Héctor Dengis , argentino, contemporáneo




de nuevo ese dolor




mi chiquita pronunció
otra vez la palabra
imaginación

y a mí me vino
de nuevo ese dolor
por tanto chico
de cerebro hambreado
desde el útero
que ni siquiera
tendrá fuerzas
para por lo menos
soñar
esa palabra




de un coito





de un coito con un extraño pensamiento
una vez parí una duda

desde ese momento no puedo dejar
de hacerle el amor a lo desconocido




pienso en mujeres



...me han estremecido un montón de mujeres,
mujeres de fuego, mujeres de nieve...
silvio rodríguez





no vengo a hablar de esa raza
de empalagosas
insípidas
banales
torturadoras del estímulo
ni de esas seductoras de plástico
diosas del clítoris

no hablaré de ese esperma de mujer

(tampoco se trata de beatas o de niñas)

es sobre mujeres,
entiéndase,
sobre ciertas mujeres de carne y alma
este discurso

sobre mujeres distantes o cercanas,
tempranas o recientes,
mujeres que perduran en la tibia memoria,
mujeres que sólo fueron bocetos,
escritos borroneados,
mujeres tangenciales,
dominantes o lábiles

mujeres que nunca fueron mías
porque nunca pude o quise ser hombre
de mujeres no queridas.

hablo de viejas novias
románticas
de sexo nulo o poco investigado

de mujeres sencillas,
piadosas,
desprovistas,

de mujeres fibrosas,
resistentes,

de mujeres
domesticadas en el coraje,
de mujeres visibles,
decididas
o de aquéllas
que todavía no se descubrieron

hablo de mujeres jugosas,
de mujeres de ojos que hablan,
de mujeres de labios de frutilla,
de mujeres sensibles,

de mujeres enormes,
musicales,
de mujeres saludablemente indecentes,
de mujeres con identidades claras o imprecisas,
de mujeres que me elevan al cielo con su risa
y de otras a las que me amarran finas hebras.
por sobre todo, hablo de mujeres ciertas,
de mujeres como ella
tan capaz de abrirme el llanto a las verdades
que escondí
como de negarse implacablemente a sí misma.

sobre mujeres, pienso,
sin saber si hablé de todas ellas
o de tan sólo una mujer

universal,

misteriosa,

inabarcable.




NADA MÁS SALVAJE





Nada más salvaje
que una mujer
que nos amenaza con hacernos el amor
dulcemente.

Y cumple.




SOBRE LO ESENCIAL





Sí Antoine,
es cierto.

Lo esencial es invisible a los ojos.

Hasta que toma
la escandalosa,
terriblemente real
y subversiva forma de un pan
lejos de la boca de un niño hambriento.



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