CUANDO TODOS
HABLAN DE PAZ
Por: Adda Vélez
Jehová
dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz. Salmos 29:11
En estos tiempos que nos ha tocado vivir, en todas partes
escuchamos la palabra paz. Paz en medio
oriente pide la gente, paz aquí paz allá.
Pero parece que no hay paz en ningún lado. Pero, ¿qué es la Paz? Según el diccionario
enciclopédico Santel, la paz es: “Estado de un país
que no sostiene guerra con ningún otro. Sosiego, descanso, tranquilidad,
reconciliación, TRANQUILIDAD DEL ALMA”.
Lo cierto es que la paz es una bendición de Dios para los hombres, y la
paz se encuentra dentro de uno mismo, cuando estamos a cuentas con Dios. Hoy en día,
todos buscan la paz y la felicidad, pues estas van de la mano. Satanás nos ofrece substitutos del bien más
preciado que tenemos, la bendición de tener paz, dándonos, como siempre, “atole
con el dedo”. Sus burdos substitutos son
LAS GUERRAS, el alcohol, las drogas, los tranquilizantes, narcóticos, sexo,
falsas religiones, astrología, brujería, y todas las cosas que quieren
sustituir la paz de Dios en la vida de los hombres. La palabra de Dios es clara y contundente y
nos dice: “No hay paz para los malos, dice Jehová”. Isaías
48:22. Nunca encontraremos la paz a través del pecado. Cada uno, en el fondo de su ser, anhela
tener paz. ¿Qué clase de paz buscan los países que están en guerra? ¿Sobre
quién caerá la responsabilidad de los muertos durante las guerras? La guerra
nunca traerá paz a las naciones, pues esta “paz” esta fundada en la muerte y el
homicidio de muchos inocentes. La paz de
las naciones comienza en los individuos que habitan las naciones. La paz del mundo comienza dentro de cada uno
de nosotros. La paz del mundo SOLO PROVIENE
DE DIOS, A TRAVES DE SU HIJO JESUCRISTO.
Si queremos interceder por los países de oriente en guerra, tenemos que
pedir a Dios que su pueblo reconozca a su Salvador, Jesucristo, para que la
guerra termine. Pedirle la paz para las
naciones, para nuestro país, para nuestra ciudad. “Pedid por la paz de Jerusalén; Sean
prosperados los que te aman” Salmos 122:6. Alguien me dijo: “La religión no ha resuelto
los problemas de la humanidad, ni la pobreza”.
Yo te digo: Ninguna religión resolverá los problemas de la
humanidad. Solo Jesucristo puede
resolver los problemas de la humanidad, pero para que eso ocurra, la humanidad
tiene que humillarse y reconocer a Dios
en todos sus caminos, y a Jesucristo como Salvador. Hay esperanza en el Dios altísimo: “Mucha
paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo”. Salmos 119:165 “Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y
tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida y paz
te aumentarán” Proverbios 3:2 La
humanidad busca la paz en todo menos en donde puede hallarla: JESUCRISTO. “Porque
un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, PRINCIPE DE
PAZ”. Solamente cuando los pecados, que nos roban la paz, son
confesados a El, y perdonados por El, puede venir la paz a reinar a nuestro
corazón. “Justificados, pues, por
la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Romanos 5:1
Hay muchos factores que roban la paz, entre ellos los malos
pensamientos, adulterios, fornicaciones, homicidios, hurtos, avaricias,
maldades, el engaño, las desvergüenzas, la blasfemia, la soberbia, todo esto
dentro del corazón del hombre. (Jeremías 17:9).
Jesucristo vino a traer libertad a los cautivos del pecado, y
a limpiar el corazón de todo aquél que decida confiar en El como Señor y
Salvador. Toda confusión proviene del
enemigo de nuestras almas cuyo fin es robarnos la paz en esta vida, y la vida
eterna al morir: “pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz”. 1
Corintios 14:33. Jesucristo nos
trae, junto con la Salvación, la paz y la felicidad de ser hechos hijos de
Dios. Esta paz una vez recibida, hay que
mantenerla, y permitirle a Dios que “Su paz gobierne nuestros corazones” (Col
3:15). La paz se mantiene siguiendo los estatutos de Dios en su palabra, y
amando y temiendo a Dios sobre todas las cosas.
“Cuando los caminos del hombre son agradables a Dios, aún a sus
enemigos hace estar en paz con el”. Proverbios 16:7 . La paz que Jesucristo vino a traernos no es
la paz que el mundo busca. La paz de Jesucristo no podemos entenderla, pero si
podemos experimentarla. “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no se las doy
como el mundo la da. No se turbe su corazón, ni tenga miedo” Juan
14:27.
Tenemos un Dios poderoso, y Jesucristo es nuestro
Salvador. La paz de Dios no podemos
comprenderla, pero sus promesas son verdaderas, y en El estamos seguros: “Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo
lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay
virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y
visteis en mi, esto haced; Y EL DIOS DE PAZ ESTARA CON USTEDES”.Filipenses
4:7-9
En Cristo tenemos esperanza.
¡Al príncipe de Paz, sea la
gloria!
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