía mexicana en la posguerra.

Posteriormente, con la crisis petrolera y los efectos devaluatorios el índice prácticamente explotó, al llegar a 62% en 1983, minimizando así el dato de la primera fase. Pero el pico máximo se alcanzaría en 1987, con un índice de 78%, proporción inimaginable una década antes. En consecuencia, en el periodo 1970-1987 se generó el mayor desequilibrio en cuanto a las obligaciones externas de la economía mexicana. El monto absoluto de la deuda externa en esos años pasó de 6 mil a 107 420 millones de dólares, lo cual refleja el amplio crecimiento de la economía registrado en aquel periodo. Y desde 1988 el índice disminuyó hasta 1994 para explotar de nueva cuenta al año siguiente, en el que llegó a 75% y fue calificado una vez más como la peor situación de la economía en su historia, pero ahora "moderna". Proporcionalmente, en economía cerrada se dio el salto más amplio de este indicador: la deuda creció catorce veces de 1970 a 1982 (de 6 mil a 84 800 millones de dólares); y aunque en economía abierta la deuda casi se duplicó, el incremento porcentual no fue muy significativo frente al registrado en economía cerrada, pero en términos absolutos fue casi de la misma magnitud. Ahora es de 20.8%, el más bajo de los tres. Argentina tiene una relación de 40.5% y la de Brasil es arriba de 70%, la más alta del mundo.

Otro desequilibrio básico relacionado con el endeudamiento es el de la carga financiera por los intereses que se generan por deuda a tasas variables. El indicador de intereses de la deuda a exportaciones mide el grado de la autonomía para cubrir las obligaciones por la variación de intereses. También la relación de importaciones de bienes de capital a intereses mide el sobre endeudamiento en que puede incurrir la economía cuando este indicador es inferior a la unidad, pues ello obliga a utilizar recursos externos para el servicio de la deuda en detrimento de la importación de bienes de capital. Ambos cocientes pueden considerarse indicadores del grado de libertad de deuda.

En el origen de la crisis de deuda en los años ochenta está el aumento desproporcionado de los intereses debido a la concentración de la deuda con vencimientos de corto plazo y con tasas variables. Este problema reaparecería en los años noventa, con algunas variantes que harían más catastrófico el desenlace, sobre todo en México; al emitir deuda interna nominada en pesos pero indexada al dólar (Tesobonos) y con vencimientos a muy corto plazo (1, 3 y 6 meses), llevaría a una crisis financiera con repercusiones mundiales.

Como se observa en el cuadro, el indicador de intereses de la deuda externa a exportaciones aumentó hasta 1982 (representaba ya tres veces el valor de 1973). A partir de este punto la tendencia es descendente hasta 1993, pero nunca llega a ubicarse en valores similares a los de 70. En 1994 este indicador aumentó en relación con el año anterior, y con ello se revirtió la tendencia a la baja; sin embargo al año siguiente paradójicamente se tiene un valor menor que apuntaría a retomar la tendencia a la baja. Esto último se explica porque el efecto post devaluatorio impulsó las exportaciones, las cuales aumentaron 40. En cualquier circunstancia, no es de esperar que el efecto devaluatorio se prolongue mucho en el largo plazo, por lo cual, y dados los problemas históricos de endeudamiento externo, sería probable que el indicador se moviera al alza por la variabilidad de las tasas de interés internacionales. Sin embargo, desde 1996 se observó una corrección de este desequilibrio, las exportaciones mantuvieron altas tasas de crecimiento.

El caso de Brasil es alarmante. En sólo tres años pasó de tener una relación manejable de 36.2 a 73.1. Lo que acentúa la necesidad brasileña de aumentar sus exportaciones. Argentina también incrementó esa relación en el último periodo de estudio. Como se explicó arriba, nuestro país mejora el cociente servicios de deuda/exportaciones.

Cada argentino le debe al exterior casi 4000 dólares. En Brasil, la deuda per capita es de 1399 y en México de 1700.