¡GRACIAS
SEÑOR!
“Alabad a Jehová,
invocad Su nombre, dad a conocer en los pueblos sus obras. Cantad a El,
cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. Gloriaos en su santo nombre;
Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová”. 1 Crónicas 16:8-10
Queridos Hermanos en Cristo Jesús,
¿No les ha pasado que se levantan un día en la mañana con el único deseo de
alabar a Dios y darle gracias por ese nuevo día, por el prodigio de estar
vivos, por su Salvación tan grande que nos dio? Estoy segura que si, pues este
es el Espíritu Santo de Dios morando en nosotros, el que nos hace reconocer a
Dios en todos nuestros caminos, y por ello alabarle y darle Gracias.
Los Cristianos
comprometidos con Jesús tenemos muchas cosas de que dar gracias a Dios.
Tenemos un Dios que nos da todas
las cosas en abundancia para que las disfrutemos(1
Timoteo 6:17b). Cuando conocimos a Jesús, el primer regalo que nos dio fue la
vida eterna, vida abundante. ¡Gracias Señor porque al morir y resucitar, vida
nos regalaste! (Juan 3:15-16) “El ladrón no viene
sino para hurtar, y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la
tengan en abundancia” Juan 10:10 Gracias Señor porque nos diste a conocer la verdad y
esta nos hizo libres (Juan 8:32).
Gracias porque
no hiciste acepción de personas y nos escogiste (Hechos 10:24). Gracias Señor
porque abriste nuestros ojos y oídos y podemos ver tu grandeza y escuchar tu
dulce voz (Isaías 35:5)
“A éste abre el portero, y las
ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por su nombre, y las saca. Y cuando ha
sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen,
porque conocen su voz” Juan 10:3-4
Gracias porque has abierto las
puertas de los cielos para nosotros, bendiciéndonos cada día, en lo poco y en
lo mucho. (Malaquias 3:10).
Gracias Señor porque nos has dado
sabiduría para poder reconocerte, y alabarte y dar gracias por todo. (Santiago
1:5).
Gracias Señor porque el maravilloso
día que te conocimos, sanaste y vendaste todas nuestras heridas, y nuestro
corazón quebrantado, cambiando nuestro lamento en gozo (Salmo 143:3).
Gracias Señor porque por tu aliento
tenemos vida. (Hechos 17:25).
Gracias Señor porque nos has
mostrado tu Salvación y debajo de tus alas estamos seguros (Salmo 91).
Gracias Señor porque peleas mis
batallas e infundes confianza en mí (Exodo
14:14). Gracias Señor porque yo soy tu
oveja y tu me apacientas (Miqueas 5:4).
Gracias Señor por el privilegio tan
grande de poder alabarte y dar gracias (Salmo 65:1-2).
Gracias Señor porque tu eres el que
me nutre y da poder. (Oseas 11:1).
Gracias Señor porque eres la Roca
de mi salvación y mi casa está fundada en ti (Salmo 18:2).
Gracias porque un día me dijiste:
Yo soy tu amparo y fortaleza (Salmo 46:1).
Gracias porque en ti puedo
refugiarme en la angustia y en la persecución, y tu nos das la victoria a los
que en ti confiamos (Salmo 59:16).
Gracias Señor, porque pese a mi
necedad tu has sido paciente conmigo (Exodo 34:6) y
grande en Misericordia (Salmo 103:8).
Gracias Señor porque me has ceñido de
poder, y haces perfecto mi camino, porque adiestras mis manos para la batalla,
y me recuerdas que tuya es la guerra, no mía. (Salmo 18:32-33 y 2 Crónicas
20:15).
Los cristianos comprometidos con el
Señor tenemos mucho que agradecerle a Dios. Por eso hermanos, reconócelo en tu
entrada y en tu salida, alábalo en tu corazón, en tu aposento y en las plazas,
Declara su Nombre a todas las naciones, llena tu boca con Su nombre, para que seamos uno en El, como El es uno en
nosotros. Canta salmos de agradecimiento,
pues “Jehová
es mi pastor, nada me faltará. En lugares delicados me hará descansar; Junto a
aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de
Justicia por amor de su nombre.” Salmo 23:1-3
Tenemos la esperanza de un futuro Brillante
en Cristo Jesús. Aunque padezcamos
angustias, persecuciones y seamos atacados sin misericordia, nadie puede
arrebatarnos la salvación. Tenemos
muchas razones para agradecer a Dios y alabarle.
“Me gozaré y
alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi
alma en las angustias. No me entregaste en manos del enemigo; Pusiste mis pies
en lugar espacioso” Salmo 31:7-8
¡Gracias
Señor porque tu estas con nosotros todos los días hasta el fin del mundo!. (Mateo 28:20)
“Alabad a Jehová, naciones todas;
Pueblos todos alabadle. Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia,
y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya .”
Salmo 117
“Alabad a Jehová porque El es
bueno; porque para siempre es su misericordia”. Salmo 118:29
“Alabad al Señor de los Señores,
porque para siempre es su misericordia.” Salmo 136:3
“Te alabaré; porque formidables,
maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien”
Salmo 139:14
Una vez mas,
¡gracias Señor!
En Su nombre.
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