SOBRE MAURICE BLANCHOT
A partir de la lectura de la novela La sentencia de muerte del escritor francés Maurice Blanchot y con el antecedente que de él tenía a partir de la lectura de El pensamiento afuera de Michel Foucault, es que surgen estas reflexiones sobre la propuesta radical de este escritor francés. Es interesante abordar su lectura y su estudio porque su quehacer desde la ficción, la literatura, trasciende su campo para proyectarse y con mayúsculas en el campo de la filosofía, la ontología, la estética e incluso la ética.
Si hubiera de encontrarle antecedentes o al menos filiaciones en cuanto a su efectos como escritor sin dudarlo haría referencia a Borges, Cortazar, Bioy Casares, y yendo mas lejos tal vez a Poe y algo de Lovecraft. Si bien es cierto que la literatura de cada uno de estos autores difiere en un punto importante con Blanchot en él la ficción no es el punto de llegada, ni siquiera es el pretexto para un algo mas allá, antes bien es el único vehículo capaz de transportar su prédica hecha trama insólita y por eso mismo sugiriendo lo indecible, lo invisible, lo externo.
Abordaré algunas citas de su novela para ir reflexionando a partir de sus palabras intentando esbozar con trazos leves aquél aporte que me parece absolutamente destacable en Blanchot.
"Un pensamiento exige una lealtad que hace difícil cualquier astucia. Puede ser incluso falso; pero detrás de la mentira siempre encuentro algo verdadero que no puedo traicionar.
A decir verdad es su rectitud lo que me fascina cuando se descubre un pensamiento así se acabaron los recuerdos y los temores, las fatigas y los presentimientos, no queda rastro del ayer ni del proyecto para el mañana. Se descubre una vez y tal vez se ha presentado mil, diez mil veces ¿puede serme algo mas familiar? Y sin embargo la familiaridad es precisamente lo que hemos perdido para siempre. Lo contemplo. Vivimos juntos. En mi misma casa. A veces se alimenta; otra, aunque rara, duerme a mi lado y yo insensible , me cruzo de brazos y lo abandono a su propia suerte:"
La pregunta que asalta inmediatamente es ¿qué tipo de sujeto mantendría una reflexión así?
Para Michel Foucault quien aborda el estudio de la obra de Blanchot con la intención de postular la existencia de un "pensamiento del afuera", este sujeto , tanto el que habla como el que es hablado "no será tanto el lenguaje en su positividad cuanto el vacío en que se encuentra su espacio cuando se enuncia en la desnudez del hablo".
Pero a nivel fenoménico quién es este sujeto. Sostengo que puede ser el sujeto de la desconstrucción, el sujeto que ya no habita la casa segura del ser, es decir el lenguaje, un sujeto que no tiene arraigo en la vida histórica y concreta, un ser desarraigado del lenguaje y del ser devenido historia y a la vez imposible en otra época que no sea esta. Contemporáneo.
Si este discurso se hubiese dado en otro tiempo lo que tendríamos sería una letanía mística religiosa, en torno a la iluminación.
Este sujeto aborda su vivencia habiendo pasado por "las flores del mal", por la sospecha de que toda nuestra vivencia está cargada de un "algo" mas allá ,que para nuestra tradición será en gran medida el deseo, la pérdida de la inocencia, el inconsciente, la violencia.
Detengámonos en este cohabitar con el pensamiento que propone el protagonista de Blanchot. El dice que es un pensamiento concreto casi humano que vive con él, yo diría que es mas bien su enfoque de la vivencia, es la materialidad que es capaz de lograr nuestra subjetividad al extremo de hacerse vivible. Sin embrago esta forma de vivir no la alcanzan todos sólo es posible para algunos que han logrado acunar un "pensamiento" tan "poderoso" por ponerle algún nombre.
Si lo abordamos desde una perspectiva de crítica literaria nos encontramos con que es un recurso para hacer visible algo que es de por si invisible para nuestra tradición, lineal y no dialéctica. Nuestra vida se vive unívocamente, linealmente, y solo hay materialidad en lo real y concreto que está bien puesto en el mundo exterior. Tal vez sea este también el horizonte de Foucault : probar nuestra linealidad, nuestro estar centrados en un sujeto que aborda el mundo como un objeto. Entonces el sujeto literario de Blanchot nos sugiere que es posible que un pensamiento nos viva con una materialidad de compañero.
Otra cita "Mi único punto fuerte fue mi silencio. Un silencio tan grande, cuando lo pienso, me parece increíble, no ya un mérito, pues de ninguna manera se me hubiera ocurrido hablar, sino precisamente eso, que el silencio no se haya confesado a si mismo: ten cuidado, esto es algo de lo que debes rendirme cuentas, algo en lo que ni mi memoria ni mi vida de todos los días, ni mi trabajo, ni mis ademanes, ni mis palabras dichas con infinitas precauciones no han tenido ni poco ni mucho que ver y algo en lo que sin embrago toda mi persona estaba físicamente ocupada."
Nuevamente la materialidad de algo invisible como el silencio, en este párrafo Blanchot nos propone que el silencio es un pretexto para forjarnos en la consistencia, es decir el silencio es mucho mas elocuente que un discurso. Resalta el que ni sus actitudes ,ni sus gestos,ni su cuerpo ni todo aquello material y concreto que lo asiste hayan tenido injerencia en el silencio, el silencio lo vive porque es algo que está mas allá al menos de su materialidad que de esta forma queda vacía. Es decir no es ella el origen de lo inexpresable. Me atrevo a sugerir que tal vez la frase del inicio "mi único punto fuerte fue mi silencio", nos indique que este silencio tiene algo que ver con la voluntad.
"El fenómeno del cristal del que ya he hablado, se aplicaba a todo, pero principalmente a los seres y a los objetos de un cierto interés. Por ejemplo si leía un libro que me interesaba, lo leía con un vivo placer, pero el placer mismo estaba bajo un cristal, podía verlo, apreciarlo, pero no saborearlo. Por lo mismo, si me encontraba con una persona que me agradaba todo lo que me sucedía de agradable con ella estaba bajo un cristal y, por esta razón me era indiferente, y además remoto, como si sucediera en el pasado. Por el contrario, con las cosas y las personas sin importancia la vida volvía a encontrar su valor y su actualidad ordinarias, de manera que prefiriendo la vida a lo remoto, tenía que buscarla en los actos modestos y las personas de todos los días. Por eso trabajaba y cada día parecía estar mas vivo. "
Aquí hay dos elementos que quisiera resaltar: uno es el de la presencia de la afectividad y otro la presencia de la normalidad como algo a lo que arribamos aveces como nuestra tabla de salvación. A mi juicio aquí hay un desborde emotivo, aquello que esperamos nos cause placer o alegría o sentimientos en esa gama, nos deja fríos porque hay un "cristal" entre nosotros y el mundo, porque nuestra vivencia esta mediatizada, casi impedida, por un cristal que es como un velo pero con consistencia, es decir no nos obnubila y el acento no es ese porque aparentemente el sentido que privilegia la vivencia no es la vista sino el tacto, y el cristal consigue darnos ese aislamiento vivencial necesario, nuevamente es un recurso para graficar lo invisible, en este caso la pregnancia de la vivencia al involucrarnos.
¿Será que de esta forma el mundo se nos vuelve algo "a la mano"? ¿es esto lo que Blanchot nos está señalando? Que su protagonista extravió, como todos, el camino y al vivir el mundo como algo a la mano, la vida le devuelve esta posibilidad radical de aislamiento vivencial y lo transforma, lo convierte en algo nuevo haciéndolo arribar al puerto purificado de la cotidianeidad. Que en esta nueva perspectiva no se nos presenta como lo inauténtico origen del extrañamiento sino por el contrario.
"¿Qué me ha ofuscado? mi clarividencia ¿qué me ha extraviado? Mi rectitud ¿qué es lo que hace que ahora cada vez que me acerco a mi tumba, dé a luz un pensamiento lo bastante fuerte como para hacerme revivir? La propia burla de mi muerte. Pues habéis de saber, que allá donde yo voy no hay obra ni sabiduría, ni deseo, ni lucha; allá donde yo entro, no entra nadie mas. 'si naturalmente'. Este es el sentido del último combate"
Tenemos al sujeto clásico en jaque con esta sentencia, de hecho aquellas virtudes promovidas por el iluminismo y su escolástica nos enseñaron que el correcto pensar es de aquello claro y sencillo y en el orden moral la rectitud. Para nuestro protagonista y su peculiar forma de desconstruirse esto lo ha perdido, aquí podemos detenernos y decir que la propuesta de Blanchot es el irracionalismo, el no pensar, y aunque no estaría ajeno a esta lectura me atrevo a proponer que la forma en que el sujeto hecho discurso se va viviendo a si mismo no pueden acabar sino en esa dispersión en el vacío (de "afuera") que implica la ultima sentencia.
El último combate es dejar de desear, dejar de luchar, dejar de pensar, dejar de hablar.¿no es esto la mas radical propuesta de un no fundamento? Es decir recurre a desarmar todas las propuestas de la modernidad clásica: la lucha o en otras palabras la voluntad, la sabiduría o en otras palabras la razón, el deseo y con ello el inconsciente y nuestro sustrato biológico, la obra y con ello la acción y la creación. Queda adscrito a la nada que no es la muerte porque esto que propone sigue estando del lado del discurso, es nuevamente el silencio elocuente a través del cual habla, sin decir "nada", el ser.
Por eso para Foucault esto es un pensamiento del afuera porque disuelve positividades y se lanza a su propio espacio que termina siendo murmullo, reiteración, ¿letanía?
Entenderíamos esto mejor si pensáramos en las olas del mar que vienen y van, vuelven y estallan con un ritmo constante en su inconstancia, en su desapego a leyes.
La prueba de la existencia de este discurso inquietante es la existencia de Blanchot y su literatura, es decidor que no sea la filosofía la forma que adoptará este discurso sino la literatura que a través de su ficción logra decir lo indecible al menos apuntándonos al espacio donde lo invisible se materializa y donde lo visible se nos revela con un profundidad a la cual no tiene acceso el sujeto clásico,ni el sujeto devenido historia, ni el sujeto desconstruido, es decir es un sujeto radicalmente distinto que de esta manera solo se esboza como un discurso haciéndose a si mismo desde un espacio y hacia un espacio que inaugura a partir de la ficción.