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El incidente del supositorio
Un tipo se sentía muy mal, tenía unas hemorroides terribles y decide ir a ver al doctor. El médico lo examina y le entrega una caja de supositorios y le pregunta si desea que le aplique el primero. Un poco apenado, el hombre acepta. Se inclina y aguanta la respiración. Siente un dolor agudo y entonces el doctor le dice:
- Bien, está usted servido. Tiene que insertar el próximo dentro de cinco horas. Si no puede, pídale a su esposa que le dé una mano
El hombre se va a su casa y se recuesta para recuperarse de la experiencia. Aproximadamente cinco horas después trata de colocarse él mismo el supositorio, pero no puede tomar el ángulo adecuado, de modo que le pide a su esposa que le ayude. Ella le pide que se incline, coloca una mano en el hombro de su esposo para estabilizarlo y le introduce el supositorio. Cuando se lo introduce, él suelta un grito terrible.
- Lo siento... ¿Te lastimé? Fui lo más cuidadosa que pude - dice la esposa
- No es eso, contesta él. Se endereza, se le queda mirando con una palidez fantasmal.
- ¿Qué pasa entonces? - Pregunta ella
- Cuando el doctor me lo puso tenía ambas manos en mis hombros.