“El Verdadero Legado”

A manera de prólogo

 

China, año 215 a. C. 

Una gran hoguera se extiende en el atrio del palacio y el Emperador Chin Shih-Huang contempla las luces fantasmagóricas en silencio. Las llamas son todo lo que alumbra aquella noche sin estrellas, mientras todo el conocimiento de China arde en una inmensa hoguera. 

 - “El conocimiento del inicio de los tiempos se ha perdido.. ese será mi eterno crimen” –los ojos melancólicos del emperador se elevan a los cielos, buscando algo- “pero aquel fue tu último encargo padre, y lo cumpliré aún cuando la historia me condene por ello”

 - “Hijo del Cielo y señor del Dragón” -uno de sus consejeros se acerca hasta arrodillarse y tocar el suelo con la frente- “vuestras disposiciones se han cumplido. Los honorables príncipes aguardan vuestras órdenes en el Salón de Jade...”

 - “Iré en unos instantes..” –el rostro del emperador contempla a su subordinado arrodillado en silencio- “dime... ¿también los pusiste en la hoguera?”

 - “Sí mi señor... hasta los últimos y más atesorados recuerdos de mi familia se quemaron” –había dolor en la voz del consejero pero también había fidelidad- “como fue vuestra orden”

 - “Que así sea entonces” –un rictus de determinación apareció en la mirada del emperador- “¿qué hay con los otros?”

 - “Todos los historiadores, sabios y filósofos han muerto mi señor. Sin excepción alguna de edad o importancia.. del mayor al menor” –continúa el servidor- “las calles de las ciudades están llenas de su sangre y se ha exterminado hasta a sus familias para evitar cualquier indiscreción”

 - “Adelante entonces... me reuniré con mis parientes para las disposiciones finales” –murmura con voz melancólica, sin apartar la mirada del fuego y contemplando nuevamente el cielo oscuro- “sólo imploro que sea suficiente padre. Que esta sangre que cae sobre mis cabeza sea suficiente para que nunca se sepa nada de la ciudad ni de la leyenda”  -añadió en voz alta- “¿crees que lo logremos?”

 - “Vuestros deseos son inescrutables y eternos en su sabiduría hijo del Cielo. La sangre que manchó la rueda del destino en el principio de los tiempos se ha secado, pero la murmuración y el mito había vivido por boca de los sabios y la superstición del pueblo. Al marcharse vuestra parentela y con lo de esta noche, nunca dejará de ser más que un cuento de ancianos... que como tal se olvidará al paso de los siglos”  

- “Avisa a mis hijos elegidos que vengan aquí primero. Vete” 

 En el silencio de aquella larga y oscura noche el Emperador ha quedado nuevamente solo, hasta que trece figuras juveniles –aunque una claramente infantil- ataviadas en ricos trajes se acercan ante él y se arrodillan, no levantándose hasta que el gran señor lo ordena.

 - “Sé que no comprenden lo que he hecho hoy. Y que en el interior de sus corazones me condenan” –les dice el Emperador- “pero esta noche se cumplió la voluntad de quien es más que yo; y también es tiempo de que afronten su destino” –los jóvenes se contemplan entre sí con desconcierto y a una nueva señal, todos se alejan excepto uno, que permanece con su padre, desprendiéndose con trabajo del más pequeño de sus hermanos..

 - “¿No preguntas el por qué de todo esto? ¿o acaso lo sabes?” –le dice el emperador una vez que el niño se hubo marchado.

 - “Tiene que ver con la partida del anciano, el ermitaño que vivía en los picos que tocan las nubes y que yo encontré...”

 - “Así es, muchacho”

 - “¿Quién era él? ¿es que la voluntad de un sabio ermitaño es mayor que la de mi padre, el hijo del Cielo y señor del Dragón?”

 Una sonrisa triste apareció en la mirada del Emperador.

 - “Sí hijo mío. La voluntad del fundador del Concilio de Hechiceros de Oriente y el Consejo de Magos de Occidente siempre será suprema para su descendencia directa....” 

 El muchacho contempló el rostro de su padre sin dar crédito a lo había escuchado..

 - “Pero él…. vivió hace tanto tiempo, ¡no es posible que un ser humano normal…!”

 - “Sí. Vivió mucho tiempo…” –sonrió el emperador- “pero aquellos con poderes mágicos no son humanos ordinarios hijo mío… y él organizó las grandes instituciones y las reglas. ¿Crees que no poseía un poder que le permitiera vivir tanto tiempo?”

 - “Pero…”

 - “Finalmente se ha ido… hijo mío. Finalmente” 

 - “Huang T'ien Sang Ti” ... el  "Supremo gobernante del cielo imperial"” –susurró pensativo - “entonces sí era él.”

 - “Sí. Aquellos que vivieron en la legendaria Ciudad de los Cielos alcanzaron larga vida… y él vivió en ese lugar”

 - “Entonces él…… sí existió. Ël y la ciudad de los mitos” –murmuró pensativo- “Sospechaba que tendrías relación con el Rey del Cielo padre mío, pero nunca esperé que fueras realmente su descendiente directo” –notó la mirada del Emperador y suspiró- “ahora que él ha partido... yo debo tomar su lugar ¿verdad?”

 Su padre asintió e informó entonces a su hijo que él había sido elegido personalmente por el ermitaño..

 - “Vino a elegir a quien custodiaría la sabiduría.. y te eligió. De los muchos hermanos míos que partieron a Occidente sólo siete han vivido y fundado civilizaciones” –continuó el emperador- “pero el poder y la magia sólo se ha conservado en línea directa, si bien yo fui negado a tener el poder...”

 - “Padre mío”

 - “No, es la verdad. Pese a mi línea directa de descendencia.. siempre de padre a hijo, no tuve poder ni magia como otros hermanos míos que sí la tuvieron… por eso tengo poder sobre la gente basado en las armas. Pero doce de tus hermanos poseen magia con más fuerza que la que mis propios hermanos tuvieron y van a aprender en un largo viaje...” –había dolor en los ojos del Emperador- “un largo viaje del que sólo siete volverán..”

 - “¿Cómo sabes eso?”

 - “Lo sé. Así como mis hermanos y otros descendientes del Rey del Cielo han fundado civilizaciones en Occidente, de mis hijos saldrán las civilizaciones de Oriente. Civilizaciones que ascenderán y caerán... que se enfrentarán. No sé si el Consejo de Magos de Occidente será eterno, pero si sé que aquí, en este lado del mundo y apartados de entre el poder militar y temporal de unos, sólo siete clanes con la sangre pura del Rey del Cielo sostendrán en el Concilio de Hechiceros de Oriente, clanes que se formarán, mezclarán y a su vez formarán otros, porque muchos clanes más formarán la Organización que mi padre fundó aquí para Oriente”

 - “Sin embargo” –murmuró el joven, con leve tristeza- “yo no formaré parte de eso”

 - “Tu poder es la sabiduría hijo mío” –le contestó- “eres el más inteligente de mis hijos y tal y como adivinaste, tendrás que tomar el lugar del ermitaño que vive en los picos que tocan las nubes..” –condujo al joven a sus habitaciones y le mostró pergaminos y objetos mágicos que hicieron al joven abrir la boca con asombro- “esto es tu legado y tu herencia”

 - “¡Pero creí que toda la sabiduría se había quemado en esa hoguera!”

 - “El único testimonio que queda es para ti. El Consejo de Magia de Occidente lo sabe, pero tú no eres parte del Concilio ni del Consejo.. estás más allá de eso. Tu único deber será el constituirte en la llave de la sabiduría de ambas sedes. El único sabio vivo con recuerdo a lo que pasó aún antes de que la historia empezara. Por eso partirás esta misma noche, con un grupo de servidores selectos”

 El joven asintió, antes de hundirse en las sombras e ir a sus aposentos para alistar sus cosas, pero entre los pliegues lujosos de las cortinas de su lecho una pequeña carita infantil apareció:

 - “¿Te vas? ¿por qué?, ¡no quiero que te vayas!” –lloriqueó.

 El muchacho acarició la carita del niño..

 - “Es mi destino” –le dijo- “además.. tú también partirás al tuyo mañana hermanito”

 - “¡No quiero!, ¡quiero quedarme contigo, nuestra familia y hermanos aquí!” –lloró- “no comprendo por qué el Honorable Emperador, hijo del Cielo y amo del Dragón...”

 - “Nuestro padre...”

 - “¿Por qué lo hace?, ¡yo no quiero ir a ningún lado!” 

El muchacho acarició el cabello castaño del pequeño..

 - “Escúchame bien hermanito: tu serás de los pocos de nuestros hermanos que volverá después del viaje a Occidente y serás un gran señor cuando crezcas. Tus descendientes vivirán hasta el fin de los tiempos y...”

 - “¡Oh, será una época horrible!, ¡allí vendrá el Kamui!” –hipó- “ese futuro es casi tan feo como la vieja leyenda que me contaste... la del prohibido...”

 - “El Kamui traerá el fin de los tiempos en miles de años y ´el prohibido´ vino con el principio del  tiempo. Son como el yang y el yin.. el principio y el fin. El Kamui es algo que se espera… pero el prohibido es una leyenda” –pensó súbitamente mientras abrazaba al niño- “aunque creo es que mucho más que eso” - añadió- “¿recuerdas al anciano ermitaño que traje aquí ayer por la tarde?”

 - “Si, cuando fuiste a cazar” –hipó el pequeño- “y nuestro honorable padre lo trató como si fuera su superior.. ¡su Superior hermano!; pero el ermitaño acarició mi pelo... y dijo cosas raras”

 - “¿Qué te dijo?”

 - “Que uno de mis descendientes llevaría el poder del sol y crearía seres vivos a partir de su magia... ¡seres vivos, es increíble!”

 - “Será verdaderamente un hechicero de todos los tiempos quien logre tal hazaña..” 

- “También dijo que mi verdadero honor era que de mí vendría quien pelearía en el preámbulo al fin de los tiempos”

 - “Ese es un gran futuro Li” - el mayor de los chicos sonrió, feliz, por el futuro de la descendencia de su hermanito adorado- “que alguien que proviene de ti pueda combatir a la batalla anterior a la  del Kamui… es el mayor honor, aunque no me sorprende porque si desciende de ti desciende directamente del Rey del Cielo y nadie más podría hacerlo..” 

 - “Pero dijo también que quien decidiría esa batalla sería quien empuñara la espada dorada al final” –repitió el pequeño- “¡la espada que tengo hermano!... el ermitaño la bendijo cuando murmuró eso. Además me contó también que ambos: esa persona y mi descendiente tendrían que afrontar el verdadero legado y el secreto de la ciudad del cielo, si el Kamui salvaba el mundo”

 - “¿Un descendiente tuyo y alguien más?” 

- “Si. Eso dijo”.

El joven príncipe parpadeó con asombro y meditó profundamente las frases de su hermano más pequeño aún cuando las horas transcurrieron, cuando se despidió de su padre, del pequeño Li, sus otros hermanos y de todo lo que conocía. Y es que súbitamente no podía dejar de recordar aquella leyenda… la que hablaba de la mítica ciudad:

 - “La ciudad del Cielo... y lo que pasó allí. El niño prohibido. La rueda del destino empezó su girar en ese lugar.. fue el principio del poder y la magia en el mundo, pero todo lo que pasó en ese sitio ha sido quemado con los libros y asesinado con los sabios” –miró entre su equipaje un fino pergamino rojo- “faltan milenios para el Kamui, que es la amenaza del futuro pero.. si la leyenda del niño prohibido es un mito y es pasado ¿por qué no debe saberse nunca y que se me ha encomendado callar a mí y a los que tomen mi lugar como guardianes de la sabiduría?” 

 Sabía que el pergamino rojo entregado por el ermitaño al morir -¡el mismísimo rey del Cielo!- y que llevaba, muy bien protegido entres sus manos pronto le daría las respuestas, pero tendría que llegar a lo alto de los picos que tocan las nubes antes de descubrir lo que estaba detrás de la leyenda… 

           

Las pupilas parecían las de un gato acechando a su presa. Fiera y casi locamente una mano de largas uñas buscó lastimar su rostro y apenas si pudo apartarse a tiempo.. 

- “Siempre has tenido todo lo que yo quería... ¡esta vez no lo permitiré!” –resopló la mujer- “¿por qué tengo que resignarme?, ¡no voy a hacerlo!” 

- “¡No es igual ahora!”

 - “¡Te odio, siempre te odiaré, en esta o mil vidas siempre trataré de arrebatarte lo que es mío!”

 El frío viento helado agitó su cabello, impidiéndole ver más; pero pasados unos instantes  contempló con asombro un báculo que no conocía en sus manos. Sangre.  Sangre rodeando a ... 

 Pero a lo lejos contempló su imagen en un espejo y lo que vió le hizo lanzar un grito agudo:

 - “¡No soy yo!” –gritó espantada, sentándose súbitamente sobre su bolsa de dormir- “¡oh, oh!”

 - “¿Estás bien Sakura?”

 - “Sí Hin Lu... gracias” –tocó su cabeza con sus manos- “era un sueño... pero... no recuerdo que soñé”

 El secretario de Shaoran suspiró levemente inquieto, mientras miraba las estrellas brillar sobre su cabeza en el campamento..

 - “Yo también tuve pesadillas... pero creo que en mi caso fueron premoniciones, porque en ellas Shaoran iba a matarme...”

 La antigua card captor sonrió.

 - “No digas eso. Sabes bien que te he obligado a traernos aquí” –vió con ternura a su hijo durmiendo en otro saco de dormir, muy cerca de ella- “además tenemos mucha gente custodiándonos y en el fondo la culpa de todo la tiene Shaoran” –se cruzó de brazos- “si no te hubiera enviado de vuelta a Japón yo hubiera estado más tranquila, pero él prefirió seguir en camino al Sabio él solo.. ¡él solo!, ¡con lo peligroso que es!” 

El esposo de Mei Ling suspiró, después de verificar con la mirada si el séquito de guardianes que rodeaba el pequeño campamento estaba en sus posiciones. 

- “Eso no quita que Shaoran me mate, cuando te vea por aquí con Hien..” –bromeó. 

- “No te preocupes tanto, Hien está en vacaciones” –comentó la antigua card captor, antes de murmurar con inquietud- “además que no podía seguir en Tomoeda, especialmente después de ese sueño..”

 - “¿Qué clase de sueño?” –una voz varonil preguntó desde las sombras.

 Los guardianes del séquito de Sakura no tardaron más que un segundo en formar una barrera humana entre ella y el visitante, y aún el propio Hin Lu se puso ante la esposa del Jefe de su Clan y Hien, dispuesto a vender cara su vida a quien tratara de lastimarlos, pero el recién llegado se movió con una rapidez escalofriante atacando tan velozmente que nadie se lo esperaba…

 Sus movimientos fueron relámpagos y Hin Lu se aterró, cuando notó que los más selectos miembros de la guardia eran puestos fuera de combate en instantes, pero apretando los puños de su mano metálica –en recuerdo de aquella mano que perdió en la torre de Tokyo- se preparó para combatir hasta la misma muerte, pero inesperadamente la luz de la luna mostró el rostro del atacante y…

 - “¡Eres tú!” –murmuró Sakura.

 - “La seguridad del campamento es buena” –anunció Shaoran ante la estupefacción de Hin Lu, que notaba que el Jefe había puesto fuera de combate a los guardianes ¡apenas en segundos! - “sin embargo aún no entiendo lo que hacen mi esposa y mi hijo en medio del Tíbet amigo mío..” –añadió con una sonrisa.

 - “Shaoran... yo..” –balbuceó el secretario.

 El aludido hizo apenas un gesto y otros defensores –que habían acudido entre las sombras- se esfumaron llevándose a los heridos mientras el esposo de Mei Ling aún no controlaba su asombro y Sakura sólo sonreía, feliz de ver a Shaoran de vuelta; pero luego de lanzar una mirada desaprobadora sobre los guardianes –al menos eso le pareció a Hin Lu- el jefe del Clan Li y del Concilio de Hechiceros de Oriente avanzó hacia donde estaba su esposa y la estrechó contra su cuerpo con fuerza, besándola por una vez sin importarle la presencia de su primo político…

 - “¿Qué haces aquí?” –le dijo a la joven de ojos verdes, cuando tomaron aliento- “¿sabes que es peligroso?. Tú o Hien podían haber caído por un barranco, perderse o…… lo que sea” –su voz estaba levemente ronca al decir lo último- “¡ y eso me hubiera vuelto loco!”

 - “Lo sé. Pero tú estabas solo.. y no lo niegues que ya lo sé” –replicó Sakura y Shaoran suspiró con exasperación mientras Hin Lu se encogía de hombros- “¿cómo iba a estar tranquila si te adentras en este sitio totalmente solo?.. esto no es un paseo ¿sabes?” –lanzó una mirada a lo que su esposo traía puesto- “aunque por como te ves, parece que hubieras peleado con un león, ¡pareces salido de un safari desastroso!”

 El joven sonrió recorriendo con una mirada rápida el campamento mientras dejaba su cantimplora cerca al saco de dormir de su esposa y contemplaba las rasgaduras en su cazadora; a la vez acariciaba el cabello de Hien, que seguía descansando al lado..

 - “Sigue durmiendo como un bendito” –murmuró- “bueno Sakura mía, ¿por qué lo trajiste si ibas a venir detrás de mí?”

 - “Luego de lo de Kagastán ¿crees que soy capaz de separarme de mi hijo? ¡nadie puede cuidarlo como yo misma y..!”

 - “De acuerdo” –sonrió de nuevo, luego de volver a mirar el campamento - “pregunta tonta de mi parte. Como ves estoy bien...” –lanzó una mirada a Hin Lu, quien se marchó a verificar la guardia y abrazó a su esposa otra vez- “aunque mi viaje no resultó ser lo que esperaba..”

 - “¿Por qué?” –preguntó ella, apretada a su cuerpo, antes de descubrir profundos y recientes cortes en los brazos de su esposo- “oh... ¡oh esto es!”

 - “Cálmate” –le pidió él, mientras ella empezaba a abrir su camisa y él estaba atónito- “eh... Sakura.... ¿qué haces?”

 - “¡Oh Shaoran!” –la antigua card captor había encontrado una cicatriz muy reciente y aún sanguinolenta atravesando el torso de su esposo y estaba horrorizada- “¡Shaoran esto es..!”

 - “¡Shhh!... despertarás a Hien” –le tranquilizó- “calma te digo... no es nada”

 - “¿Nada?, ¡un poco más y te parten en dos!”

 - “Sakura: para ver al Sabio tuve que pasar por algunas pruebas” –le dijo- “fueron algo pesadas, pero nada serio”

 - “Pero....” –dudó al verlo, tan aparentemente tranquilo - “¿qué te dijo?”

 - “Nada claro: en la audiencia soltó frases ambiguas y...” –se detuvo a tiempo- “bueno, básicamente me dijo que debía evaluar lo que le conté y que me enviaría una respuesta a casa...”

 - “¿Eso es todo?”

 - “Más o menos” –acarició su pelo, cambiando de tema- “¿de qué sueños te quejabas?”

 - “No lo sé, últimamente sueño mucho. Desde aquel sueño que tuve con Kamui, ¿lo recuerdas?” –el asintió- “sueño bastante pero nunca recuerdo qué... sin embargo, la noche que Hin Lu volvió a avisarme que te quedabas solo, tuve una pesadilla donde te veía peleando y con sangre..”

 Su esposo la abrazó otra vez.

 - “Te sugestionaste” –le dijo cerrando los ojos, ciñendo el cuerpo de Sakura con fuerza- “aunque eso me recuerda que Hien no nos ha contado lo que soñó aquella vez de la torre del reloj y..”

 Ella se estremeció y Shaoran asintió en silencio.

 - “Calma.. tampoco a mí me hace gracia recordarlo. Hablaré con él más tarde, casi amanece” –notó como los primeros rayos de luz espantaban las tinieblas- “anda, vamos a casa que tengo mucho trabajo y...”

 Ella le miró con una expresión extraña, y él retrocedió.. ¡conocía esa mirada de Sakura y estaba poniéndose nervioso!

 - “¡No vas a empezar a sobrecargarte de trabajo mientras tienes esas heridas señor Li!” –le dijo ella con decisión y el joven suspiró, sabiendo que no había opción para él de discutir- “Te atenderemos aquí y cuando lleguemos a Tomoeda vamos a tomarnos una semana de descanso los tres...”

 - “¿Descanso? ¿los tres?”

 - “¡Si papá, sí!” –Hien saltó súbitamente sobre su papá, abrazándolo- “mamá y yo decidimos que íbamos a pasar los tres juntos mi última semana de vacaciones, ¡antes que empiece la escuela!” –sonrió el niño, mirando a su padre con admiración- “¡Oh, esas cicatrices dicen que tuviste un gran combate!”

 - “Bueno, en realidad...”

 - “Hien, avísale a tu tío Hin Lu que llame al médico..”

 - “¿Médico?” –saltó Shaoran, mientras su hijo corría gritando por su tío y el doctor- “¿no es tu hermano verdad?”

 - “¡Claro que no!, es el doctor Giri, pariente de Rajendra” –Sakura mencionó a su asistente en la agencia noticiosa del Concilio- “además nos ayudó mucho por que conoce un poco este sitio... ¡no aparece en ningún mapa!”

 Shaoran sonrió, y rodeando por su brazo el esbelto talle de su esposa caminaron siguiendo a su hijo, entre cuchicheos, mientras todo el campamento se ponía ya en movimiento ante la imprevista llegada del Jefe del Clan; pero la mirada de Li se perdió en la lejanía, pensando nuevamente en lo ocurrido en los picos que tocan las nubes.

 - “¿Está muy lejos el refugio del Sabio?” –preguntó Sakura, curiosa e interrumpiendo sus pensamientos- “¡nos asustaste mucho saliendo casi de la nada!”

 - “Está en lo alto del viejo pico. Subiendo esa escarpada” –le señaló un lugar inaccesible a lo lejos- “justo antes de llegar a las montañas de las nieves eternas..”

 - “Oh…” –los ojos verdes de ella no pudieron evitar una exclamación al contemplar el lugar que él refería- “¡No hay acceso allí Shaoran!”

 - “No... no lo hay, pero pude llegar” –le dijo simplemente, restándole importancia- “¿te sorprende?”

 La antigua card captor rió, feliz. El estaba a su lado y sus sueños eran sólo temores ridículos que la presencia de su esposo espantaban..

 - “No, porque no hay límites al ser humano cuando quiere llegar a algo Shaoran. No importa las distancias ni los obstáculos” –comentó divertida, viendo al doctor acercarse para revisar la condición de su esposo- “no lo hay.. ¿acaso no lo sabes?. Mi padre dice que los seres humanos siempre logramos conquistar nuestro destino, y con mucho más tesón cuando hay obstáculos” 

Ante estas frases el joven jefe del Clan Li y del Concilio de Hechiceros de Oriente palideció por unos instantes y miró hacia lo alto de la escarpada casi con temor.. mientras Sakura notaba con inquietud que él estaba muy extraño. Pero ajeno a las observaciones de su esposa Shaoran sólo podía pensar en la figura anciana que –estaba seguro- estaba en ese mismo instante contemplándoles a él y su familia desde lejos:

 - “Hace años una persona logró llegar a la entrada de la Ciudad del Cielo... luego de milenios” –la voz del sabio estaba en su cabeza, recordando algo de lo que hablara con el anciano- “la Batalla del fin del Mundo no se había llevado a cabo todavía y por ello no pasó de la entrada, pero ahora.... ahora...”

 - “¿Eso es lo que significa esa frase de “ La rueda del destino ha iniciado nuevamente su girar”?, ¿es eso? ¿eso anuncia el despertar de las Cards? ¿o acaso una conjura a gran escala para destruir el Concilio? ¿Qué es?”

 - “Nada es seguro –había inquietud en los ojos del anciano al contemplar al joven Jefe, pero después de unos instantes pareció tranquilizarse- “dime joven señor: ¿eres feliz?”

 - “Sí. Por supuesto. ¿Qué tiene eso que ver?”

 - “Nada” –una leve sonrisa apareció en los ancianos labios- “pero temo que lo que te diré no te hará para nada feliz…”

 - “¿Qué quiere decir?”  

 Shaoran recordaba aquella breve audiencia contemplando los escarpados picos del Tíbet mientras el doctor Giri le atendía y Sakura no dejaba de notar con absoluto interés el más mínimo gesto masculino. A su alrededor el leal Hin Lu supervisaba todos y cada uno de los elementos que aseguraran un viaje de regreso sin ninguna sorpresa. Pero en lo alto de los picos que tocan el cielo, la figura de la “llave viva de la Sabiduría de Oriente” murmuraba al viento:

 - “Sí, mi joven señor y querido muchacho. Vé en paz, por que si el prohibido reencarna, terrible dolor es el que tú y los tuyos afrontarían.... pero quiero pensar que eso puede evitarse… que harás todo por evitarlo” –se volvió hacia una figura envuelta en un manto gris, que le servía en silencio- “ya que tu papel fue cumplido joven Kamui, creo que tenemos esperanza” 

 La figura envuelta en el manto asintió levemente, antes de decir, con una voz cargada de tristeza:

 - “Hay tanto que no me puedo perdonar... que nunca podré” –la mano del sabio acarició la cabeza envuelta- “pero... si me necesitan, daré mi vida por ayudarles...”

 - “Esperemos que no sea necesario. Ha habido estabilidad desde la batalla del fin del mundo y quiero pensar que es un hecho fortuito que hayan podido encontrar la ciudad del Cielo..” –los sabios ojos contemplaron la lejanía- “sí...  el despertar tan pronto del poder de las cards puede anunciarlo…  pero la leyenda no volverá porque la sangre del prohibido no ha sido mezclada con la del Rey del Cielo” 

- “¡Eso es imposible!, ¡no puede ser!” –había murmurado Shaoran, apenas horas atrás- “es… es… ¿está seguro?”

- “Si, mi joven señor” –había asentido- “estoy casi seguro..”

 - “Lo de Kagastán… ¿no puede ser un enredo de pugna de poder del Concilio, como siempre?”

 - “Esta vez… lo dudo”

 - “Lo de…. Hien, en la torre del reloj… lo de las cards”

 - “Son señales… eso, unido al peculiar inconveniente de vuestro niño, es una señal que nos avisa… creo que las cards han sentido algo y eso acelerará su despertar. Pero una estrella añeja volvió a moverse y más señales vendrán… Tal y como fue para la llegada del “Kamui”, la batalla del preámbulo y el día prometido..”

 - “Pero…. ¿puede evitarse?” –había preguntado Shaoran.

 El anciano tembló por unos instantes al recordar una de las charlas que sostuviera con el joven Li e ingresó con su muy embozado servidor a la calidez de su refugio. Y es que recordó la leyenda escrita en el pergamino rojo del Rey del Cielo... la leyenda de aquel que inició el movimiento de la rueda del destino, la leyenda que el emperador Chin Shih-Huang destruyó aún a costa de la ignorancia de su pueblo:

 “Seis estrellas descendieron...
Astros de las sombras que traicionaron los cielos.
Antes de que los hilos del destino se enlazaran, tejió su propio destino.
Siguió las indicaciones de un familiar fallecido y adoptó una criatura
que ignoró qué es el bien y qué es el mal,

pero hizo girar la rueda del destino del Reino Celestial.
Seis estrellas se reunieron y expiró el Primer Reinado del Cielo.
Aquel gobernó la órbita de las estrellas, tanto a las oscuras como a las celestiales.
Ni siquiera mi poder menciona el nombre del elegido.. el prohibido.
La llama de su espíritu arrasó el mal del universo... y más.
Seis estrellas reunidas lo dominaron todo.
Nada pudo detenerlas.
Entonces, destruyeron los cielos y el reinado del Señor del rayo y de las Tormentas”

 Allá abajo, mientras el campamento se ponía en movimiento, Shaoran pensaba también en esas frases de la leyenda perdida, pues al cruzarse con Hin Lu camino al médico, le murmuró fríamente:

 - “Quiero que en adelante Sakura y Hien tengan una guardia de protección mucho más eficiente que la de hoy .. ¿está claro?”

 - “Si. Claro…. Lo siento” –murmuró al asombrado secretario- “pero…”

 - “Sin excusas Hin Lu” –dijo con un tono extrañamente duro y decidido- “quiero estar seguro que están bien y nada les amenaza..” –añadió más tranquilo- “No es que esté insatisfecho con tu trabajo pero hay que ser más cuidadosos ¿de acuerdo?” 

 Los ojos verdes de Sakura –que no habían dejado de contemplar a Shaoran- notaron que su esposo estaba realmente inquieto..

 Notas de la autora: Lamento mucho que el principio fuera algo pesado pero traté que me saliera lo más cortito posible. ¡Y no pude resistirme a poner escenas de S+S! (je, je se supone que en el prólogo no iban, pero no me resistí) ^___^, ¿les pareció cortita?, ¡oh, ya vendrán varias escenas que…!, bueno, allí lo dejo. No más historia universal, no se preocupen (bueno, a gotitas… al final ya verán) en adelante salen nuestros queridos personajes y algunos nuevos, locos, histéricos y alguno que otro detestable por allí.. ¬¬´¡paciencia, onegai!.   

El gráfico no es mío, es un fragmento de un gráfico original de Clamp.

 Cualquier comentario o tomatazo a mikki_chan01@yahoo.com .

 Vocabulario. 

*El emperador Chin Shih-Huang es un personaje histórico. Inició la construcción de la Gran Muralla y se dice que de su nombre deriva la palabra "China". Dicen los mitos que realmente ordenó la destrucción de la historia anterior a su reinado y asesinó a todos los eruditos para ser el punto de inicio en la historia china. (Ups!, aprendo algo de historia escribiendo fics!)

** Huang T'ien Sang Ti ("Supremo gobernante del cielo imperial"), es también llamado Yu Huang ("el Emperador de Jade"). Es un personaje mítico ya que se le considera el Supremo Rey de los Dioses Chinos (según los taoístas) aquí voy a llamado más Rey del Cielo (hay que abreviar). El parentesco con el Emperador Chin Shih es algo salido de mi imaginación, al igual que la relación entre el clan Li, (que aquí relaciono con un hijo de Chin Shih-Huang salido de mi imaginación y llamado Li –ji, ji, que original ¬¬´-) con el constructor de la Gran Muralla.

*** La leyenda citada al final (con leves modificaciones) corresponde  al manga del Clamp titulado RG VEDA... Si no lo conoces, no te preocupes, ya explicaré pasito a paso por qué lo cité!, y lo explicaré con calma...

Adelantos: 

- “¿Cómo que no lo es?, ¡hay cards mágicas sueltas!, ¡y hay un card captor también!”

 Capítulo I: “El fin justifica los medios”

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