No sólo "hierro"
La innovación no sólo está en el exterior de los productos Apple. El software incluido de serie también es digno de mención: iMovie, iTunes, AppleWorks y el recién estrenado iPhoto.
Los programas "i" comparten una característica importantísima: poder utilizarlos desde el primer momento sin necesidad de consultar ningún tipo de manual o ayuda en línea. Son transparentes en su funcionamiento y permiten hacer tareas, en principio de cierta complejidad, siguiendo las máximas de "conectar y listo" y "arrastrar y soltar". iMovie representa el paradigma de la sencillez en la edición de vídeo doméstica e incluye opciones para aplicar diferentes tipos de transiciones, filtros, sonido y títulos. La aplicación MovieMaker de Windows XP (abajo) también permite crear películas, aunque su manejo y opciones son más limitadas.
En definitiva, la plataforma ideal para los principales mercados creativos: preimpresión, diseño Web, fotografía digital, vídeo, sonido y música.
Los verdaderos ordenadores "compatibles"
Por otra parte, las batallas dialécticas entre los defensores del Mac y los usuarios de PC son bien conocidas y pueden compararse a las discusiones, más o menos amistosas según los casos, que se mantienen entre aficionados de equipos deportivos rivales, salvo que en este caso no sólo se encuentra la pasión en los colores defendidos por cada uno de los equipos sino que se suelen esgrimir importantes argumentos ya sean técnicos (rendimiento), de mercado (disponibilidad de software, periferia y el precio) o de otra índole (como la posibilidad de utilizar ciertos servicios en Internet) con los que evidenciar lo acertado de la compra de uno u otro ordenador.
La compatibilidad podía parecer uno de los apartados más difíciles de defender cuando las interfaces de ampliación internas y externas en los equipos de Apple eran completamente propietarias, ya fuese para la instalación de tarjetas internas (NuBus), discos duros u otros dispositivos de almacenamiento o unidades ópticas internas y externas (SCSI), ratones, teclados, impresoras y un largo etcétera. Pero Apple comenzó a "compatibilizar" poco a poco las piezas de sus equipos para abrirse al mundo de los fabricantes de periféricos y ampliaciones. Primero fue la sustitución de las ranuras de expansión NuBus por las PCI en la segunda generación de equipos Power Macintosh con procesador PowerPC 601, posteriormente llegó una más que inteligente apertura de conexiones externas con la incorporación de puertos USB, FireWire, unidades de almacenamiento y ópticas IDE, y conexiones de vídeo. En resumen, con ello se ha conseguido disponer de un mayor catálogo de periféricos que conectar a nuestros ordenadores, y en la mayoría de los casos también a unos precios más razonables.
Pero el hardware no es lo único que hace compatible a un Mac. Las principales reticencias de muchos compradores indecisos estriba en la posibilidad de poder trabajar con el Mac con las aplicaciones que suelen utilizar en sus oficinas, academias, universidades o, sencillamente, para compartir documentos y trabajos con sus amigos de "la otra plataforma".
Siempre han existido herramientas para nuestros equipos con las que poder convertir los documentos típicos de las aplicaciones de PC al Mac, entre las que MacLinkPlus Deluxe (www.dataviz.com) hizo y continúa haciendo un excelente trabajo así como las cada vez mayores opciones de conversión de archivos gráficos y multimedia proporcionados por QuickTime, dejando aparte el hecho de que los Mac fueron capaces de leer los disquetes y otros dispositivos extraíbles de almacenamiento de PC bastante antes de que los PC pudieran hacerlo con los soportes de almacenamiento formateados para Mac.Y casi siempre que se habla de aplicaciones típicas de PC aparece la sombra de Microsoft Office. En definitiva, se trata de poder trabajar al cien por cien con los documentos generados con Word, Excel o PowerPoint (también se pueden trabajar con los datos de Access con múltiples aplicaciones propias de Mac). Pues bien, ese es otro de los capítulos resueltos desde hace ya algunos años y al que se ha dado la puntilla con el anuncio de la última versión de Microsoft Office para Mac OS X. No es que las características de las aplicaciones de Office para Mac sean idénticas a las equivalentes de PC (soporte de plantillas con macros en Word o de funciones en las hojas de cálculo), sino que Office para Mac OS X sigue la tónica general de sencillez en el manejo de las aplicaciones y también permite hacer unas cuantas cosas más gracias a las características del nuevo sistema operativo de Apple, como por ejemplo las transparencias y el manejo de gráficos gracias al motor gráfico 2-D Quartz, además de incluir Entourage, uno de los gestores personales más gráfico, potente, integrado con el resto de programas de la suite ofimática y sencillo de utilizar que se puede encontrar para gestionar el correo electrónico, la agenda de contactos o las tareas.
Pero la compatibilidad de software no termina en Office, ni en el hecho de que Outlook y Explorer se suministren de forma estándar con cualquiera de los actuales Macintosh.