¡Lo que sea!
Un tipo naufraga en una isla desierta con la única compañía de un Doberman y un marranito.
Hay mucha comida y agua, de modo que él no la está pasando tan mal. Pero al cabo de unos meses,
se empieza a sentir un poco solitario. El marranito se empieza a ver más y más atractivo -suave,
carne rosada, trasero redondito, y tal-.
Pero cada vez que el pobre tipo se quiere ir sobre el puerquito, el Doberman le gruñe y le
ladra, y una vez por poco le arranca la pierna.
Así las cosas, pasan los meses y un buen día el tipo ve algo en el horizonte, se lanza al agua
y encuentra lo que resulta ser una lanchita a la deriva, y en el fondo de ella una hermosa mujer,
inconsciente. La arrastra a la playa y lenta y cuidadosamente la ayuda a recuperarse.
Después de varias semanas finalmente ella ya está lista, ya camina y todo lo demás y con gran
entusiasmo le dice al tipo:
-Gracias, gracias por salvarme la vida. No sé que puedo hacer para retribuírtelo. Estoy
dispuesta a hacer lo que sea, lo que sea, tú dime que es lo que quieres y yo haré lo que sea.
Él se queda pensando unos minutos y dice:
-Llévate a mi perro a dar una vuelta.