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LAS TRES PRUEBAS DE DIOS

Cristianos Unidos

Por : Adda Velez

 

“Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.” Isaías 49:25

Creo en mi corazón, firmemente, que el retorno de nuestro Señor Jesucristo está a las puertas. Dios ha comenzado a revelarse a los niños de manera que no quede duda en la mente de los adultos que es Jesús el que habla y no una jugada de nuestra imaginación o el anhelo de verle o el deseo en nuestro corazón de salir de las tribulaciones.  En mi caso, mis hijos han soñado con el Señor que les decía a uno de ellos, Marco: “Hijo, -mostrándole sus manos perforadas- soy Jesús, dile a la gente de la Iglesia que vengo pronto, que se bauticen, y bautízate tu también.” En esos días mi Pastor estaba organizando un servicio de bautismos, -el cual el Señor le confirmó por medio de mi hijo-  y una semana después mi hijo y otras 6 personas mas se bautizaron en agua. Mi hijo dio testimonio en la iglesia tal y como Jesús le dijo, y muchos fueron impactados por su inocencia y candor para hablar de Jesús, su Señor y Salvador.  Mi niño tiene 7 añitos.  En esta semana, mi hija Yaiza vino a mí y me dijo: “Mamita, me acabo de acordar de lo que soñé anoche, ¿te lo cuento? Soñé que estaba en el jardín de la casa y un ángel se me apareció. Sé que era un ángel por que sus vestidos eran blanquísimos como la nieve, y su cabello era rubio y tenia los ojos azules, pero no tenía alas. El ángel me dijo: Hija Jesús el Señor viene muy pronto. Quizá hoy, quizá mañana. Predícale de Jesús a tu maestro, a los niños de la escuela y a tus vecinos. Entonces dice mi hija que ella hizo así en el sueño y su maestro aceptó a Jesús como su Señor y Salvador, y otros 5 niños de su salón. Después ella les predicaba a los vecinos. Ese día en la noche estábamos cenando –en su sueño- cuando una luz resplandeciente inundó la sala y cocina de nuestra casa. En su sueño todos decíamos ¡Es Jesús! Y corríamos a la ventana y dice mi hija que ahí estaba: Un arco iris de colores preciosísimos llenaba todo el cielo, y Jesús descendiendo en las nubes brillantes como sol. Y un momento después todos nos fuimos con Él.”  ¡Alabado sea Dios quien muestra estas cosas a sus pequeñitos! Mi hija tiene 11 añitos.  Este sueño en particular fue una respuesta a mí de parte de Dios, pues yo tenía días preguntándole: Señor ¿porqué me siento tan oprimida? ¿Por qué todo parece indicar que la opresión contra el pueblo de Dios está aumentando? Y la respuesta me la dio a través de ese sueño, y de este estudio bíblico, -Las tres pruebas de Dios- que me dispongo a compartirles:

 

1. CUANDO FRACASA LA FE

 

“Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”  Hebreos 11:6

Muchos cristianos nos quejamos de que por alguna razón Dios no nos escucha.  Debemos saber que sin fe Dios no escucha nuestras oraciones. Ciertamente,  la falta de respuesta no es un Dios sordo, insensible, sino un creyente con la fe por los suelos.

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” 1 Timoteo 4:1

Estamos viviendo en los postreros tiempos, y muchos de nosotros estamos escuchando espíritus engañadores que sutilmente nos quieren convencer que somos apáticos, que no servimos para el servicio al Señor, que quizá el llamado que tenemos no fue llamado en realidad, sino una imaginación nuestra. Quizá el espíritu engañador, el espíritu de error, ha estado susurrando a tu oído: “Salte de la iglesia, ahí no te aprecian, no te reconocen, no le importas a  nadie.” “Pobrecita(o) necesitas un descanso, salte de la iglesia, al fin y al cabo otros trabajan menos y les va mejor que a ti.” Cuando esto ocurre, estamos siendo víctimas del espíritu engañador, el espíritu de error, que ha proliferado en estos tiempos haciendo que iglesias tengan doctrinas que no provienen de Dios, que las personas se aparten de la Palabra de Dios para seguir doctrinas inspiradas por el diablo, por falta de conocimiento. Por falta de fe.

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.” Hebreos 12:2

“Así que la fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios.” Romanos 10:17

Cuando sentimos que la fe no nos alcanza, tenemos que recurrir a la fe de los hombres y mujeres de la Biblia, incluyendo a la fe de nuestro Señor Jesucristo. Por eso, la fe viene por el oír la Palabra de Dios. Cada vez que leemos la Biblia, nuestra fe se fortalece. La palabra, al final de cuentas, es lo único que nos sacude a Satanás y sus susurros cuando éste se sienta en nuestro hombro.  Por la palabra dicha con Fe, Jesús venció al diablo.  Quizá Dios esté probando nuestra fe, quizá nos está dejando que andemos a tientas, sin ver, para que nuestra fe se fortalezca.

“Y han olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.”  Hebreos 12: 5

Todos tenemos que pasar por ahí, pues somos hijos, y Dios nos está refinando como a oro, pasándonos por fuego. Pero Jesús, el gran intercesor, está orando por  nosotros para que nuestra fe no flaquee.

“Pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falte; y tú una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” Lucas 22:32

 

2. LA DEBILIDAD Y LA FATIGA

 

Si estamos pasando por momentos de fatiga física, y mental, aún espiritual, es porque hemos permitido que nuestra fe decaiga hasta el suelo. En este caso, no es culpa de Satanás, sino que nosotros mismos hemos sido negligentes en buscar al Señor, orar en el entendimiento y en el espíritu, leer la palabra y aplicarla a nuestras circunstancias. Esto nos produce debilidad pues la fe es la que nos sostiene. Y cuando la fe fracasa, nos debilitamos. Pero el Señor Jesús, nuestro capitán, quiere que nos sobrepongamos al cansancio y que recurramos a Él para ser renovados:

“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús, vive en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por su Espíritu que mora en ustedes.” Romanos 8:11

Jesús nos dijo: “Os conviene que me vaya, pues yo os enviaré al Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad, el os llevará a toda verdad.”  Necesitamos al Espíritu Santo para que nos vivifique, nos renueve las fuerzas, nos dé energía y denuedo, en lugar de debilidad, fatiga, apatía y pereza.  Debemos de someter la carne, que se queja todo el tiempo, con el Espíritu. Debemos vivir en el Espíritu, hacer morir las obras de la carne, para que vivamos. Sólo el Espíritu puede convencernos, darnos testimonio de que somos hijos de Dios, y si hijos, herederos, siervos, llamados y elegidos. Amados, necesitamos al Espíritu Santo. No el espíritu estereotipado y falso que hace malabares en algunas iglesias, el que hace “ruidos” raros, y el que hace “show” y habla falsas lenguas. Ese no es el espíritu Santo, es un Espíritu engañador. El Espíritu Santo es mucho mas allá que ruidos, manifestaciones, y teatro.  Nosotros los cristianos contamos con la ayuda y dirección del Espíritu de verdad,  el que nos renueva y fortalece en la fe, que nos hace vencer en las pruebas. El Espíritu de Dios nos reviste de Poder de lo Alto.

“Y de igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Más el que escudriña los corazones sabe cual es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” Romanos 8:26-27

Amados, si queremos ganar la carrera de la fe, necesitamos en todo momento y en todo lugar la ayuda, intercesión, dirección, y fortaleza del Espíritu Santo de Dios.  Muchas veces, Dios permite que estemos débiles y cansados del camino, sedientos de Él. Entonces, si le pedimos, el nos da el agua que quita la sed, y el maná del cielo. El alimento espiritual que necesita nuestra alma para seguir adelante.  No busques culpables en la iglesia, en tus pastores o líderes, en Satanás o sus demonios. Analiza tu situación, ¿crees que existe el Espíritu Santo y que es para siempre? ¿Crees –por fe- que Jesús nos dijo que nos convenía que el se fuera para que pudiésemos vivir en el Espíritu? Amen. El espíritu Santo es el espíritu de Revelación y de Sabiduría. Lo necesitamos para vencer. Y sin fe, es imposible agradar a Dios.

 

3. CUANDO ATACA SATANAS

Estamos hablando de la necesidad que tenemos de que el Espíritu interceda por nosotros con gemidos indecibles, si sabemos que Jesús intercede por nosotros en el cielo, y que nosotros debemos interceder por nuestros hermanos, por los inconversos, por los líderes de la iglesia, por nuestra familia, etc. ¿Estamos conscientes de que la intercesión es esencialmente una lucha en el Espíritu? Quizá no nos ha quedado claro quién es Satanás y cual es su ministerio:  Satanás es el hijo rebelde de Dios. Pero aunque rebelde, sigue siendo hijo, y Dios lo usa cada vez que quiere corregir a sus otros hijos, nosotros. El poder de Satanás está limitado a la voluntad de Dios.  Y nuestra lucha es espiritual. [Efesios 6:10-12]. Dios nos alerta que debemos tomar la armadura de Dios la cual consiste en Verdad, justicia, el evangelio, la fe, la salvación, y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Pero de todos estos elementos solamente la fe es la que apaga los dardos del maligno. Y conforme a la venida del Señor se esté acercando, los dardos del maligno irán en aumento.

“Sobre todo, tomad el escudo de la fe,  con el que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.” Efesios 6:16

Pablo el apóstol nos dice que la Fe apaga todos los dardos del maligno. Los dardos del maligno son pensamientos, sentimientos, enfermedades, oposición, depresión y opresión, entre otros. Pero el Espíritu de Dios, que es mayor, nos auxilia, nos revela la naturaleza de toda situación espiritual por la que estamos atravesando. Por lo general, nos dirá: Esto es una prueba del Señor.  Estamos en los últimos tiempos y la estrategia de Satanás será tenernos presos de nosotros mismos.

“No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí el diablo echará a algunos de ustedes en la cárcel, para que sean probados, y tendrás tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” Apocalipsis 2:10

Aunque esta profecía es para “algunos” de nosotros, la mayoría de los cristianos hemos experimentado opresión espiritual, cárceles espirituales. Pero Jesucristo, nuestro Señor nació y fue ungido para librarnos de ellas.

“Para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que morar en tinieblas.” Isaías 42:7

No podemos ni debemos de olvidar que nuestra carne es el terreno fértil de Satanás, pero nuestra alma alaba a Jehová en toda circunstancia de la vida.

“Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre”; Salmos 142:7

El miedo a Satanás es lo que nos paraliza, nos hace creer que estamos solos, que a nadie importamos, ni siquiera a Dios. Por lo general, el miedo entra como un dardo de fuego, engañándonos y predisponiendo a la carne a recibir enfermedades, depresiones, opresiones, y todas las manifestaciones de los ataques de Satanás. Otras veces nos ataca la incertidumbre y perplejidad. Por eso, el miedo es el primer enemigo a vencer, y el PERFECTO amor echa fuera el temor, y el perfecto amor es DIOS.

“Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda; oíste mi voz, no escondas tu oído al clamor de mis suspiros. Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas.” Lamentaciones 4:55-56

Debemos ir a la raíz del problema: lo único que le da autoridad a Satanás sobre nosotros es el pecado: nuestras vestiduras viles. [Zacarías 2:3]

“Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. “ Zacarías 3:1

“Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti el pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.” Zacarías 3:4b

La única manera en que los santos podemos vencer al acusador, es lavar nuestras ropas en la sangre del cordero. Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.  Satanás nos acusa de día y de noche delante de Dios, porque no hemos orado, porque no hemos leído la Biblia, porque no hemos hecho la obra de Dios, porque hemos sido negligentes, porque hemos pecado, y porque nos hemos apartado de Dios por el pecado. Entonces Dios tiene que corregirnos y para ello le da permiso a Satanás de zarandearnos como el trigo. Lo hizo con Pedro, Job, Josué y lo sigue haciendo con nosotros cada día.  Satanás nos acusa de día y de noche. [Apocalipsis 2:10]

La única salida que Dios nos deja, es arrepentirnos de nuestros pecados, lavar nuestras ropas en la Sangre del Cordero, no volver a pecar, y vivir en santidad, haciendo la obra de Dios para la que fuimos llamados. No nos queda otra. Si intentamos salirnos de ese llamado porque hemos sido “ofendidos” en nuestra carne, porque hemos sido engañados por el espíritu de error o por las razones que sean, Dios nos acorralará, nos cerrara puertas aquí y allá para que volvamos al redil de las ovejas. Y todo esto Dios lo hace porque nos ama, y si para devolvernos en el camino necesita usar al diablo, Dios lo usará.  Pero si lavamos nuestras ropas en la Sangre de Jesús, si somos justos, si día a día vivimos en santidad, orando, leyendo nuestra Biblia, ejercitando nuestra fe, intercediendo por los que nos rodean, sirviendo a Dios, El reprenderá por nosotros al devorador. [Zacarías 3:2]

“Y ellos han vencido por medio de la sangre del Cordero, y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.” Apocalipsis 12:11

El lavar nuestras ropas es un acto de fe. Arrepentirnos y pedirle perdón a un Dios invisible, también es un acto de fe. Pero la palabra del testimonio es producto del Espíritu Santo, el espíritu de Verdad.  Necesitamos  no sólo la fe que mueve montañas para vencer, sino el poder de la palabra de nuestro testimonio inspirado en la verdad. Entonces, y solo entonces, venceremos en todos nuestros caminos para siempre en el nombre de Jesús.

“Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. El espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad... El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo... Y éste es el testimonio: Que Dios nos ha  dado vida eterna; y esta vida está en Su Hijo.  El que tiene al Hijo, tiene la vida, el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”  1 Juan 5: 6-11

“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su hijo nos limpia de todo pecado.” 1 Juan 1:7

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9

 

Amados, Jesucristo está a las puertas. Es necesario que nosotros los Cristianos lavemos nuestras ropas en la sangre del Cordero, vivamos de acuerdo a Jesucristo en nosotros,  a la verdad, al testimonio. Jesucristo se está manifestando a los niños porque los niños son inocentes, sin pecado.  Si la fe ha flaqueado, pídele a Dios que envíe al Espíritu Santo a tu vida. Si estás oprimido, deprimido, derrotado y sin Esperanza, recurre al Espíritu de Dios que nos vivifica. Si estás bajo ataque, lava tus ropas en la sangre del Cordero, y resiste al diablo, y huirá de ti.  Prepárate pues este tiempo que muchos cristianos quisieron ver y no pudieron, nos ha tocado a nosotros, es para esta generación.

 

A Cristo Jesús sea toda honra y honor, imperio y majestad por los siglos de los siglos, amen.

¡El Viene!

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