~°Un
verano inolvidable...°~
By
*~ Yushita ~*
capitulo 18
La suave brisa nocturna jugueteaba con el
cabello de Mimi, elevándolo al cielo por instantes, era una noche cálida, como
todas las demás... Si, era una noche como cualquier otra, nada de sobresaltos
ni sorpresas... no hasta el momento. La jovencita caminaba con tranquilidad al
lado de Tai únicamente iluminados por la plateada luz de la Luna, a un lado tenían
el mar que tranquilo se mecía junto a la orilla de la playa, jugueteado con la
arena. Llevaban un buen rato caminando en silencio, ninguno de los dos quería
interrumpir aquel momento de calma. De pronto, Tai pareció armarse de valor y
se detuvo sin decir nada, Mimi tras avanzar unos pasos mas también se detuvo y
volteo a verlo
-¿Pasa algo?- preguntó inmediatamente,
él movió la cabeza ligeramente negándolo y evitando la mirada de Mimi, tras
unos segundos de silencio, Tai medito un poco y finalmente la tomo de la mano y
comenzó a correr llevándola hacia un lugar que ambos ya conocían, Mimi se
sorprendió de la repentina reacción de su compañero pero no hizo nada por
detenerlo, pronto llegaron al risco donde hacia la tarde anterior habían estado
observando el atardecer. Era una piedra que entraba al mar sirviendo de
rompeolas. Era el momento perfecto y ya no había marcha atrás...
-Mimi...- susurró el muchacho volteando
a verla finalmente y sin soltar su mano, estaba nervioso y ella de igual manera
sentía su corazón latir acelerado. El solo recordar lo ocurrido la tarde
anterior los hacía sentir de aquella manera.- Te debo una disculpa...
-Ayer me porte como un cobarde al no
querer escucharte, no debí salir corriendo de esa manera... Pero debes
comprender como me siento Mimi... Tu me gustas, me gustas mucho y el solo hecho
de pensar que no me correspondes me lastima aquí adentro...
Le explicó llevando su mano hacia su
pecho, Mimi lo veía tratando de contener las lágrimas, las palabras de Tai venían
de su corazón lo que las hacía reales y sinceras...
- Pero tampoco puedo obligarte a que me
quieras... Se que tu corazón pertenece a Matt, he visto la manera en que lo
miras y no puedo evitar sentirme celoso, a veces quisiera que él desapareciera
para poder estar junto a ti, pero se por tus ojos que aunque él dejara de
existir, tú seguirías amándolo de la misma manera que ahora...
Nunca me sentí tan solo
como cuando ayer de pronto lo entendí mientras callaba, la vida me dijo a
gritos que nunca te tuve y nunca te perdí y me explicaba que el amor es una
cosa que se da de pronto en forma natural, lleno de fuegos, si lo fuerzas se
marchita, sin tener principio llega a su final.
-...¿No
vas a decirme nada...?- preguntó tras varios minutos de silencio.
Sora avanzaba apresurada aunque volteando
a cada instante hacia atrás. No estaba haciendo nada malo, sin embargo temía
que alguien la hubiese visto salir tras Mimi y Tai. Tenía un mal presentimiento
respecto a sus amigos, ¿acaso habían escapado como esa noche en el pasado, o
era esta la primera vez que salían a escondidas del campamento? Estaba muy
intrigada y su mente imaginaba cientos de cosas al pensar que ellos habían
salido solos a esas horas de la noche, si hubiera tratado de dormir ignorando la
desaparición de Tai y Mimi no lo hubiera logrado. Debía saber que estaba
pasando entre ellos a toda costa. Su corazón latía aceleradamente como si
quisiera salir de su pecho en ves de soportar la incertidumbre que sentía.
-Tai yo... – susurró finalmente Mimi
después de un largo rato, un par de silenciosas lágrimas habían dejado una
casi imperceptible huella en su rostro.
-Se que mis sentimientos no son
correspondidos Mimi, pero ya no podía soportar mas este secreto... Me gustas
mucho, me encantas y te quiero, tu sabes cuanto te quiero... Si tan solo me
dieras un oportunidad, si me la dieras yo...
-Lo siento Tai, de verdad lo siento..
Pero eso no podrá ser posible...
Nunca me sentí tan solo
como cuando ayer de pronto lo entendí mientras callaba, la vida me dijo a
gritos que nunca te tuve y nunca te perdí y me explicaba que el amor es una
cosa que se da de pronto en forma natural, lleno de fuegos, si lo fuerzas se
marchita, sin tener principio llega a su final.
Sus ojos volvieron a encontrarse, sus
miradas hablaban solas, ambos sentían una chispa especial,
y sin embargo Mimi no podía aceptar aquel sentimiento que Tai le
brindaba pues en el fondo de su corazón, sabía que no funcionaria.
Nuevamente todo quedo en silencio, Tai
estaba de pronto consternado, desde el principio sabia la respuesta de Mimi y
sin embargo, aún sabiéndola, no podía aceptarla del todo. Veía el dolor de
Mimi a través de sus ojos, era eso lo que no le permitía aceptar la respuesta
pues sabía de alguna manera que aún tenía esperanzas. Esas miradas amorosas aún
podían ser para él, lo presentía, solo necesitaba que Mimi se diera cuenta de
ello, solo necesitaba mostrárselo a ella.
-¿Es que acaso tu no sientes lo
mismo por mi...? Que es entonces, ¿ese brillo en tus ojos al mirarme, de donde
proviene ese dolor en tu mirada...? Tu también me quieres Mimi, me quieres
tanto como yo... Sabes que si me lo permitieras, podría reemplazar a Matt... ¿por
qué no lo intentamos Mimi, porque?- preguntó con un tanto de desesperación,
era tanto su temor a perderla que no se detuvo a pensar en lo que ella realmente
podría sentir, solamente se estaba guiando por un presentimiento y eso le era
mas que suficiente.
-Tai por favor, no lo hagas mas difícil...
Esta relación no podrá funcionar por mucho que nos queramos, entiende...
-No, no puedo entenderlo Mimi, te amo, te
amo demasiado y no quiero perderte...
Ahora tal ves tu puedas entender que si me tocas se quema
mi piel, ahora tal ves lo puedas entender y no te vuelvas si no quieres ver..
Que lloro por ti, que lloro sin ti, que ya lo entendí, que no eres para mi, y
lloro...
Lentamente Tai se había ido
acercando a ella, sus labios estaban húmedos y entreabiertos, su beso tomó a
Mimi casi por sorpresa y aunque pensó en apartarse no lo consiguió, ella
deseaba ese beso tanto como él. Aferrándose a ese instante de placer, Tai le
rodeo la cintura con sus brazos acercándola mas hacia el, siguiendo su boca con
deseo, saboreando aquella miel que
le proporcionaban sus labios, llegando al éxtasis con el que tanto habían soñado...
En la orilla del mar, a pocos metros del
risco Sora observaba a los enamorados bajo la luz de la luna, comiéndose a
besos sin importarles nada mas. Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras
se cubría la boca para ahogar un sollozo, su corazón estaba destrozado y no
quiso saber mas, dio media vuelta y regreso tras sus pasos a toda velocidad...
Que lloro por ti, que lloro sin ti, que ya lo entendí, que
no eres para mi, y lloro...