Shirley Manson
Como si apareciera de repente en el televisor, una bizarra joven caminaba con la cámara que la miraba en contrapicada, mientras la muchacha cantaba una tonada a un desfallecido novio: "Queer", una canción pegagosa, viscosa y con un mensaje extraño que llegaba con una voz...indescriptible.
No eran los gritos de una Nina Hagen. Tampoco se trataba de la tensión a lo punk de L7. No era la fresez de las Bangles o las Go-Go's (rebasadas en el tiempo para cuando "Queer" asaltaba MTV). No seguía los pasos de Madonna y, mucho peor, en la siguiente pieza de la banda, esa indescriptible voz declaraba abiertamente que su dueña, Shirley Manson (agosto 26 de 1966, Edimburgo, Escocia), era feliz cuando llovía, disfrutaba cuando la música era mala y que se sentía bien cuando la tristeza la invadía. ¿Qué más podíamos pedir? Nos hicimos sus admiradores en ese momento.
Tres productores y una muchacha
En Garbage tocaban, de entrada, tres de los productores más sobresalientes de finales del siglo veinte. Duke Erikson, Steve Marker y Butch Vig, quien entre otras linduras fue el artífice de varios éxitos de los Smashing Pumpkins y el malabarista detrás del Nevermind de Nirvana. A nadie le importaba que a ser el rock un supuesto asunto de juventudes, estos tres individuos parecieran más nuestros padres que nuestros colegas. ¿Por qué? Pues porque esas guitarras y esa sensación de rock bien hecho estaban en primer plano. Detrás se encontraba la impresionante voz de Shirley Manson. Cuando llegó la gira, el embelesamiento fue total.
Manson redimía sus propios pecados. Durante la infancia fue maltratada como maltratan los niños en la escuela: cruel, vil, despiadadamente. El resultado fue una niña con "ojos de pescado" (entre otros tantos motes) y tendencia al suicidio. Después de que los tres productores la descubrieran mientras veían MTV para desvelados (era la voz de su propia banda: Angelfish), se empezó a convertir en el estandarte de esa depresión sabor de fresa y ojos claros. De las jovencitas comunes y corrientes.
Después de haberse sumado al grupo (ella prácticamente rogó por quedarse después de una fallida primera entrevista), Shirley Manson escribió las letras del primer álbum (Garbage) y en seguida todos los integrantes -y ella en particular- pelearon por quitarse la etiqueta que algunos medios les habían otorgado: una banda de tres productores y una muchacha.
Garbage Reloaded
Como decíamos, las letras que tanto gustaban a la gente, esa mezcla de decadencia y sutil luminosidad, de brincoteo pop con esquirlas asesinas, de espinas que parecen plumas, eran obra de Shirley Manson. Desde "Queer" hasta "Happy When It Rains" y luego la muy bailada y comentada "Stupid Girl", Manson se definió por una rama poco explorada por las rockstars, la de una mujer que lavaba sus penas en el escenario, que se portaba fuerte y se desplazaba con seguridad, que era exitosa y daba personalidad a la banda, pero que no vivía de ello. El famoso síndrome del exitoso infeliz. Pero a lo mejor: no fingía y no finge...,porque así continúa.
Por otro lado estaba la contundencia en la producción de tres verdaderos freaks, metódicos y calculadores, quienes cuidaban cada track, cada ruido y cada registro de las canciones.
Cayó el Versión 2.0 y con la gira (porque es una banda que ama, literalmente, salir de gira), el concepto sobre Garbage y muy probablemente ellos mismos cambió. Demostraron la contundencia de sus guitarras y la visión y mano de Vig (verdadero líder de Garbage). La calidad se evidenciaba en vivo y Manson continuaba explotando el carácter que por tanto tiempo tuvo que ocultar y que aún hoy abandona cuando baja del escenario. A veces muy pop, a veces muy punk, a veces muy melódico, pero siempre con un sello inconfundible, Garbage estaba por fin colocado y su estilo cuajado. Se transformó entonces en una banda de guitarras detrás de la voz de Shirley.
La ruta del Sex Symbol
El camino que siguió Shirley Manson fue de revelación del rock a símbolo sexual del mismo. ¿Cómo era posible que una pelirroja a la que todos ignoraban, retraída, depresiva, asmática, incapaz de estar un minuto bajo el sol sin provocarse quemaduras de segundo grado, escocesa (con todo lo que ello implica), con ojos saltones y casi sin curvas fuese considerada como un sex symbol?
Puede ser que el escenario y el deslumbramiento que provoca hicieran maravillas. Simplemente, en medio de su manera directa y dura de decir las cosas, había una mujer completa, entera, quien sin tomar bandera por las oprimidas del planeta, como muchas otras posers, la tomaba para ella misma. Luego, como en todas las bandas, hubo problemas graves. Las direcciones musicales no empataban y con una mujer que trataba de redimirse a sí misma, las cosas acabaron por estallar.
Ese pelirrojo objeto del deseo
Sacar adelante el disco más reciente de Garbage, Bleed Like Me, no fue cosa fácil. Todos sus miembros se mandaron al diablo, hasta que estuvieran listos para producir rock and roll. Shirley Manson envió, en un intenso intercambio de archivos de audio vía internet y paquetes de FedEx, letras con alta reflexión (y crítica) política. El álbum sonaba cada vez más intenso y todo comenzó a cuadrar, por ejemplo, en temas como "Sex Is Not the Enemy", una clara protesta contra los "líderes morales" del mundo.
Las guitarras volvieron a un lugar prominente, porque al parecer Vig, Marker y Erikson se estaban inclinando más por el lado salvaje de la producción y Manson, una vez más, encajaba a la perfección.
Además, su lado sexual se consolidó como descarado y hasta asesino. La cantante coquetea con desfachatez con la misma imaginación de la viuda negra. Ella misma lo ha dicho: "Me piden que les enseñe las tetas, cuando los hombres de la banda tienen más que yo. Respondió con mi frase favorita de Asesinos por Naturaleza, cuando justo antes de la matanza, Mallory le dice a los condenados: '¿Me estás coqueteando?'. Por supuesto nadie capta la cita. Son demasiado tontos para eso y para creer que en realidad hablo así de dulce y caprichosa"
Si a eso agregamos que, por mero disfrute estético, le encanta ver gente desnuda, que practica el box y le dan desconfianza las personas felices pues, según ella, "están químicamente desequilibradas", ¿qué más podemos pedir? Claro, que nos cante "Queer". ( Por Erick Estrada)
Página Oficial de Garbage