SUEÑOS
DE UNA VIDA PASADA...
En
Japón, la hora mas concurrida es de 3 a 4 pm, hora en la que todos los
estudiantes salen o entran a la escuela, los negocios de comida están
abarrotados de jóvenes hambrientos; generalmente a esa hora Ranma Saotome
acompaña a Ukio hasta su negocio
de okonomiyakis en donde sacia su hambre, pero el día de hoy no fue así, esa
mañana conoció a una chica llamada Violeta que es adivina y le advirtió de
una posible desgracia, por ello en ese momento se dirigen al lugar donde la
muchacha vive para preparar un antídoto. Caminaron por una calle llena de
tiendas de todo tipo de cosas hasta que llegaron a una vieja pensión bastante
deteriorada según la opinión del joven que sentía que con un solo toque de
esa pared, todo se caería. <<Pasa por favor>> le indicó la
muchacha, Ranma asintió y entró al recibidor en donde el muchacho se dio
cuenta de que la casa no estaba en tan mal estado pues en el interior todo
estaba mejor cuidado. <<Cuando me mude tuve la misma reacción que tú
Ranma, por fuera, la casa se ve abandonada, pero por dentro hay mucho amor y
cariño>> comentó sonriendo Violeta mientras guiaba a su visitante hasta
el salón del té en donde habían múltiples amuletos, velas e inciensos, junto
a una pared había una pequeña alacena en donde se guardaban decenas de frascos
con hierbas.
Fuera de la casa, en esa misma calle, un par de jovencitas platicaban muy animadamente: <<No pensé que tu usaras atajos para llegar a tiempo a clases Tomoyo>> <<Es bueno tener rutas alternas para cuando se hace tarde>> fue la respuesta de la elegante muchacha a su acompañante y prima, Sakura Kinomoto. Ambas se dirigían a la mansión Daidouji en donde vive Tomoyo, quien sugirió que tomaran un atajo para poder llegar en menos tiempo y aguantar un poco mas el hambre. <<¿Y que vestido usaras para el baile?, Eriol me comentó que usaría su vestimenta mágica.>> <<Entonces irá disfrazado de mago>> <<Sí, y Shaoran me dijo que iría de caballero>> al decir el nombre del joven chino, las mejillas de Sakura tomaron un tono rojizo, Tomoyo sonrió <<Entonces debemos elegir tu vestido de acuerdo a esa información.>> las muchachas siguieron su camino y llegaron a una calle principal e}donde dieron vuelta hacia la izquierda pasando frente a una cafetería.
En
el interior, unto a la ventana de dicho lugar, una estudiante de cabellera rubia
a los hombros y ojos verdes, esperaba a su acompañante que regresaba a la mesa
con hamburguesas y malteadas para dos, la dejó sobre la mesa y se sentó frente
a ella. <<Anais, siento mucho
haber esperado hasta el último minuto para invitarte al baile>>
<<No te preocúpeselo, te agradezco que me hayas invitado, de no ser por
ti yo no asistiría al baile.>> respondió muy sonriente la rubia, su
compañero se sonrojó causándole mas gracia a Anais. Leonardo le recordaba
tanto a Ferio, el joven del que se había enamorado años antes en Céfiro,
ambos tenían los ojos color miel, y aunque Leonardo tenía el cabello negro y
corto, la muchacha no podía evitar encontrarle un parecido enorme a Ferio,
incluso, habían ocasiones en que durante las clases veía el perfil de su compañero
y veía en el a su príncipe...
<<Y esa es la cafetería...>> Mimi Tachikawa seguía en la escuela pues en el receso no había podido terminar de mostrarle la escuela a Jon , su nuevo compañero. El chico parecía no ponerle mucha atención a la escuela, mas bien estaba interesado en Mimi que en las propias instalaciones, y ella por supuesto lo había notado desde el receso en que él había estado preguntándole si tenía novio o algún pretendiente, ella simplemente ignoro las preguntas y siguió con el recorrido. De pronto, en el interior de la cafetería pudo ver a Matt sentado, mirando fugazmente el reloj notó que ya se había retrasado unos 10 minutos, se giró hacia Jon y se despidió. <<Eso es todo, creo que te he mostrado toda la escuela, si te pierdes no es mi culpa, adiós.>> e inmediatamente corrió al interior de la cafetería acercándose al rubio por detrás quien la buscaba con la mirada. Alguien le cubrió los ojos sin que se lo esperara. <<¿Quién soy?>> susurró la persona en su oído, Matt no tardó en reconocer la dulce voz de Mimi <<Un ángel>> respondió el muchacho, la jovencita lo soltó y él volteó a verla. <<Te equivocaste, solo soy yo>> le dijo muy sonriente <<Lamento haberte hecho esperar pero...>> <<Seguías con Jon, me lo contó Izzi>> interrumpió con seriedad el rubio. <<Puedo ver que no te agrada, y para serte sincera, ese chico es muy raro, no me siento cómoda a su lado, gracias a Dios que solo tuve que mostrarle la escuela. Pero no tiene caso seguir hablando de él, ¿qué era lo que querías decirme Matt?, parecía muy importante por teléfono>> Matt sonrió y tomó la mano de Mimi suavemente cuando ella se sentó frente a él <<Y lo es, Izzi me contó que has rechazado a todos los chicos que te han invitado al baile de hoy, ¿acaso no piensas ir?>> <<Pues claro que pienso ir, solo que he estado esperando a que alguien me invite>> respondió con coquetería la chica<<Entonces, ¿quisieras ir al baile esta noche con migo?>> pidió entonces Matt como quien no quiere la cosa, Mimi sonrió llena de felicidad, estaba por responderle a su amigo cuando tras de sí escucho que alguien la llamaba, era la voz de Jon. El muchacho la volvió a llamar y ella tuvo que voltear con cierta molestia en el rostro dirigiéndose a su nuevo compañero <<¿Si?>> el muchacho estaba un poco nervioso. <<Quería hablar contigo... en privado...>> Matt no pudo evitar mostrarse molesto, ese chico le había impedido hablar con Mimi en el descanso y el hecho de que los interrumpiera nuevamente de verdad lo hacía enfurecer. <<Ahora no puedo, estoy ocupada, tal vez mañana>> <<¡Es que es sobre el baile de hoy!... me preguntaba si quisieras ir conmigo>> dijo poniéndose totalmente rojo, Matt volteó a verlo con los ojos llenos de odio, Mimi le sonio forzadamente <<Me halaga tu propuesta, pero no puedo aceptar, ya tengo pareja.>> después de eso, volteó a ver al rubio sonriéndole sinceramente, él también sonrió mientras que a Jon se le partía en corazón...
Cuando Anais regresó a su casa, corrió a su habitación donde sacó su closet el disfraz que usaría. Se trataba de una imitación de la última vestimenta usada en Céfiro, semanas antes había contactado a Lucy y Marina pues había pasado mucho tiempo desde la última ves que se reunieron y acordaron que asistirían con la vestimenta similar a la que usaban al entrar a los genios. No fue nada fácil hacer su propio disfraz, pero había sido bastante entretenido. Dejó la ropa sobre su cama y fue directamente a otro mueble en donde abrió el primer cajón y sacó una diadema, estaba por cerrar el cajoncito cuando fijó su vista en un pequeño regalo que Ferio le había hecho tiempo atrás, el intercomunicador que solo funcionaba en Céfiro, dejó la diadema sobre la superficie y sacó el aparatito estrechándolo entre sus manos acercándoselo a la boca. <<Ferio... ha llegado el momento de continuar mi vida, lo siento...>>la rubia lo guardo entonces en el fondo del cajón.