Tema 4. Día de muertos a la mexicana
Los habitantes de México precolombino tenían dos
fiestas: la pequeña y la grande, que durante la colonia se fusionaron con la
cultura y la religión católica. Los antecedentes más remotos de estas
ceremonias se remontan aproximadamente al año 1800 a.C. con una máscara de
barro procedente de Tlatilco (México).
La fiesta pequeña, se iniciaba 20 días antes que
la fiesta grande, la primera era dedicada a los niños y la segunda a los
adultos, como ahora se acostumbra que el 1° de noviembre sea dedicado a los
niños difuntos y el 2 a los adultos. El inicio de la celebración de los muertos
adultos o fiesta grande coincidía con la festividad católica de los Fieles
difuntos. El día de Todos los Santos quedaba incluído dentro de los 20 días
anteriores a la fiesta grande donde se encontraban las fiestas de los muertos
pequeños. Por ello quedó dicha tradición de celebrar a los niños difuntos el 1°
a los adultos difuntos el 2 de noviembre. Este manejo de las tradiciones es un
ejemplo de como el pueblo mexicano logró mantener sus antiguas costumbres vivas
bajo el yugo español, a pesar de la evangelización, y así lograron que las
festividades de muertos no fueran tomadas como paganas.
El misticismo, la fiesta y las costumbres con
respecto a las festividades de día de muertos, son una actividad muy compleja.
Se ha convertido en una verdadera festividad nacional, que se extiende a lo
largo de todo el territorio nacional y que tiene gran arraigo entre los propios
de México. El dolor, la tristeza del ser querido que partió al mundo de los
muertos, y el llanto se entremezclan con el colorido, la fiesta, la alegría y
la diversión.
Las ofrendas pueden ser colectivas y privadas, a
veces instaladas en los hogares o muchas veces colocadas artísticamente en las
tumbas de los cementerios, como sucede en muchas localidades de Michoacán,
Estado de México, Oaxaca, etc.
Son ofrendados panes de muerto, comida, cacao,
veladoras, tabaco, semillas, cadenas de flores (cempoalxochitl), incienso,
bebidas, frutas, dulces. Además son adornadas con calaveras de barro, dulce y
chocolate y muy a menudo se colocan fotografías de los seres queridos difuntos.
La diferencia esencial entre las ofrendas
prehispánicas y las actuales consiste principlamente en que las primeras eran
ofrecidas a los dioses y las actuales, ya con la influencia católica, son
ofrecidas a los difuntos, a los santos y a la Virgen.
La tradición de celebrar el Día de Muertos es
una tradición 100% mexicana por lo que exhorto a todos los mexicanos a cuidar,
preservar y difundir esta bella fiesta.