Felipe León Lerma

La Creación

Pintor: Gregorio Prieto

 

Me gusta tanto mirarte

Me gusta tanto mirarte, cuanto me gusta.

Transparentarte la mirada exhausta.

Mirar los valles nocturnos,

los pájaros taciturnos.

Mirar sobre tu boca diáfana

los caballos sanguíneos en galope,

las calles repletas de luciérnagas

y de adoquines carnosos

¡Oh luminosidad perpetua!

Te pareces tanto a ti misma

en esas horas nocturnas,

Sin la careta que otros conocen

y envidian todos a veces.

Te pareces tanto a la luna

palpitante y despierta,

ancla temporal, migaja del cielo,

mi compañera de cuarto,

compañera de mis noches.

Eres nube de abril en esos momentos,

mojada, tensa y lluviosa.

Me sabes a colina recién llovida.

Tu resplandor se alza en dúos

contra la tempestad gravitatoria.

Siempre en dos corres a romperte

contra las murallas de una capital sitiada.

Tu vientre deslumbra las azoteas del cielo.

Tus ojos, tus brazos, tus pechos

se rompen siempre en dúos.

Bajo tus piernas camino

confabulando en contra tuya.

Tu imagen se queda en vilo

como una fotografía gastada.

Me gusta caminar por esos recuadros,

tengo un camafeo de mil vistas.

Te aprecio los detalles,

tu cara de Diosa desterrada,

tus manos de notas musicales.

Siempre estás tu, en el agua.

en los bosques, en las playas,

junto a las gaviotas y los duendes.

Que hermoso cuento ilustrado eres.

Composición de anécdotas.

Templo de soles.

Me gusta tanto escucharte, cuanto me gusta.

Escuchar las arenas en la costa,

el murmullo de los grillos

revueltos en tu cabellera enajenada.

Escucharte mientras duermo,

pensar que sueño despierto.

Eres el mapa más cambiante.

eres un mundo distraído,

y aún así te recorro.

Las fronteras son solo momentos

de riachuelos y enredaderas.

Párpados elevados con un grito,

mira como pueblan las olas

la cicatriz al filo de tu espalda.

Felipe León Lerma

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DEJAVÚ

¡Oh amor mío! Eres tan cierta

como éstas lóbregas manos

que te confunden en el viento

para que lo abarques todo

y en todo te quedes,

fundida entre los pasos del tiempo

entre los muros ahogados del cielo.

 

Cada vez aquella noche brilla

con más nostalgia y lejanía.

¡Quédate un momento eterno!

Abúndame los instantes

Abrazos en tus labios

besados en tu cuerpo.

 

¡Quédate esta última noche!

Mas quizá no me escuchas,

pues te llevaste de mi el aliento.

¿Te he pertenecido antes?

Dímelo que es así como te siento.

Tan extraña y conocida

tan tuya y cuán mía.

 

Me bebo la luna en tus hombros

como Nítida luz cristalina.

Bebiéndome el néctar doloroso

de la hora de tu partida.

Converso con tus voces

silenciosas cuáles noches.

 

Aprieto entre mis párpados

tus aromas de piel.

Déjame cuanto antes,

este mismo atardecer.

Momentos, momentos fugases

de vidas pasadas,

de amores sin nombre.

 

Un segundo, un tercero vendrán quizá,

como torbellinos, como gotas de rocío.

El único amor que he tenido

has sido sólo tú.

 

Siempre creí que erais un sueño,

mas bien, un dejavú.

Felipe León Lerma

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GALADRIEL:

El viento del este me reclama

para unirme a vos en brazos de esta noche.

!OH Galadriel! Mi bella dama

la demora no fue culpa de un reproche.

Mordor nos abate hermosa doncella

bajo la máscara de un jinete oscuro.

La luna en Rivendel no lució mas bella

desde el día en que partiste de este mundo.

 

Y cabalgo las horas de una madrugada

a los pies del bosque en primavera.

¿Que tan lejos estoy de tu morada?

!OH Galadriel! Mi dama eterna.

Buscare por los cielos tu regazo:

regalo de Elethien el grande.

Partiré en dos al Brandigamo:

un torrente agua y otro sangre.

 

A un Enano obsequias tres cabellos de oro.

tejidos en el Mitrhil de su alma.

El Hobbit recibe del silmarillion un gran tesoro

que hará de oscuridad la luz de plata.

Al elfo lo vistes de gloria con tu sonrisa

encendida como hoguera en mi memoria.

Y el mortal quien de tu mesa se comvida

no es sombra; ni una pizca de tu historia.

 

Las puertas de Moria nos separan

como cielo al mar; como noche al día.

Un camino oscuro y mil distancias

como el amor que te profeso amada mía.

Descargaré mi espada contra el enemigo

sea un Orco oscuro o Sauron poderoso.

Moriré cuando vos encontreis alivio

en los brazos de otro hombre y no éste mozo.

 

Morir será mi gran proesa;

morir por el amor de una princesa.

Sueño de mil estaciones

!OH hermosa doncella Galadriel!

 

Felipe León

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MILADY

Sortija de diamante bello y oro puro, perdida de las manos de algún príncipe pagano; caísteis reino tras reino en el atardecer de mi verano y opacas con tu falsa sonrisa el terciopelo, de la cuerda fina que ha de colgar tu cabeza, para hacer cumplir los designios del Señor, amo eterno de los mundanos.

Cautiverio:

La imprudencia señora nos limita

A valernos de toda sutileza.

No es por tanto su belleza que me irrita;

Es la forma de abandono a una promesa.

Sabed bien, desdichada prisionera

Que os culpan de injurias y traiciones.

Sabed que si la gracia yo tuviera

Os daría por tortura confesiones.

Hermoso es vuestro semblante:

Dama ingrata de tal belleza.

Cuerpo fino prisionero de la carne.

Tentadora de verdugo que le absuelva.

No jugáis para infortunio vuestro

Con un hombre de malos designios.

El presente a vos es un noble Caballero

Muy lejos al demonio que serviros.

El tiempo apremia despreciable dama

Debo dejaros sola hasta mañana.

Ojalá y sepáis que aquel que calla.

Espera muerte después de sentenciada.

No reprimáis esas lágrimas de indulgencia

Que bien os harán para lavar vuestra alma.

No temáis que sea tomado por flaqueza

El gesto de un alma acongojada.

 

Absolución:

 

¿Enternecerme a mi vuestras palabras?

Faltaría ser tan despreciablemente loco.

Sois en verdad calumnia y mil patrañas

Al tratar de intimidarme de este modo.

Señora os repito:

El mundo será un mejor lugar sin vos.

Su Alteza espera tal alivio:

Luego de vuestro juicio ante el tribunal de Dios.

Fingid para mi otra sonrisa

Me alegra veros de esta manera.

Su belleza me resulta alternativa

De esconder en vos amargas penas.

No temáis dentro de esta celda;

Vuestro caballero es fiel sumiso

Cuerpo, alma y vida entera

Con tal de poseer su amor divino.

La noche no delata mis intrigas;

Tenéis en mi unísono poema.

Dejad que os libere de manos furtivas.

¡Amor os ofrezco bella prisionera!

Salid como el viento mi amada

Pasead junto a mi tu pecho ardiente.

Corramos a la mar que nos abarca

Libertad a pasiones tan fervientes.

Condena:

Mientras alzo al cielo otra mirada:

"La indulgencia es una joya que se pierde."

Sepultado tras las rejas que yo amaba:

Como altar para mi Diosa omnipotente.

Fue tu amor tan fugaz como infame

Al dejarme solo en esta tierra.

Por tus labios fui capaz de bien vengarte.

Y hoy repudio el hacerte prisionera.

El templo gime a la aurora

Con seis toques mortecinos de metal.

Es tiempo ya sin mas demoras

De expiar mis culpas ante el tribunal.

"¿Matarías vos por tu princesa?"

Le dijo sí el enajenado caballero.

Mataría a toda la realeza

Por ser yo quien se abata en vuestro lecho.

La dama de cristal se ha ido

Junto a la esperanza muerta y vana.

Mi sentencia al procurador ha decidido

Que la plaza con mi sangre sea manchada.

 

*Verdadera lástima la vuestra; dulce perla atormentada. Soy un hombre en cuyas manos jamás a llevado adornos, ni mucho menos dinero. Oro como tu, es para corazones ricos y.... aunque mi corazón sea vanidoso como el vuestro, es prudente al elegir; que sortija ha de adornar el nombre de mi reino. Descansad en paz criatura abominable. Que mi suerte sea tal al no encontrar en vida; otra mujer como vos.

 

El Conde de La Fére

 

 

Felipe León Lerma

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OCASO

Duerme luna de octubre, mi dulce otoño

Descansa en la penumbra de un beso sin retorno

Pues será adiós de noche al verano que añoro

Debe serlo, aun si fuese de este modo.

Rendijas de plata caen del cielo en tu regazo

Rosas escritas se han perdido en esos brazos

Mas no he de ahuyentar al sol con mi retraso

Sea pues despedida otro amargo trazo

En la historia de mi vida,

En la llaga de esta herida.

Naufraga canto al viento lo esencial de mi tesoro

Dejadme ya pensamientos porque en ellos te imploro

Pues si minutos fugaces al corazón sin mas lo demoro

Amar un suspiro bastaría para no partir así de pronto.

Fueron tus labios el perdón a mis fracasos

Tus anhelos de gloria, el amor de tantos años.

Fuego ardiente de sol, mieles abrazos

Recuerdos sin memoria; murmullos del pasado.

¿Soy del dolor esclavo acaso?

Soy del amor siempre su ocaso.

 

Felipe León Lerma

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EL AMANTE DE LA MUERTE

Inhalo el fulgor de sus ojos,

Marchitos cual fuego en invierno.

Compartir de su olvido el encierro

Y vestirme de sobrios despojos.

 

Valerme de fieles enojos

De aquellos que no dieron tregua

Que inertes cambiarán marea

Por deleites que suelen los lobos.

 

Artistas de arrumacos destrozos

Duermen corazones sin vida.

Esperando que les de salida

Con cantos velados y sordos.

 

Alisar la piel negra en sus dorsos

Y caer del cristal alba al crepúsculo

entre la danza de un viajero brusco

y el deseo que infunden los morbos.

 

Avivar lo extinto en sus rostros

Al pasear mi piel llameante y perpetua

Sube corvo, despacio, la cuesta

Cuerpo frío distante de tosco.

 

Olvidar la cordura de pronto

Entregarme a aquellos placeres

en la carne que pudre en sus sienes

hay sueños, amor y otro poco.

 

Se escucha en sus voces mi todo

Como susurro que he alimentado

aliento en contra del viento varado

en la boca que no conoce otro modo.

 

Dame tu muerte, te doy mi vida

Eres por siempre solo mía

Jamás ocultarte a mis caricias

Porque este amor es Necrofilia.

Felipe León Lerma

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ETERNA

Letanía de viento en el oriente

Alza mis plegarias al cielo

Y caes de nuevo; vuelas luego

Detrás del mar tornasol de mis deseos.

Búsqueda de un sueño olvidado

Que acaba con mis ritos de sangre

Y vistes de alba a la tarde

Con el fuego que arde en mi ropaje.

 

Vaivén de ausencias y recuerdos

Consagración a mis noches de desvelo.

Y haces del todo, un solo secreto

Eres mi ser; mi amor perfecto.

Lágrima sobre el dorso de una estrella

Caricia igual no habrá mas bella.

Serás para el destino prisionera

Mas para mi... eres eterna

Felipe León Lerma

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SUEÑOS DE CRISTAL

Reflejas tu mirada en mi mirada

El tiempo pasa y no has dicho nada

Ocultas tus colores

En nuevos horizontes

La vida es mi única salida.

No entiendo porque te vas

Te marchas sin mirar lo que hay detrás.

 

Camino sin saber que es mi destino

Cada segundo un perpetuo olvido

Conjuntas mis errores

Extensos eslabones

Una mentira es una inútil compañía.

Como entender porque te vas

Y dejas aquí solo al mañana que vendrá.

 

Quisiera ser yo esa mezcla de tus sueños

Quisiera ser yo ese último aliento

Si tan solo una estrella pudiera conquistar

Si cubrieras mis deseos con tus sueños de cristal.

 

Ahora es tarde pero me arrepiento

Por no saber que es el sufrimiento

Perdona mis torpezas

frágiles promesas

Cada mañana soy yo el que te extraña.

Me siento mal en soledad

Y el dolor sustituye nuestra claridad.

 

Acaricias a la brisa con tu cara

Eterna maravilla como el alba

Te encuentras a mi lado

Me tienes controlado

La mar no cesa cuando estas cerca.

Que pretendo si ya no estás

Te espero sabiendo que nunca llegarás.

 

Quisiera ser yo esa chispa de misterio

Quisiera ser yo esas alas en tu vuelo

Si tan solo el firmamento pudiera alcanzar

Si cubrieras mis deseos con tus sueños de cristal.

Felipe León Lema

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VÉRSAME EN TUS LABIOS

 

Vérsame en tus labios dulce mía

En la hora del temor y el abandono.

Haz de mi suspiro una caricia

Que te haga saber que eres mi todo.

Cielo de lunas, mar de inocencia

Cascada divina, sois vos perfecta.

Alójame en tu voz mientras pregonas

Que no hay nadie mas a quien adoras.

 

Vérsame en tus labios hermosa niña

Mientras bebo del grial de tu recuerdo.

Matarme de tu amor antes quisiera

que llegar a encelarme de mis celos.

Luz de mis dudas, sueño de estrellas

Diosa de musas, sois la mas bella.

Tíñeme en la nitidez de tu silueta

Que en ti he de vivir la vida entera.

 

Vérsame en tus labios tierna amada

Cuando el fuego queme en llantos mis entrañas.

Y dudo yo y tú no dudas nada

No es justicia, si es como así se os paga.

Romántica aurora, palabra cristalina

serás vos por siempre la elegida.

Naufrágame entre las olas de tu alma

Que sea ella el don de mi palabra.

 

Celda férrea a la melancolía.

Ocaso del afán a una utopía.

Felipe León Lerma

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WHATEVER

Amante de lunas que caminas tras la noche

Miras con cariño estas manos que os acogen.

Me parecen tus labios cálido abrazo carmesí.

Parece que vos nunca os olvidareis de mi.

Desnudos, anhelantes, yacen los pensamientos

Que a oscuras beben sangre y sal de mi tormento.

Dejadme ser la carne del sentir, del sufrimiento

Dejadme ser el andar melancólico del viento.

Anidada entre vastos atardeceres del mundo

Como gota de mar, como unísono tuyo.

Arráncame al anclaje del cielo estrellado

Abandóname en tu regazo, eterno y delicado.

Quisiera ser alma vuestra o aire exhausto

Y redimir en tus labios versos apresados.

Lento y doloroso, vaga el atardecer sin camino

Anhelante de confortaros si en penumbra os miro.

Témplame en tus ojos, en tus labios, en tu ser

Sea yo la brisa del andar caprichoso de tu piel.

Perfúmame a la luz de un susurro arduo y lejano

El lleva tu nombre, siempre consigo, siempre a su lado.

Amante de lunas, andante de noches

Sueles ser la llaga del rencor y del reproche.

Me parece tu cuerpo nítido embriague sutil

Parece que en momentos vivo solo para ti.

Felipe León Lerma

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COINCIDIMOS

Coincidimos, solo en sombras coincidimos

Como aire en el mar o luz en la nada.

Como canto de silencios

y cercanía distante.

Coincidimos, que se yo, coincidimos

Solamente en lo que ahora nos separa.

Si, así te veía él, como ahora te veo

Siempre callada y siempre distante

Pensando en otros rostros

En otros amantes.

Coincidimos, el y yo, coincidimos

En amarte siendo tan nuestra y tan de otro.

Leerte, quisiera el pensamiento leerte

Y conversar siendo aire en tu boca

aquello que se me escapa.

Que se olvida y se equivoca.

Coincidimos, solo hoy, coincidimos

En pensar aquello que debe sentirse.

A veces tan tibia me explotas el cuerpo.

Te dejo perdida o absuelta

Como manantial de mañana

Desbocada y perdida.

Coincidimos, que mas da, coincidimos

En tenernos como carne sin espíritu.

Coincidimos, solo en momentos fugases.

Yendo tras de la noche a la hora del alba

Pareciéndonos a los locos

Que se rechazan y se aman.

Coincidimos, que se yo, coincidimos

Solamente por querernos con el alma.

Felipe León Lerma

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Coincidimos

Dejavú

El amante de la muerte

Eterna

Galadriel

Me gusta tanto mirarte

Milady

Ocaso

Sueños de cristal

Vérsame en tus labios

Whatever