Nuestros Antepasados |
||||
La alianza entre la realidad y el deseo
La difusión de la cultura.
La presencia, la abundancia y por ende, la ausencia.
|
Príncipes mayas Luna, Ofrenda y Sol Un pueblo es tan prospero y luminoso como sus semillas Norma Luz
Antes del prodigioso español que ahora se desenvuelve entre nuestros labios, brotó a partir lenguajes indígenas una exquisita literatura. Los principales ejemplares que se guardan corresponden a tres majestuosas culturas: maya, mexicana (azteca) "Nahua" e inca. A través de 3.000 años, antes de la exploración y colonización de los
europeos, nuestros mesoamericanos desplegaron
un conjunto de civilizaciones cuyos logros artísticos e intelectuales podían
rivalizar con los de la antigua China, de la India, Mesopotamia y el mundo
mediterráneo. Estos logros resultan aún más extraordinarios si tomamos
en cuenta que la mayoría de las técnicas de las civilizaciones
del oriente no eran conocidas en nuestro mundo naciente. Si investigas
bien, si buscas entre las páginas de un libro llamado “Cosas de la
Ciencia” de
La Ciencia desde México
del Fondo de la
Cultura Económica te
darás cuenta que poseíamos ya una brújula y una infinidad de maravillas
más. Hay tanto que decir de nuestras raíces y de su riqueza, que me
temo, esta página no alcanzaría abarcar todo el contenido, si osará a
intentarlo. Los Pueblo Prehispánicos irradiaban en sus libros la poesía, la historia, la geografía, la genealogía, la economía, la ciencia y la religión... En la educación de un noble destacaba el conocimiento de la historia, la mitología y la poesía. Las palabras prehispánicas que no nos resultan comunes están en el glosario.
Cuchillo
para los sacrificios de la cultura incaica elaborado en piedra y oro
Inca
(del quechua,
inka, ‘rey’ o ‘príncipe’),
nombre genérico de los gobernantes cuzqueños,
quienes fundaron un gran imperio en los Andes en el siglo XV, muy
poco antes de la conquista. El término también se usa para designar a
todos los súbditos del Imperio incaico o Incanato. El pueblo Inca es
originario del lago Titicaca,
se extendía desde el sur de Colombia, por
Ecuador, Perú Y Colombia, al norte de Argentina
y el norte y el centro de Chile. Los
incas recopilaron y dieron gran amplitud a una serie de costumbres que
ancestralmente existían en los Andes. Su valor no se halla tanto en su
capacidad creativa, sino en su habilidad para difundir, ordenar y
administrar. La base de la cultura y la organización andina se encuentra
en el parentesco, es decir, en el ayllu, un conjunto de personas
que se consideran parientes pues creían descender de un antepasado común.
Éstos están a su vez unidos por vínculos de reciprocidad, es decir, están
comprometidos a ayudarse mutuamente en las labores cotidianas; a este tipo
de trabajo se le conoce con el nombre de ayni. Entre
las manifestaciones arquitectónicas
más impresionantes de la civilización inca se hallan los templos,
los palacios, las obras públicas y las fortalezas estratégicamente
emplazadas, como Machu Picchu. Enormes edificios como el Templo del Sol en
Cuzco, fueron edificados con un mínimo de equipamiento de ingeniería.
Otros logros destacables incluyen la construcción de puentes colgantes a
base de sogas (algunos de casi cien metros de longitud), de canales para
regadío y de acueductos. El bronce se usó ampliamente para herramientas
y ornamentos. La
religión tuvo un carácter de escrupulosidad. El dios supremo de los
incas era Viracocha, creador y señor de todas las cosas vivientes. Otras
grandes deidades fueron los dioses de la creación y de la vida,
Pachacamac, del Sol, Inti (padre de los incas), y las diosas de la Luna,
Mamaquilla, de la Tierra, Pachamama, y del rayo y la lluvia, Ilapa. Las
ceremonias y rituales incas eran numerosos y
frecuentemente complejos. Los Incas compusieron cantos épicos, poemas líricos e himnos en honor de los dioses y los emperadores. De su teatro, que alcanza por lo visto gran desarrollo, si se juzga por las noticias de los cronistas, queda el drama Ollantay, que se transmite oralmente de generación en generación hasta que se anota por escrito hacia 1770. Trata de los amores contrariados del general Ollantay y la princesa Cusi Coillur (Estrella de la Mañana).
Ollantay:
¿Has visto en su casa a la encantadora Estrella? Tomado de Ollantay
La civilización cuya majestuosidad originó un signo elemental, la representación de la ausencia: el cero. Conocían bien la presencia, la abundancia y por ende su inverso, la inexistencia .
Entre las muestras escritas conservadas de la cultura maya se encuentra el Códice de Dresde
Escritura
Los mayas poseen textos jeroglíficos ilustrados, escritos e iluminados en papel amate, hecho de corteza de árbol y pergaminos de piel de animales. Los extremos de cada hoja se pegan a tablas de madera. Los sacerdotes se encargan de ilustrarlos y redactarlos; los colores empleados son negro, amarillo, castaño, verde, azul, negro lustroso, rojo claro y rojo oscuro. Se conservan tres códices: el más bello de ellos el de "Dresde", trata de astronomía; el "Peresiano", de ritual; y el "Tro-Cortesiano", de astrología. La función de estos libros es la de sustituir las estelas de piedra que conservaban grabadas ciertas fechas. Estos códices se utilizaban como almanaques de predicción en temas como la agricultura, la meteorología, las enfermedades, la caza y la astronomía.
Los
mayas llegaron a constituir un gran imperio entre los años 500 y
1492, ellos al igual que los aztecas se desenvolvían en un régimen de
clan. Tradicionalmente han habitado en los estados mexicanos de
Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas, en la mayor parte de Guatemala y en
regiones de Belice y Honduras. Los mayas adoraban la naturaleza a la que solían representar como algo divino. Al sol, a la serpiente... se le rendía un culto en el que muchas veces fueron protagonistas la sangre y el sacrificio humano. Alcanzaron un notable desarrollo en cuanto a escritura y el sistema numérico, llegaron a poseer una literatura de carácter histórico. En lo que a arte se refiere fueron grandes constructores y realizaron valiosas esculturas. La religión maya se centraba en el culto a un gran número de dioses de la naturaleza. Chac, dios de la lluvia, tenía especial importancia en los rituales populares. Entre las deidades supremas se hallaban Kukulkán, versión maya del dios azteca Quetzalcóatl; Itzamná, dios de los cielos y el saber; Ah Mun, dios del maíz; Ixchel, diosa de la luna y protectora de las parturientas, y Ah Puch, diosa de la muerte. Una característica maya era su total confianza en el control de los dioses respecto de determinadas unidades de tiempo y de todas las actividades del pueblo durante dichos periodos.
Signo
maya que significa señor Entre los mayas, la cronología se determinaba mediante un complejo sistema calendárico. El año comenzaba cuando el Sol cruzaba el cenit el 16 de julio y tenía 365 días; 364 de ellos estaban agrupados en 28 semanas de 13 días cada una, y el año nuevo comenzaba el día 365. Además, 360 días del año se repartían en 18 meses de 20 días cada uno. Las semanas y los meses transcurrían de forma secuencial e independiente entre sí. Sin embargo, comenzaban siempre el mismo día, esto es, una vez cada 260 días, cifra múltiplo tanto de 13 (para la semana) como de 20 (para el mes). El calendario maya, aunque muy complejo, era el más exacto de los conocidos hasta la aparición del calendario gregoriano en el siglo XVI. "Esta
es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en
silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo.
Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía
un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles,
piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma
y el cielo en toda su extensión.
Tomado
del
Popol-Vuh
|
|||