PLANET MAGAZINE






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Estos poemas son parte de los publicados
en 1999 en soporte papel, en el libro
de edición independiente "Planet Magazine".



ISBN: 987-43-0888-5


A la mujer, por parir mis inspiraciones


Introducción



Este libro no está prologado por otro poeta que, con ganas o sin ellas, oficia de víctima. No cuenta con doctos comentarios de ningún profesional, es sencillamente un libro de poesía, lo cual no es poco. Es de lectura libre, -ya que cualquiera tiene acceso a él-, pero no está destinado a eruditos, a profesionales, a políticos, a chicos UVA, tan preparaditos ellos. Esta dedicado a la gente extravagante, que camina por vías paralelas, alejada del rebaño en lo posible, y junto a él –separada-, si no es posible. Por supuesto, y una página lo explicita, está dedicado a la mujer, bendita (y maldita) fuente de inspiración, por lo que ha significado para la hechura, corte y confección de estos poemas. Merecen un párrafo aparte los amigos/afectos que me alentaron, aquellos que marcaron mi camino, los poetas que me pegaron mal y pasaron a formar parte de mi historia poética. Gracias pues a Carlitos Bukowski, Allen Ginsberg, Juan Gelman, Hugo Ditaranto, Zoé Valdés, Héctor Urruspuru, Esteban Charpentier, Flavio Crescenzi, Cristina Salinas, Bárbara Lorena Rey, Pablo Quirós, por su pequeño y gran aporte para llegar a esta edición.


INDICE


Descastado
Decadencia poética
Bajo bandera
Bienvenido a Planet Magazine
Haciendo el amor a un ángel
Bautismo
Hablo de sexo
La dama del manto negro
Hombre solo
El amor y la miseria
Eyacupoetización
El gualicho global
Río de Janeiro
I can´t fight this feeling
Lumpenizado
La bella durmiente
Papel en blanco
En vano
El casamiento del poeta
Pipa de amor
Sexo
De caño
Cuando te sacuda el polvo
Prisionero
Te mataré para hacerte mía
Japi niu iar!!!
Una vida Recoleta
Eros y Thanatos
Saqueo
Sorrow
City nights
Poesía burguesa
Vivir equivocado
Un altar en la memoria
Para que me escuches
Locura
El olvido
El mágico chupete Ginsberg del bebé de Juanito
Rati´s blues
Amor mandrágora
Qué es el amor
Mujer nueva
Casi mujer




Descastado




No quiero pertenecer
a tu círculo de nenas mucho lomo
mucho sexo
poco seso
Tampoco al honorable grupo de poetas
morochos
peronistas
exitosos
o al de aquellos
transgresores
histéricos
sauneros
No quiero de tu porro
porque es tuyo
y se gasta
No
nena
no me gusta ir a la costa
a casa de tu papi
ni que me lleves en su coche
ni que me envuelvan tus tentáculos
de madre argentina
Prefiero
no penetrar en esos lomos
ni codearme entre poetas exitosos
prefiero una mano que circule blandamente
y una mujer eléctrica
setentista
que salte los tapones como aquellas
Prefiero padecer
porque no pertenezco
a ningún grupo
sentirme en todos lados
como sapo de otro pozo
Lástima la soledad
lastima tanta soledad






Decadencia poética




Nada nuevo para recrear
entre las ruinas de este Hiroshima
mi amor
Quizá debiera editar un libro de poemas
con deslumbrante tapa
totalmente desnudo
erecto mi sexo
y venderme
A lo mejor desnudar la hipocresía del amor
ese que cumple rutinas cotidianas
o rituales de fin de semana
Decididamente no escribiré sobre políticos
raza en decadencia
de color marrón
que todo ensucia
Tal vez más tarde
ú otro día
ahora que la muerte blanca no tiene cabezas
No escribiré sobre avenida Córdoba y sus miserias
de cuerpos tarifados
ni de los que vienen desde el corazón de Inti
muy conchudos hasta este laberinto
No pienso dar pelota al fútbol
ni poemizar al amor entre iguales
en sus variantes
No voy a inspirarme en mujeres
ni usar a la amistad como pretexto
Me niego rotundamente
a escribir una sola poesía más a la que aún amo
garrapatear versos que mencionen al desgarro
o nombrar a los que sin nombre
aguardan en el río
el día del Juicio
Me niego al dolor
a la muerte
al amor
los grandes temas de papel
setenta y cuatro metros de ellos
En esta ancianidad poética
irresoluta
dejaré la escritura a los que vienen
a mi herencia
Voy entonces a amar
engendrar un hijo que no pierda
verlo crecer
y cuando yo muera
que el dolor le arrebate
letras
desde el alma
esas que no llegaron a ser mías.






Bajo bandera




Estuve en el límite
todo este puto día
en el límite
del agotamiento
del stress
de la desesperación
mientras el taxi recorría las calles
desiertas
buscando un pasajero
entre bolsillos
desiertos
Detrás de la bandera "libre"
—buenas noches, ¿adónde lo llevo?—
hay un hombre pensante
que presume de poeta
que cree aún estar vivo
y poder hacer el amor todavía
aunque no tiene oportunidad de comprobarlo
Hay un hombre
detrás del volante
que a veces derrama lágrimas
por la masamada
que lo parió
a esa sensación desconocida antes de ella
que es morir de amor
Mientras el taxi
sube-baja
calles avenidas—¿no tiene monedas?—
hay un poeta desesperado
por los versos abortados
que no escribirá en la noche
al tiempo que trabaja
Quizá cuando regrese desvelado
decida probar
escribir nuevamente unas palabras
redescubrir cómo se hace
al igual que hará cuando llegue nuevamente
una época de piel
y desnudeces
y redescubra
con semen y saliva
como se escribe
amor
entre dos cuerpos.






Bienvenido a Planet Magazine




El chabón dejó la new age por un momento,
cansado de tanta vida sana,
sana,colita de ratón.
A las doce de la noche estaba invitado a una fiestita privada,
una Puttaparthi,
pero faltaba remontar medio día
de su aburrida vida.
Salió a comprar revistas en Palermo.
Tanta tapa a la vista,
tanta gente rubia con cara de Gente,
tantos culitos parados de nenas plásticas,
tantas tetas de plástico como globos de carnaval.
"Bienvenido a Planet Magazine",
decía una portada,
con una foto trucada, elaborada con adobe,
una foto nadadicente mezcla de caca y barro.
"Busca la sección Raspá y Olé. En este número: sexo oral con Madonna,
el sabor, el olor y la textura virtual de la namber uan."
Siguió leyendo las promesas,
haciendo un inventario de todo lo que podría hacer
sin hacer nada.
La foto de la semana le permitiría sufrir
viendo a un niñito decapitado por un soldado demente en El Salvador.
El Planet-humor, con Las Tetis y su humor porno-light
¡Qué joder con el cuarto poder!
Le daba todo lo que los otros tres le negaban, nada prohibido, Calamaro,
sólo tres o cuatro monedas y la libertad total,
sexo, risas, los sentidos saturados,
la pared del vacío que se corre más, un poco más
dejando lugar para respirar.
Metió el ejemplar de Planet Magazine bajo el brazo,
seguro de ahorrarse el dinero del sauna, el colectivo, una revista de comics
y el video de terror.
De terror la vida, pensaba,
ansioso por llegar a la nada de su hogar con ese todo en páginas,
todo el peso de la virtualidad en la axila.
Ya en el cuarto, pensó que quizá estuviera mal o fuera pecado
dejarse llevar por los sentidos.
En la duda prendió un Japinirvana
para que los ángeles fueran propicios.
Se sentó en la cama y abrió la sección Raspá y Olé.
Tan natural, pensó, tan natural,
que daban ganas de abrir esa obra de arte con el cuter
y probar sentirse en el jet set del sexo con una muñeca de papel.
Pasó la nariz por un sexo de textura tan igual, tan similar,
que se olvidó del mundo y hundió la lengua en el papel
hasta acabar.






Haciendo el amor a un ángel




Sé que no eras un ángel
ni una puta
Me cojías como un ángel
hasta hacerme estornudar
por el roce de las plumas
de tus alas y —claro—
caían lágrimas de mis ojos
Llorabas entonces
como una puta
enamorada
de un ocasional cliente
caliente
y nuestros gemidos
no sexuales
se elevaban a los cielos
Allí quedó nuestro amor
colgado
después de alguna noche
de sexo
en la que perdiste las alas
al golpear contra una nube
y caíste hacia algún lugar del planeta
No te volví a ver
pero sigo buscándote
y reavivando tu recuerdo
en iglesias y burdeles






Bautismo




En lenta hamaca mi sexo se balancea sobre tu cuerpo
humedeciendo cada rincón
extraño ritual de bautismo.
En cuatro patas
subo goteando por tu panza
tus tetas
tu cuello
tu boca me premia
con su excitada succión
Y ya necesito penetrarte
besarte
decirte que te amo
que tus ojos
se fijen en los míos
En una lenta cadencia
quiero tratar de ser vos
tratar de ser
por un instante.






Hablo de sexo




Hablo de sexo
Digo: todas las lúdicas expresiones del amor hecho cuerpos
Me refiero a un nosotros dibujado en la intimidad:
el sexo que acá menciono
es un espacio de correrías por el cuarto
Cuando lo nombro estoy gritando la imposibilidad de ser vos
lo insensato de habitarte nada más que en las entrañas
Su simple existencia
manifiesta la divina maldición
que te arrancó de adentro mío
explica patéticamente la utopía de la unión
Cuando señalo al sexo
hablo del tesón del minero para extraer el oro de lo profundo
de la paciencia del alquimista acumulando su mercurio
de los hindúes y sus tantras
de Mohenjo Daro y de Harapa
El sexo que intento indicar en esta suerte de mapeo
es amor
es amor y oro líquidos






La dama del manto negro




Los labios se adelantan a las nubes en tu valle de frutos rojos
pequeña caperucita
ojos ciruela
pies de madera ardiente los tuyos
en el canal helado de las lágrimas
Las aguas del lago desbordaron bañando tus pies de oro
mientras mostrabas la enagua ante mi mirada atenta
Tentada de risa y de deseo
tu enagua empapa mi frente febril de cenobita
Hay un sonido de lanzas y alabardas
emergiendo desde el fango
Caravanas de calaveras silentes
avanzan hoz en mano hacia el poniente
Quizá te posea en la turbera
te masturbe el frenesí de la lengua
el clítoris de tus labios visibles
tan adecuadamente húmedos
Tu mano curiosa palpará la herida de la lanza
confortará mi alma con caricias desbocadas
buscando el espasmo
que sólo conocen por el reflejo de los ojos
abismándose
en el instante de la disolución entre tus cuerpos
Tu descendencia morirá lejos de tí
mujer estéril
mujer sin nombre
como guerreros derrotados en la piedra negra del sacrificio
Sólo volverán a tí como una caravana de calaveras
avanzando hoz en mano
mujer oscura






Hombre solo




Es de noche.
Son las 9 y 10 de este feriado.
Los coches zumban todavía
y faltan algunas cosas
como para concentrarme:
un Camel, un whisky con hielo,
la música de Loreena McKenitt,
nombre que me recuerda el amor,
o sea, todo aquello que puede hacerse de a dos
y quebraría este momento creativo.
Mi digna madre persiste en acertar hondazos en mi mente
que quiebran mi planeada, intentada e indefendible
intimidad.
El universo entero es un gran geriátrico.
Poetas que temen al paso de los años
y marketinean ser adultos responsables,
sistemas políticos anquilosados,
empresas y organizaciones burocráticas
excluyendo a quien excede tuentiseven.
Quizá sólo yo y algunos pocos
nos animamos a fakiarles el fundillo.
¿Qué edad tiene mi miembro erecto en las madrugadas?
Un koan tan difícil de comprender...
Casi como averigüar de qué color es la piel de Dios.
¡Ah, mis queridos adultos, realmente son admirables!
Como un dedo medio insertando una donna.
¿Cómo, Antoine...? ¿que sólo se ocupan de números?
Sí, viven acuciados por el paso del tiempo,
maldita dependencia de las agujas,
¡Si al menos se inyectaran heroína!
Tan preocupados por el alcohol y las drogas,
mis televisivos amigos,
mis video-players,
mis mamarrachitos adictos a todo.
Sí, yo también soy uno, bocón,
poetadicto anónimo y desconocido.
Y reconozco otras adicciones:
a los pechos, labios y dientes femeninos,
a las vaginas en desarrollo,
las pantys negras,
los ojos confundidos de las adolescentes
que se sienten completas conmigo,
las bromas inconsistentes de los amigos,
el machismo de utilería,
la sonrisa de los bebés,
la ternura de una parejita de Saenz Peña.
Mis otras adicciones están reprimidas
desde que vivo en el geriátrico
y fueron mencionadas:
Un Camel y un whisky con hielo.
Saldré a caminar ahora,
a fumar un cigarrillo,
mirar mujeres,
decir piropos
y todas esas boludeces que en luna llena por la noche
hace para escaparse -si no escribe-
un hombre solo.






El Amor y la miseria




Buscar una salida es poco menos que escapar,
que pasar de un cuarto luz-dicroico a uno dulux,
artificioso museo de cera donde lanzo el acertijo:
— Alguien se robó el sol y se dice que Hank lo tiene.
— ¿Yo, señor? —pregunta el pope reventado
con el dedo medio en alto y ensayando un flato bucal.
— No señor —le contesto, girando bruscamente hacia un pelado barbón
que sentado en zazen, con gestos me propone una fellatio.
—"Quieres decir que te gusta meterte penes de hombre en la boca"—
le pregunto,
y el viejo pederasta asiente mudamente con una carcajada.
— ¿Es que el amor es algo más que una asociación de soledades,
algo más que un intercambio de fluídos? —grito.
—"Un arbolito sin hojas que da sombra" —escucho,
pero no quiero más memorias, guerras, holocaustos, cuerpos sin nombre en el río
y con cemento.
No quiero verlos desesperados, supuestos amigos, en afanes de levante,
usándome para acercarse hasta la presa, aunque sea en etapas,
lobos acechantes,
y lanzar el anzuelo con una frase casual como carnada.
No, no quiero más tedio, no más rutina, coitos programados,
el gran reitin del sexo ocasional, mejor úselo doble, fumigue primero,
cuidado, cuidado, esto es sólo una ficción,
penetre y la entrada le cuesta la razón.
La mujer como una bacinilla en donde lanzar la basura,
el gran Moloch sonriendo desde el fondo del abismo,
el hombre, consolador disponible a toda hora.
No, no quiero esto, no quiero buscar una salida.
Prefiero estar solo con mi miseria,
mientras la vida se escurre como el agua de la bañera.


Entrecomillado: citas de Ginsberg y Gelman.






Eyacupoetización




El poema se balanceaba en la punta de mi ser
(la punta de la lengua, la punta de los dedos,
y otras puntas non sanctas para poetizar
cuerpos ajenos).
Era como estar en el borde del orgasmo
sin quererlo, y oprimir desesperadamente taoístas puntos
como freno en pedalera,
porque no se fuera.
Pero ¡ya!, terco y de mala leche
se fue por alguna punta y no sé cuál
—como para prevenir reacciones—.
No quiero ser acusado de cunnipoético,
que un revés me sacuda por algún atrevido verso
escapado de mis dedos,
o una inocente adolescente venga a mí
acariciándose la panza por pecados no habidos
ni gozados.
Es que me aterra que un poema se me escape así,
sin aviso,
y ande por el mundo suelto de mi mano.






El gualicho global




Voy a decirte que podría ser tu padre,
disimular todas las expectativas,
y después a empezar con los hechizos:
un cassette de Ricky Martin
embebido en ginebra de petaca,
una botella de birra
que contenga un pelo púbico
en jarabe de frambuesas,
una media usada que caminó
Río de Janeiro
estrangulando un Garfield de peluche.
Arrojaré tres monedas en la fuente
del Buenos Aires Design ú otro shopping,
y para más suerte, esconderé
una foto de Mendes 99
bañada en pure CICA.
Luego me sentaré a esperar,
preferentemente a tu lado,
esperando el milagro,
siglos atrás,
los sapos se transformaban en príncipes.






Río de Janeiro




Salí decidido a recuperar la memoria.
Los fantasmas hacían muecas, burlones.
Doblé en Río de Janeiro, La Subasta,
donde ibas con el chabón deslumbrada
mientras me comía los codos.
Ahora construía y deconstruía poesías propias y ajenas,
intertextualizaba imágenes y experiencias.
Buscar algo nuevo es más que el semáforo de Lezica.
Es un ángulo desde el cual el viejo árbol de Querandíes me pegue bien,
tiñendo de rosa la imagen de Caperucita de guardapolvo blanco
yendo al encuentro del lobo.
Las raíces siguen rebelándose contra el asfalto,
pero no exentas de sentimiento formaron un hueco,
quizá para cobijar a mi dolor que se quedó esperando
como siguen esperando inútilmente las baldosas
que las unten nuestras mieles.
Los amores desprotegidos no tienen defensa contra los coche-bomba.
—Amor, la camarera del Arton dice con sus ojos que nuestras manos tomadas
sólo unen distancias.
El tiempo es un bunker insoslayable.
Y es así, el nuestro era un amor imposible,
un amor de adolescentes,
que sólo quedó vivo a la vuelta de la esquina,
cuando creo verte y es tu sombra, tu recuerdo,
que besando el mío, sigue caminando aún por Río de Janeiro.






I can’t fight this feeling




a Si

No puedo combatir este sentimiento
asomando su brote al sol
como papa olvidada en la cosecha.
Tiempo de futuros en un sobre,
vos una ficción de amor con toda la luz
de una orquesta eléctrica.
Nunca viajaste a California, nena,
todos tus sueños y los míos quedaron bajo llave
en el cofre de la libertad,
junto al equipaje que imaginé para el viaje
a la costa oeste:
un gusano herido y una capelina trucha,
la foto de una beba regordeta
y un puñado de papeles con poemas.
Quizá tus sueños estén ahora floreciendo en Lanús,
los míos están brotando, como aquella vez,
nuevamente de un papel de rotativa,
igual al que te trajo hace mucho tiempo
hasta mi casa en la montaña.
Mis sueños llevan hoy tu nombre de huesos descarnados
y no quiero volver a perderte.






Lumpenizado




Ese lumpen pegado a la vidriera
hombre de letras dice ser.
Está mirando un libro de Bukowski,
los ojos enfermos de deseo,
los mismos que brillan frente a la mujer inaccesible,
esa mujer que dice envidiar a la inspiradora de sus versos más calientes
pero jamás se atrevería a ser su musa.
Él escribirá plagios jamás leídos,
desnutridas estrofas,
leves
como una sopa de letras.
En su sitial,
alguien dispone un megarrecital
donde un bailarín mediático
agitará sus piernas en ascéptico coito con las masas.
Mejor así.
Si el pueblo construye la cultura puede ser muy peligroso.
¡Que se acostumbren a ver y sigan ciegos!
Un lumpen escribiendo puede ser fatal para el sistema,
y la función debe continuar.






La Bella Durmiente




Las bandas nocturnas pueblan la calle
con colores diversos
cada uno
detrás
de su espejismo
La sacrosanta princesa de la Osa Mayor

del osario común
del rosario católico
yace en su lecho
con una corte angélica
que ahuyenta
a una cohorte de demonios
con sus celestiales ronquidos
¿Vendrá esta noche a despertarla con un
beso la sacrosanta muerte?
Heces y desperdicios
en su católica boca
omnisciente
iluminada
plena de danzas del sol
e histéricos milagros
Yo prefiero el alcohol
y una banda de trolas que avivan mi olfato
como el de un gallego que en la pescadería
imagina una paella
Sublime éxtasis de amor
el del oso
y la margarita

Vida alucinada la de la nada
del que nada entre la mierda
y se come las eses
morochito de la vida
siempre al costado de la calle
Dónde está la princesa
la verdadera
la que cambia los rumbos
oficia las ofrendas
y se ofrenda en el tálamo nupcial
ante aquel que es prisionero por su espada
Circular destino
del maldito hombre sexuado
paquidérmico
monógamo
que vaga entre esqueletos y mortajas
buscando la escondida princesa
ofreciendo el brillo de la espada
a los cadáveres
buscando el aliento delator
el más mínimo rubor
que revele
que en la piedra yacente
esta vez
la que descansa
no está muerta.






Papel en blanco


A Horacio Pérez del Cerro


Maldito papel que ahogas mi inspiración,
blanco,
siempre blanco,
siempre en blanco,
perdido el fárrago vehemente en el olvido
como en el vuelo final tanto sin nombre.
Maldito papel que me traes el dolor
de un poema desaparecido en el olvido.
Por qué siempre condenado
vitalmente
condenado
a perder la memoria,
mientras un corrector oculta las letras vivas
y deja la muerte blanca
blanca
como el papel en el que mercan mi vida.
¿Deberé buscar en los burdeles rosados
donde las meretrices cohabitan sus secretos de estado?
Dónde has estado, inspiración,
que te lanzas a mí voluptuosa, ardiente,
violando cada celdilla de mi ser:
uno-cero-uno-cero,
hasta el infinito organizas las ideas
en este ordenador en silencio y sin silicio
del que brota la sangre del pueblo
hecha palabras.
Mi pueblo... que unido fue vencido,
sometido, traicionado,
y no volverá a alzar las manos,
mientras se prepara una nueva camada de traidores,
que vendrán llorando como madres de pañuelo,
en compañía de ocho rebeldes con el siete roto,
para que nada cambie,
para que nadie pague,
para que los corruptos y asesinos
dejen el lugar a sus delfines
y como única prueba de delitos
un papel en blanco o desaparecido
como mi inspiración tardía.






En vano




Jamás llegaré a ser un buen poeta, lo sé.
Nunca lograré ser admitido en esta tribu.
Cómo podría construir versos aceptables un mal bebedor,
que evita los excesos.
De qué manera alucinar viajes sustantivos
y emular a los prohombres,
sin sustancias prohibidas y legales,
letales travels sin un cheque en blanca.
¡Ay de mí! que sólo hago el amor a mis parejas
y no me cojo a todas las mujeres.
Vergüenza,
no vomitar alcohol a modo de palabras.
Vergüenza de mí, puro entre los versos más putos.
Tibio de mí,
que seré vomitado de mi tribu.
Este será mi último poema, Ginsberg,
lo juro.






El casamiento del poeta




Hermana prostituta...
ayer entregaste tu cuerpo por unas monedas.
Yo daría mi alma cada día por la poesía.
Maldito poeta
el que sacrifica amores, hijos y cordura,
se revuelve entre las heces del alcohol
buscando el vino nuevo,
la sabiduría de un verso,
uno solo,
un jirón de alma,
una palabra,
un candelabro alumbrando el encuentro de dos que se desean.
¿Me buscas, palabra?
Me mostraré esquivo,
sabrás que no puedes poseerme,
y aunque muera de deseo por la cópula
no me tendrás,
no libarás mi néctar,
no te daré mi sangre,
no desgarraré mis ropas
¡nunca!
Escúchame bien:
deberás venir de blanco,
los pezones resaltados en la veste,
vendrás como novia,
como virgen vendrás,
no te darás a ningún otro poeta,
y quizá, sólo quizá,
entonces,
te tome y te transforme,
te lleve al climax, te derrumbe,
te incorpore entre mi piel
y seamos uno, letra y poeta.






Pipa de amor




Tratame como a tu pipa, decís,
tu cuerpo y el mío desnudos.
Entonces mis manos recorren tus formas,
sensuales, armónicas,
comienzo el ritual de encender el fuego,
un fuego parejo y perdurable,
del que las volutas se desprendan
trazando arabescos de danza derviche.
Y muevo mis labios, disfrutando,
paladeando cada instante.
Vos estás cálida entre mis manos,
como entregada a mi placer
que es también tuyo.
Estás entre mis manos
hasta que se acabe tu fuego
y quede sólo el calor,
tu cuerpo caliente
en el que la hoguera
quedó en los ojos.






Sexo




Deshojo caricias
de mi cuerpo ardiente
para cubrir tus desnudeces.
Broto dedos de mis manos
para encender tus gélidos
pezones.
Saco el caracol de su casita
para limpiarte el cuerpo
como gato.
Tu boca me recorre
y me devora,
me abrasa y me enloquece.
Una mirada pudo más,
una mirada.
Me subo a tus ojos,
los penetro,
te fecundo el alma.






De caño




Hace cinco días llevo alojada una bala de 38 en la cabeza
una de esas que cada tanto uno sueña con calzarse
en vez de reptar silencioso hacia la muerte
de ver con mirada hambrienta
como otro se come nuestra fruta

Entrar a la nada
por la puerta grande y angosta de un caño
que se lleva restos del naufragio

Es bueno eso de saber que uno tiene la llave siempre
y puede cargarse lo que quiera
incluso salvar a un país de la carroña
con un balazo en la patilla

Pero la bala seguirá virtual
alojada en el cerebro
no elijo terminar con esta vida de mierda
creo que ni vale la pena el esfuerzo.






Cuando te sacuda el polvo




Una avalancha de silencios confabulan
en la noche.
Se apagan los ecos,
se acallan las calles.
Yo estuve una madrugada cualquiera imaginando desde afuera
el calor de adentro.
Ahora me solazo pensando en la cama que me espera,
vacía pero me espera.
Y quiero también estar allí,
en esa calle silenciosa,
pateando boludeces,
agarrado de una cintura,
marcando y desmarcando el timming de otros pasos a mi lado.
Y madrugarme en un bar de Corrientes como con vos,
y volver a la cama, como con vos,
y cagarnos en la ciudad y su gente plástica de roles de hierro.
Pero vos estás muerta o en la cárcel,
y yo vigilado por la yuta (madre que te parió).
Y sé que voy a estar solo,
o en una relación conveniente y convenida,
con sexo a parquímetro y supermercados de fin de semana,
y trabajos responsables,
y gestos reposados,
y todo aquello que denota madurez y buena vida.
Por eso quizá alguna vez te saque del fondo de la muerte,
te sacuda el polvo (que te debo)
y vuelva a cantar una marcha militar marcando el paso y desmarcando,
para que me crean loco,
como cuando nos veían pasear la ciudad tomados de la cintura como amantes,
y se hacían el bocho pendejos y gerontes,
imaginando como sería ser nosotros.






Prisionero




Todavía no llegó la madrugada.
Mendigos de cartón vienen arriándola
como al loco del Tarot los perros
Vos me invadís de nuevo
siempre me invadís
Hace años
tus dientes
tus tetas
y el vello de tu sexo
cortajeándome
en el coito
fueron míos
Pero ahora es distinto
vos te adueñaste
sin más derecho
que el de tu total entrega
de la mía
de los corazones entrelazados
La hija que devoró a su padre
para que ya nadie pudiera sacárselo
para que ya nadie pudiera negárselo
Pequeña mujer amante amiga
por qué no liberás mi corazón uncido?
decí al menos que no quisiste
hacerme prisionero para siempre de tu recuerdo
sino sólo bendecirlo
ungirlo
Con el licor de nuestros labios
nuestros sexos
Para que ni la obligada distancia
ni el paso del tiempo
lograran borrar el vínculo más sagrado
que entre dos seres se plasma
y que los sabihondos
llaman amor.






Te mataré para hacerte mía

Nos golpeábamos
ateniéndonos al golpe proseguíamos,
endurecidos como costras, como reos...
Flavio Crescenzi



No vuelvas ni en sueños amor
No quiero tener que llorar en tus brazos
ni morderte la boca
no me gustaría tentarme y golpearte hasta que sangres
ni lamerte las heridas
ni cebarme con tu sangre y darte muerte
devorarte
para que nadie me despoje
ya nunca más
nunca más
sin vos.






Japi niu iar!!!




Din-Dong suena alegremente en las alturas
y es de nuevo ese anciano
con nariz de borracho
y olor a renos
rebosando de gordura su trineo
posando para los anuncios
como una leidi adolescente
promoviendo
la venta de vinos
para el ejecutivo gallego
que ama la tierna carne de esta tierra
y el regalito que en los shopping-sorete
aguarda por una adolescente
de ombliguito al aire
contenta hoy
porque sus tetas hacen ¡pop!
por arriba del corpiño que las mantiene up
El viejo Noel volvió
ensuciándose en las chimeneas
desperdigando sonrisas de consumo satisfecho
trayendo tu recuerdo
porque una vez diciembre fue nuestro
y de alguna manera volvés a mí cada diciembre






Una vida Recoleta





Euge, a quien los papis insisten en llamar María Eugenia,
lleva una vida Recoleta.
Salvo los boliches que feecuenta semana a semana,
es una niña modelo, super fashion,
y cumple su papel
que es conservar la línea.
Muy distinta –dice su mamá-
a la muchacha que ocupa el departamento contiguo,
única vecina.
Ella se pasea con un top bajo el chaleco tan descuidadamente caído
que permite entrever sus pezones,
y el tiro del pantalón –negligentemente-
deja ver un tercio de su tanga blanca.
El cabello rudio, cortado a navaja, es como una bella planta de follaje variegado
cuyas raíces son negras como la tierra
de la que obtiene su sustento.
Mamá Guadalupe está convencida de que más que pets
tiene un zoológico en su hogar,
a juzgar por los sonidos que de allí provienen.
El hermano de la Euge,
que esta semana “se equivocó” dos veces de puerta,
observa a su madre entre burlón y comprensivo,
mientras Euge busca desesperada la bombacha roja
que cree olvidó en el hotel, anoche, con Mariano,
el chico con el que salió toda esta semana
y que desapareció como su ropa interior:
en la Rock & Pop, donde aseguraba trabajar,
nadie lo conoce.
Cuando Gonzalo, su padre, vuelva del campo
a participar con la familia de vida tan Recoleta,
luego del fin de semana con la amante,
las bombachas, los preservativos y las Visa
deberán estar en orden,
como siempre que daddy realiza el examen de rutina.






Eros y Thanatos


A Mirtha


Por suerte olvidé
que querías matarme
le perdí miedo a la muerte
suerte...
que olvidé que me odiás
y puedo amarte
muerte...
no sé por qué en nuestro
nosotros amor y muerte
se paseaban tan de la mano






Saqueo




Tu cara de yo no fuí no me convence
cuando te acercaste me puse en guardia
Te paseabas por mí como por un supermercado
mirando y apropiándote
abarrotándote de fragmentos míos como quien no quiere
grité: ¡seguridad! ¡seguridad!
pero ni yo mismo hice algo para impedirte el saqueo
Quedé despojado de mí
vacío
y lo peor de todo es que vos seguís adentro






Sorrow

...señor amor,
usted crece de tarde, noche y día, de costado, hacia abajo, entre las cejas,
sus ruidos no me dejan dormir perdí todo apetito
y ella ni nos saluda, es inútil, inútil.
Juan Gelman



La pena madura como fruta,
es una pesadez que no termina.
Tu no-amor.
Adentro esperan cuervos que se pelean por mi carne.
Mi enamorado se pierde en fantasías:
la mirada en las vías que no elegirá,
la bañera en la cual ni loco se ahogaría,
la silla desde donde saltar con soga y todo
-es de groseros tener la lengua afuera en un velorio-.
Mi duro querría tomar de una vez por todas la esperanza por el cuello y decirle:
¡Ni ahí, estamos viejos!
Mi resignado asume que ya no habrá amores,
sólo disponibles complementos.
Mi fogoso quiere gritarte que te ama y al carajo las edades.
Mi adecuado busca tu teléfono y cuenta las monedas del café.
Mi poeta te empapelaría Villa Crespo.
Vos te vas -eso decís-, hermoso sol-maldita nube que me dejás el corazón lleno de lluvia.
Sortilegio difícil encerrarte en un recuerdo,
casi como esconder el niño en esta cáscara sin vida de los años,
fingiendo normalidades y decencias.






City Nights


Los idiotas se siguen muriendo en las calles
con sus frazadas agujereadas.
Esteban Charpentier



Nadie en la medianoche
de la ciudad segura
sólo idiotas de frazadas agujereadas
arriba de cartones
sólo pendejos sembrando con meadas de cerveza
las paredes
tenés diez centavos para viajar
me dicen
y ya caminé veinte cuadras
sin monedas para el colectivo
para puchos
para invitar a una mujer con una birra
tiene veinticinco señor
me dicen dos bebotas
pantys negras
zapatillas
y sólo por decirme señor
que se vayan al carajo
con sus piernas de apertura veloz
con sus tetas granito
con sus besos franceses en aprendizaje
Nadie en la medianoche
de la ciudad segura
sólo vómitos
de alguno que consiguió diez centavos para el viaje
que lo lleva a ninguna parte
Nos ganaron ¿sabés?
ganaron ellos
los de dientes de porcelana
fotos de afiche de campaña
con sus trajes de estudiado color
sus discursos
elaborados por rufianes letrados
pura imagen
como el espejo
nada atrás
el frío metal del mercurio
fríos
como la dura calle de la medianoche
en la ciudad segura
"del primer mundo"
que oculta la ciudad real
bajo una frazada agujereada.






Poesía burguesa




Las charlas de café
Las preocupaciones burguesas
(El lenguaje adecuado
para el bendito fin de siglo
la estética correcta)
Hombres de letras
venerables licenciados y doctores
gente culta toda ella
no usa moñito

Ellos escuchan rocanrol
conservan la línea
visitan los saunas
en una ficción de amor
tan cercana a su poesía...
Ellas dicen ser estafadas
una y otra vez
adorables moscas en la luz azul
No
m
i
e
r
d
a
s
esa no es la realidad
Basta de escritura rupestre
Afuera de esta caverna
se pasean sueltas las bestias
todavía
devorándose a los sin-casa
que se reproducen como conejos
Mis burgueses amigos
la calle espera por ustedes
¿Quién será el primero
en acunar su poesía en un cartón?






Vivir equivocado




Hoy sin querer me puse tu recuerdo
y me di cuenta de que te amo.
A cada tanto sale tu cabeza de la tumba
y me saluda.
Allí me doy cuenta de que nadie me besó tanto,
ninguna me pintó de caricias,
nunca me iluminaron de sonrisas,
mi cuerpo ninguna vez madrugó dulzuras,
el salvajismo jamás había pintado por mi sexo,
ni me había desnudado por adentro.
Pese a todo, dicen que fue un error,
que sos casi una niña,
¡pero era tan lindo vivir equivocado!






Un altar en la memoria




Quizá nunca sepa ella
y alguna vez yo olvide
—nada más que un instante—
cuanto la he querido
Hoy es un recuerdo
Se enhebra en mi mente
aunque no quiera quererla
la barroca urdiembre
del sonido de un clave
Fue la humedad de sus labios
es la humedad de mis ojos
ella transformada
en agua salada
La pequeña muerta
dice que no teme
a quedar encerrada
entre tanto recuerdo
si la memoria
es altar que se alza
al que no vuelve
No
Yo no tengo miedo
de quedar atrapado
por siempre en su recuerdo
aunque nunca sepa ella
y alguna vez yo olvide
—nada más que un instante—
cuanto la he querido.






Para que me escuches




Ante mi desnudo silencio
te vestiste de palabras
y ya no pude amarte.
Ante el ansia de encontrarte
te perdiste por senderos-barricadas,
y mi corazón-guerrilla
te batalló los flancos.
Desplegaste tu fuerza de distancia,
tu suave distancia medida pero tierna,
y me doblegué ante tu afecto-pero-no-ese.
Supe que no hay fuerza de amores
para oponer ante tus muros,
supe que no hay batallas
entre ejércitos o amantes
si no hay dos en el encuentro.
Y decidí un amor silente,
pero esta vez sin esperanza.
Y te vestí de palabras
porque ya no pude amarte,
porque a tu lejanía
no hay huellas que me lleven.
Y te sigo amando
en silencio y con palabras,
soñando con muros de papel
que se quebrantan,
vistiendo mi silencio
y desnudando tus palabras,
para que me escuches.






Locura


Hoy la radio dijo que tres adolescentes
irán a prisión perpetua
también que otro confundió a su madre con un ladrón
y disparó
Parece que ayer la OTAN bombardeó de nuevo Belgrado
y mañana hará buen tiempo
pese a esta tarde negra
Mi compañero de trabajo
dijo ayer que lo robaron
y anteayer perdió la billetera
hoy estuvo triste por la muerte de su hija
que según él se fue por esas artimañas del cáncer
Creo que necesito desenchufarme
de tantas boludeces
Estoy en la ruina
perdí tres hijas
a la mujer que más amé
-ya encontró alguien a la vuelta de la esquina-
Supongo que el cerebro es como un vaso
y ya tengo suficiente con lo mío
para rebalsarlo
Si esa estúpida radio
esa estúpida gente
pretende seguir poniendo algo adentro
puede que el vaso desborde
en eso que llaman locura






El olvido




Es tan largo el olvido
dijo el poeta
el letrista
con voz de tango
y alcohol trasnochado
Pero nunca vio tus ojos
vos
tan desaparecida
vos tan muerta
Ni olvido ni perdón
se dijo
y está escrito
Este muro blanco de papel
este lamento
recoge la oración de un solitario
sobre la tumba abierta
del que nunca fue enterrado
del que nunca volverá
y nada se sabe
El olvido es un globito con gas
escapando de las manos de un niño






El mágico chupete Ginsberg del bebé de Juanito




Johnny Weiss Müller fue criado por dos gorilas.
Vivió siempre en Belgrano County,
para él the most beloved barrio,
el mismo que ahora odia,
por el aluvión que generó el ansia de pertenecer.
Las cloacas ya no dan abasto
y el barrio -insiste él- se llenó de mierda.
Para controlar su fábrica robotizada
en la quel lumpenaje quedó afuera
la Pentium® y el fuck's son suficientes
y no se mueve de la casa.
Tiene dos críos el Juanito.
Al pichón de dos añitos le regalaron hoy
un chupete taiwanés de marca líder.
"El chupete Ginsbelg que fablicamos
-dice el ponja gerente por la tele-
tiene los mejoles mateliales,
y su estética fálica pelmite a los lactantes
abandonal al poco tiempo todo hábito de succión.
Con know-how apoltado por la Islaeli Happy Suction,
es el chupete del futulo".
El chupete plástico seda al bebé de Juanito.
Su depósito recargable libera por goteo un soporífero
y lo lleva al sueño ligeramente colocado.
La hija mayor, preadolescente,
aún no logró reemplazar la eme por la ge.
Su dislalia la lleva a comer desaforadamente,
y la mezcla de conservantes, hormonas y saborizantes
(que ingiere sin saber)
transformó su bronceada y apetecible carne
en una masa de celulitis precoz.
La madre intenta controlarla inútilmente,
sabiendo que la vía oral no es la adecuada.
La fashion-woman llegó a cotizar diez mil por una noche
con un diplomático paragu-áio,
antes de conocer a Johnny, claro está.
La nena se va con un tomate y una miserable zanahoria,
y en el cuarto se le ocurre la idea salvadora.
La señora Weiss escucha intrigada los jadeos
provenientes del cuarto de su hija,
que ahora emite extraños gorgoritos y por fin acaba,
al tiempo que en el cuarto del bebé el llanto sube de volumen.
Se encoge de hombros, prende la radio,
y la música del bicolor invade todo.
La nena vuelve con expresión satisfecha y sedada al eat-room
y enjuaga la sangre del chupete
mientras el bicolor sigue cantando,
"somos una familia muy normal".






Rati's blues




Hay reunión de petirrojos hoy
en la Plaza de los dos Congresos,
se pavonean con sus pechos colorados
buscando el alimento
Su jefe máximo
fiel a la doctrina fascista
les dijo:
"cinco por uno
no va a quedar ninguno"
y son una bandada de buitres
de afiladas garras de acero y plomo
enfrentando gorriones y palomas
Los ratis van barriendo las veredas
con sus bigotes cepillo
de película muda
Nada se les escapa
tan sólo que su mundo no es el nuestro
en el país que recorren
nunca hubo desaparecidos
y la delincuencia
es ilegal competencia
Ellos están ajenos a las fluctuaciones de la bolsa
no les preocupa la crisis social
Sólo los excita una ocasional prostituta
que paga en especias
pequeños favores
y gruesas miopías
Agradecidos están
los ratis
por la plena ocupación
y tanta pizza
a la mano
Los ratis
tiemblan por un instante
Los pelos
de su rígido bigote
presagian días funestos
con tanto caño en la calle
Hay un rictus de dolor
sobre los labios
de cada rati
en el macizo bigote
que enfrentará la agonía
en alguna esquina
cuando los marginados
los cabecitas peronistas
salgan a cobrar las deudas
fieles a la doctrina
cinco por uno.






Amor Mandrágora


Reviento mi cabeza de blues hasta perder la razón,
y no consigo valor para el amor kamikaze,
le temo a la muerte, yo, el heroico suicida.
Desespero por alcanzar la fruta madura de tu amor,
pero "son muchos años de diferencia",
-me dirían-, y ya estuve a los sopapos.
"Somos presos políticos" gritan Los Redo, y lo somos.
Estoy preso en la política de respetar,
agarrado a los barrotes de las buenas costumbres,
tras las rejas de la necesaria subsistencia.
Sólo rompo las cadenas con amor,
¡y estás tan lejos todavía!
Condenado a verte siempre en escena,
mudo espectador de este teatro.
Se dice que habita un fantasma desesperado aquí dentro,
¡sí! en mi corazón, enajenado de amor por vos.
Dejemos que nuestro amor entre en la leyenda,
que venza las barreras.
No quiero un amor mediocre,
de sidóticos preservativos y sábanas de hotel.
No quiero el hastío y la costumbre
del rostro vuelto en la cama.
Quiero dormir enredadera.
Inventemos un amor a medida,
construyamos un verso cada día.
Que hoy rime con "feliz comienzo"
y mañana con "fuego apasionado".
tengo una pluma de águila para escribir las frases,
¡pinchame las venas!
La poesía de nuestro amor se llevará mi sangre.
Acompasaré a cada verso mi latido
¡uní tu pulso al mío!
Ya no podrán separarnos.
No hay poder humano/divino que venza al ritual de los latidos.
Palpitemos erráticamente si intentan acercarse,
con la cadencia de mi poesía.
Opongamos la diástole de tu breve suspiro poético.
¡Que harán ahora tontos, con nosotros,
una sangre misma en la armonía!
¡Escuchen, tontos, somos la poesía!
Hemos dado el salto y lo logramos,
no revelaremos el secreto.
No sabrán jamás lo que se siente
en la mágica unión de las palabras.
El hálito que exhalo plagado está de su misterio,
su mirada revela la energía de mi alma.
¿Les extraña nuestra risa?
¿Quién de ustedes puede distinguirnos,
si ella es yo o yo soy ella?
(Jamás soportarán que revelemos su miseria,
nuestra riqueza es su pobreza,
no hay nada más rico y más pobre que un poeta).
Estoy enamorado del amor, sabihondos,
loco de pasión por una mujer apasionada
y sin ánimo de regreso.
Voy a llevar en mi muñeca una pulsera trenzada con tu pelo,
para poder acariciarte a toda hora
(quizá luego me brote vello con tu nombre)
Esta emocionada lágrima, ¿es tuya o mía?
No quiero el fin de este poema,
la separación me parte el alma y él ya somos uno.
Busco un verso interminable como camino de hormigas en el bosque,
incansable como el devenir de estas letras.
Alucino con encontrar el sentimiento-raíz de tu poesía, tu esencia misma.
Nadie comprenderá, no podré contarles.
Los veo leer a carcajadas este "delirio alucinado" -según ellos-,
y en él me va la vida, ¡nuestra vida!
¿Sabés que nuestro amor nació tras la muerte de otro amor?
De allí su magia,
su sangre regó nuestra semilla,
¡pobre amor decapitado que no hallará la paz!
Nuestro amor-mandrágora vencerá, lo sabemos.
Dejalos reírse, qué a nosotros,
si estamos juntos, vida, estamos juntos,
juntos hasta el fin de este poema.






Qué es el amor, preguntó el poeta,
paseando como Diógenes lapicera en mano.
"Yo creo que debe ser algo muy divertido"
contestó HBO woman mirando la pantalla.
Qué es el amor, volvió a preguntar,
"es tres sin sacarla", dijo Yosoymacho.
Qué es el amor, se dirigió a una de treinta,
"es un orgasmo múltiple que nunca se acaba".
El poeta, como loco, seguía preguntando:
qué es el amor, a la mujer de cuarenta.
"No sé, contestó, yo no quiero problemas".
Qué es el amor, siguió sin esperanzas.
"El amor es un juego", dijo la adolescente,
lo besó en los labios y se sacó la ropa.






Mujer nueva


Ay, mujer desconocida
mujer nueva,
que te volvés droga dentro mío.
Escasa, super-escasa dosis semanal.
No termina de brillar mi corazón Garfield
que ya estás diciendo “eso fue todo, amigos”,
y yo que necesito un saque cada nano-segundo,
buscando tus ojos me engancho, me engancho,
y no zafo ni a gancho.
Mujer nueva,
de sonrisa fácil,
de mirada que avanza como un Mack cargado de madera
por la ruta,
decí que vas a pasarme por arriba como a un escarabajo.
No, mujer, no estoy puteando,
o mejor dicho sí,
¡cuándo mierda vuelvo a verte,
mujer nueva!





Casi mujer


Será la fascinación de lo femenino
-me digo-
Una y otra vez colmar
esa profundidad
húmeda y receptiva
sentir
que rumores líquidos la inundan
la cadencia
rítmica
constante
la enérgica sacudida final
el contoneo desbocado
meter la mano
sacar la ropa limpia
húmeda
perfumada