Chistes, chistes y más chistes

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Un joven iba caminando por los pasillos de un supermercado buscando algunas cosas, cuando se dio cuenta de que una viejita lo andaba siguiendo. Sin hacer caso, el muchacho continuó echando cosas en el carro. Finalmente se formó en la fila de la caja, pero ella se puso frente a él y le dijo:

-Discúlpeme, siento que el estarlo observando le haya hecho sentir incómodo. Lo que pasa es que se parece usted mucho a mi hijo, que murió hace poco tiempo.

-Lo siento mucho, señora… ¿hay algo que pueda yo hacer por usted?

-Sí joven, si hay algo… Cuando me vaya ¿podría usted decir "Hasta luego mamá"?… Eso me haría sentir mucho mejor.

-Claro, replicó el joven.

Así, al alejarse la viejita, el agitó la mano y le dijo:

-¡Hasta luego, mamá!

Cuando llegó a la caja, vio que la cuenta sumaba 1,500 pesos.

-¿Como puede ser?, preguntó, solamente compré unas cuantas cosas…

Y le contestó el cajero:

-Su mamá dijo que usted pagaría lo de ella.