Querida familia:
Desde que me enteré de que hoy se iban a reunir a preparar mi fiesta de Navidad, he estado inquieto y con mucha curiosidad por saber qué sería lo que planeaban hacer para festejarme, no lo puedo evitar, mi curiosidad de niño me tiene emocionado.
Les escribo para decirles que les agradezco mucho que se acuerden de mí, pues cada día es menos la gente que piensa en cómo me gustaría que fueran mi fiesta, y la verdad festejado, pero si vieran cuántas veces me han pasado, que me dicen que la fiesta es en mi honor y luego me dejan solito en un rincón y sólo me toca verlos comer, beber, bailar, romper piñatas, gritar, reírse y muchas veces hasta pelearse, y yo quisiera participar, me gustaría tanto que en el intercambio de regalos hubiera algo para mí pero no, desde mi rincón espero nervioso y pienso “ahora me van a llamar a mí”, “yo sigo”, “ya me va a tocar”, y termina todo y a mí, el festejado, nadie me regaló nada. Soy un niño y eso me pone triste.
¿Quieren de verdad hacerme feliz’, pues bien, les voy a decir como me gustaría que fuera mi fiesta.
Primero quisiera que sólo vayan los que realmente lo desean, no me hace feliz que obliguen a nadie de ir a mi fiesta.
No se preocupen mucho de qué vamos a comer o beber, yo estoy acostumbrado a cosas sencillas y no muy abundantes.
Me gustaría mucho que hubiera un ambiente de verdadera alegría por mi nacimiento, que haya música, cantos, aunque no lo hagan muy bien, yo tampoco tengo muy buen oído, pues sólo sé escuchar con el corazón.
Y quiero un regalo, un regalo grande, durante el intercambio, que tenga mi nombre y que me llamen al centro para dármelo, en ese regalo quiero que estén sus corazones, limpios, en paz, rebosantes de alegría para mí; quiero que mi regalo esté lleno de perdón, de ese perdón que yo traigo para todos ustedes, y que me haría muy feliz que se lo dieran unos a otros.
En fin, no les quito más su tiempo, pues si sigo pidiendo, como niño que quiere ser el centro de la fiesta, a lo mejor a la próxima ya no me invitan.
Es verdad, denme lo que ustedes quieran y les prometo que con eso voy a estar contento, gracias por pensar en mí.
Les quiere mucho,
El Niño Jesús.
¡Feliz Navidad a todos!