Siete Noches
[ Febe ]
En frío, a flor de labio
boca de cosecha
senos de clavel
curvas mieles
rincones de voces
y cuchillos de saliva
Bunbury
*
Y sólo se me ocurre besarte de nuevo, volver a recorrerte como un camino cotidiano. Sólo se me ocurre la ceguera y la sinrazón; borrar la cordura engañando al reloj debajo de tu piel.
Habito pequeños huecos incendiados, rincones que me dejan atrapada entre tu lengua y tus rincones secretos.
Soy la estela del deseo. Soy sin ser, restos de licor prendidos en tus labios.
**
Has escuchado los perros aullarle a la luna en el filo candente de tu cigarro; has libado agua de deshielo chorreando por mi cuello; has asomado la luna a tu ventana hasta quemarla con la llama de una vela y hacerla arder transformada en sol de madrugada.
Dime.
¿Qué harás ahora?
***
Ningún lugar parece el mismo después de mirarlo a través de tus ojos. Eres el ladrón de mis lugares cotidianos.
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Pude haber sido flor de labio en otra piel. Ahora me desgajo arrancada de tu costado.
*****
Ven a asumir tu destino de asesino. Mata el nombre de fuego que me corre incendiando mi interior.
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Como una enredadera escalando un edificio en llamas. Como el sol chocando contra el horizonte incandescente. Como la amapola antes de abrirse para morir.
Como el segundo después de haber probado tus labios venenosos.
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Algunas madrugadas no sé esperar y me confundo en el fondo de un vaso, o me consumo en el final anaranjado de este cigarro que se prende en el filo de mis labios.
Algunas madrugadas otro cuerpo acaricia mi piel borrando los rastros de horas caníbales.
Algunas madrugadas juego a olvidarme de tu nombre.