Anfisa Osinnik

nació en Siberia, hizo estudios en el Instituto de Literatura Máximo Gorki de Moscú y vive en Veracruz, México

 

 

DUALISMO

Digo el ave
Dices el canto
Digo el mar
Dices el ancla
Digo el camino
me cortas: hacia la casa.

Superficie es tu cuerpo,
superficie sin secretos ni mareas
un secreto es mi cuerpo
a todos tus barcos el naufragio

dices el ave
Digo la bala
Dices el mar
con la ola a la palabra derribo.
Dices el camino.
El mar no tiene caminos.


CANCIÓN DEL BATALLÓN

Creado por la mano inexperta
el hombrecillo de la blanca página,
pequeño chueco cabezapierna,
acongojado por estar solo.

Aquí va el hombrecito.
Aquí va el hombrecito.
Aquí va el hombrecito.
Solo, solito.

Revive la blanca página.
Extraños hombrecitos van en fila
en la formación renguea el cabezapierna.
Triste por estar solo.

Aquí va el hombrecito.
Aquí va el hombrecito.
Aquí va el hombrecito.

Solo

solito.


DISPAROS

El estadista dispara

con cifras,

el gacetillero con letras,
el psicólogo con tu propia identidad,

convertida en bala,

el niño con su desamparo,
el político con su flatulencia crónica.
Y tú me disparas,

al

no dispararme.



CUANDO

Cuando de los valores
quedan los añicos,
dejas de cantar
y distinguir los colores,
y como gusano
te acrisolas en deseo
el sin sentido de las alargadas soledades:
La casa en la orilla de la tierra.
La lluvia en la orilla de la tierra.
La muerte en la orilla de la tierra.

 

 

HAMLET Y ARTAUD

Hamlet
de negro
camina
....................
.................
...................
escucha el luto
El rostro plano
en catarata.
En la blanquecina
pantalla.
En la sonrisa forzada
de Hamlet
y la saliente quijada de Yorick.
¡Servidumbre jugamos!
En clavicordio
de caries

de tragedias.
Des-templaremos.
Des-acordaremos
la quijada.
Está muerto -Lady.
Desde la pantalla, los amarillentos dientes
barren a
A (cul). Artaud.
Y cae
cae
cae
Hamlet

en la anal
tiniebla
homónima
a su mente
analítica.




PASCUA

Desde la iglesia la vieja
lleva la hostia,
cuidándola como a un polluelo.
En los blanquecinos ojos el abril y la pascua.
En la boca ajada
un diente y una fábula
Sobre la gallina y su huevo de oro.
- ¡Eh!,¡hijita!...
hace años se hizo añicos,
la pascua, la fábula.






AMOC II

En mi sueño entró un malayo,
con rostro de hojarasca.
en mi corazón clavando un dardo,
dijo :
"éste es amoc"
impenetrable es la medianoche.
soy esta medianoche.
Las estrellas
son mis llagas,
la luna la garganta...
dame malayo
la pócima,
para curar las llagas,
acallando el extraño
y penoso
plañido lunar.
Para amoc,
dijo el malayo,
no servirán las pócimas.
¿Cómo curar las heridas,
si son, las estrellas?
¿Cómo callar la voz,
si la luna, es tu garganta?
Lo sé viejo
no hables...
el solo de la luna en mi garganta,
en el oscuro badián,
el ave
me compone un canto,
recitativo:
amoc,
amoc,
amoc.



CANCIÓN A PARACELSO

Ya es suficiente llorar por las faltas
a la culpa la aturdimos con la fuerza del vino,

Amigote,Paracelso perennemente ebrio
¡Por la verdad que también está ebria!
Cosquillearemos con un dorado trago
a la voluntad enferma para que ella en el fondo
de la copa
busque la permanencia de las verdades
traguemos alquímico
la verdad está en el vino.
Parece que a la verdad
no le bastan las verdades
y se resecan en lo esquemático.
Ustedes sabían esto con exactitud Teofrasto...
Bombasto...Fon...go...gue...fon Hohengeim.
No soy cínica,no.Sin creer en el mañana
en el mañana de almas, no peco por la falta de fe
y para mí usted es el mejor autor
¡Oh!
me pongo de separador
en cualquiera de sus obras.
Pero hoy
es mejor ser suela
Alcoholizar los ojos y dormir entre
tocones
romos en el bosquejo de perennes verdades
tomemos alquímico, la verdad está en el vino
un trago alquímico.
La verdad es -terca.
La emborracharemos hasta el ardor de la garganta
para que con vino se empape el pentagrama,
del alma cifrada con certeza
la agitaremos con grados de tormenta borracha
que flote por la olas del vino
dejaremos las sales,el azufre y el mercurio,

traguemos alquímico -la verdad está en el vino-
pues que haraganeen atrás de la ventana
la peste y el viento en la muchedumbre y en los ramajes,
y del firmamento descienda el pentagrama
amenaza letal del siglo veintiuno.



CARBURO

Vestida con el escotado primaveral.
Las flacas rodillas,
en rasguños frescos.
Las viejas de las bancas,
calientan sus ridiculitis.
Los niños,
en cuclillas,
los trozos de carburo se hunden
en el charco aceitoso :
cómo sisea, cómo espumea
con que furia escupe
el blanco,
oloroso, penetrante,
¡carburo!
Y ligeramente, la esencia dormida
de la fierecilla corporal
de la invernación a la sensualidad
saca su hocico
hinchando sus ventanas alveolares:
¡carburo!
El carburo es la sonda de olor en lo corpóreo,
bajo la lengua, en el frenillo la tensión
del gusto penetrante mineral...
Y en el firmamento,
la paloma maromera
traza tortuosidades,
un tajo de carburo,
trozo blanco,
el brillo de una lámpara carbúrica
en el tedio de la ornitología...
la invisible fierecilla sensual,
a la sangre de las rodillas raspadas lame...
lo salado,
lo primaveral,
las rodillas...



DIÓGENES

Diógenes Laercio,
el cínico
del barril cósmico.
debajo de la constelación de Can Mayor
bostezaba
a toda bocaza,
y le partió de un colmillazo el trasero
al debilitado énfasis sofístico,
andaba regando plazas con su esperma,
pobretón
masturbador.
Excelente mastín de la escuela mordaz,
levantaba la pata
para mear la sombra
de Alejandro,
y al mismo Alejandro,
y a toda la jauría alejandrina.
¡Diógenes Laercio!
¿Por qué empequeñeciste
filósofo,
al arrastrar tu farol
en busca del hombre?
Tu barril
se volvió un dedal,
como gañiente cachorro,
escondes en él,
tu tamaño de pulgada,
sé que tu cinismo está deshilachado
como tu piel
Diógenes Laercio
¡el perro corriente!








BÍBLICO


El escenario :
Del paraíso, la compota empalagosa...
Eva da una manzana a Adán.
La dio.
Y consumieron los residuos, el fruto...

Del proscenio, barbotea la sinusitis del
apuntador :
-¿Y el sobrante dónde está?...
Entre el faldón fue dado el resto...
- No había faldones,
perdonen.
En la fresca hoja de la higuera
los residuos fueron entregados
a aquella desenfrenada criatura
ambidiestra y renegada,
así
el dios que la creó
se lavó las manos
por la hipersexual,

y estrecha frente parecida al pubis.
A Lilit lo restante le quedo
¿Qué comprendió Lilit?
El poder ilimitado
de poseer semillas...
¿Qué comprendió Eva
sintiendo en su piel
el fresco tatuaje,

la terracota
de Adán?...
por las caderas,
la ingle,
y los antebrazos :
Lilit-Adán,
Adán-Lilit,
Lilit-Adán.





PAGANISMO


La infancia estática, el bochorno de julio,
tal vez, el quinto o sexto verano de la vida
redondeaba sus frutas el jardín de los suburbios,
y allá, en el jardín...
se erguía,
en la estaca,
el enorme y abigarrado perro.
El rictus de muerte, la lengua seca
no creo,
haber entendido la esencia de las cosas,
comprendí que los ángeles se olvidaron
de mí,
sola,
supe que no existen las alturas.
Ya no inclinaré mi cabeza adorando a Cristo,
estaré para siempre en soledad,
cara a cara,
con el paganismo eterno.
Al principio el miedo me enredaba en un ovillo
Ante usted el esplendoroso,
corona de la naturaleza -Belbog-
con enjambres de moscas en su cara ensangrentada,
alimento para todos los vientres vivientes,
vigía para cada ente,
seré yo
o la larva...
y de los árboles,
vinieron a mí confiados
los espectros,

en la tierra logre entender :
la mortalidad de la vida, la vitalidad del polvo.
Fuí a crecer,
a aguantar,
a compadecer,
sin crucifijo en el cuerpo,
sin miedo,
percibiendo los susurros trás de mi :
ya nos ensalzaste

No nos arrojes a la soledad,
cria,
criatura viviente, nuestra carne.


VOCES DESDE LA ADOLESCENCIA


El sauna hinchado de vapores,
con el siseo de azuladas piedrotas...

La abuela, en greñas nebulosas,
viejos rizomas de los brazos,
a mis temores revisa,
mira,
debajo de las cenizas, las brasas,
del afligido fuego de las parteras...
escondo el rostro en mis rodillas,
los hombros en el frío sudor.

Calor infernal, y tú con escalofrío,
sólo los enclenques,
en el sauna tiemblan...
Me da terror, abuela,...temo
abuela, tengo temor.
Me espantan los miedos no revelados,
el susurro de la palabra...espíritu
las calles donde los muertos Lázaros,
huyen de ser resucitados,
las caras montaraces foliáceas,
los ojos vacíos amodorrados
mis propios pensamientos impensados,
temo mi desnudez,
mira, en las caderas desnudas...
aquí en lo profundo... de mi carne,
una desnuda mujer, entre las brazas
el aro ardiente gira...
-hija dame agüita del pozo...
-¡gira el aro ardiente!
-Me da miedo, abuela, temo...
-hija, a mí me da miedo...

 

Renoir
(No. 27, mayo 2002)

A Renoir le agradaba alargar los ojos femeninos
dar redondez a las mejillas y labios.
A Renoir le agradaba jugar con los cabellos de las mujeres.
Excelente pintor y magnífico sombrerero,
cada sombrero de sus cuadros grita.
¡Soy la naturaleza espiritual!
Cuando mezclaba en la paleta, carmín, cobalto y cinabrio,
cambiaba el aceite de óleo por solar,
el sol deambulaba por sus lienzos sin ceremonias,
sin sentir los marcos.
Cuando murió
el día fue gris, gris, gris,
o quizá no,
o quizá era de noche.
Pero pienso que el espíritu
viendo su propio retrato
en los marcos del féretro pensaba.
Aquí está mi peor cuadro
Después el espíritu huyó
seguramente hacia el sol
seguramente a pisar los sombreros femeninos
seguramente a retratar ángeles
de ojos alargados
de redondas mejillas
de carnosos labios
claro los ángeles ahora
usan los sombreros;
a los ángeles les agradan
las naturalezas espirituales.