los viudos de santa carolina
carolina poseía un talento que rayaba en lo irracional. escribía, pintaba, sabía conversar y también escuchar. tenía nociones de fotografía y un cuerpo que dos hijos no habían logrado destruir.
carolina gustaba a los hombres y se entregaba a todos por igual. de a uno, de a dos o de a tres.
carolina también gustaba a las mujeres. era bisexual y ninfómana.
estando dentro de ella uno se sentía en comunión con el mundo entero.
yo la conocí en un bar y años después borrachos nos separamos para siempre.
su padre la echó de la casa a los trece años cuando llegó de madrugada en estado lamentable luego de haberse entregado por completo a un equipo de fútbol.
sobrevivió algunos años entre amigos y familiares. su madre le enviaba pequeñas cantidades de dinero donde quiera que se encontraba.
abandonó la escuela a los quince años considerándola una estupidez demasiado larga.
se fue a vivir con un vendedor de drogas junto a su mujer y sus hijos. allí conoció el amor a dos bandas.
pudo juntar algún dinero del narcotráfico y cuando cumplió dieciocho se largó de ahí sin dejar ninguna nota, ningún televisor y ningún mueble.
terminó la enseñanza media en la nocturna y se graduó con un hijo del profesor de castellano.
conoció los deberes de madre y esposa al mismo tiempo que a hemingway, miller y norman mailer.
el profesor de castellano también era poeta y buenísima persona. la educó con bondad y cariño. fueron tiempos cálidos y tranquilos. pronto comenzó a escribir superando en poco tiempo a su maestro.
su poesía era jovial y salvaje. inteligente y atrevida.
el profesor al ver sus logros se resignó a la pedagogía y a publicarle un libro con sus textos titulado:
"nocturna vida salvaje de una virgen"
el cual tuvo poca repercusión en el ámbito de la academia pero que remeció al pequeño círculo de las lesbianas organizadas.
al tiempo, cansada de la tranquilidad abandonó las letras, al profesor y a su hijo de cinco años cerrando así el primer cuarto de siglo en este mundo.
recorrió el país completo trabajando de garzona en distintos bares. pero se radicó en valparaíso cuando conoció a un marinero belga que ancló en el puerto después de navegar treinta años por el mundo.
de esa relación nació roger su segundo hijo. un chico pelirrojo de profundos ojos negros.
el marinero belga resultó ser un borracho despreciable que la celaba continuamente y que un par de veces la mandó, no sin razón, al hospital van buren.
sin embargo, era ella la que mantenía la casa con su trabajo de mesera y ocasionales tratos con discretos desviados sexuales que pagaban bien por sus más locas extravagancias que incluían animales, penetraciones múltiples y fumar un cigarrillo por la vagina.
al tiempo el marinero no pudo soportarlo muriendo de alcohol y sexo.
ella no lo lloró y entregó su cuerpo al departamento de anatomía de la facultad de medicina del puerto.
recibiendo algún dinero por el trato.
tomando a su hijo del brazo. cerró la puerta de la casa. tiró las llaves a la basura y mirando al océano le dijo a su crío:
" este mundo es una mierda y para sobrevivir sin dolor nunca debes mirar hacia atrás"
el chico la miró fijamente con ojos de pena. se trasladaron a santiago. cuando
cumplía treinta años dio la p.a.a. y se matriculó sin problemas económicos con 750 puntos en la carrera de pedagogía en artes plásticas.
se desilusionó tremendamente cuando conoció a quienes iban a ser sus compañeros por cinco años.
era ella como dije al principio tremendamente atractiva y el tiempo solo lo había confirmado dándole unas maneras cadenciosas y sofisticadas que volvió rápidamente locos a sus compañeritos de 18 y 19 años
ella los ignoró a todos salvo dos o tres iniciados, a los que llevó a su casa en las afueras de la ciudad para enseñarles lo que valía una mujer.
asistió al funeral de uno de ellos profundamente dolida.
el chico no lo había comprendido y se tragó un balazo en su habitación dejando una nota escrita con sangre en la pared.
mezcla de su propia autoría, mezcla de s. esenin.
escritor que ella le había presentado:
"en este mundo vivir no es nada nuevo,
vivir sin ti no vale la pena"
el mundo ignoró la destinataria de la última misiva.
pero había que seguir adelante, sorteó todos los ramos sin problemas.
ganó los concursos de acuarela de valdivia y valparaíso asombrando a los jurados por su trazo firme y a la vez que delicado y preciso.
pero ella no le dio más importancia que el dinero asignado.
nunca apareció en las premiaciones.
la acuarela le parecía cosa de afectados, lo suyo era el grabado y la escultura en fierro.
mientras, su hijo cada día crecía más, su pelo se hacía más rojo y sus ojos más tristes y negros.
solo en algo no adelantaba, tenia siete años y jamás había pronunciado una sola palabra.
carolina lo había parido en su casa con la ayuda del marinero y mucho vodka. el belga había visto parir ballenas sobre la cubierta de un barco y eso, según él, bastaba.
nunca lo inscribió en el registro y jamás pisó una escuela.
era mudo.
en tanto carolina pintaba al óleo y criaba dos gatos. celine un gato que apareció un día cualquiera medio muerto de hambre con una herida en la oreja derecha y muy desconfiado y
fedor que llegó de la misma manera y cuya mayor ocupación era perseguirse la cola durante todo el día.
ferdor y celine convivían de buenas maneras pero bastante alejados uno del otro
la conocí en un bar cerca de la plaza ñuñoa. estaba sentada junto a sus compañeros luego de la jornada de clases. vestía falda corta y botas altas.
yo bebía junto a un amigo. mi amigo tenía atractivo y labia. no faltó mucho tiempo para que sus miradas se cruzaran.
nuestra relación se iniciaba.
ella se acercó a nuestra mesa con la mejor de sus maneras seductoras.
-estos imbéciles –y miró dirigiéndose a sus compañeros- me tienen aburrida.
-siéntate con nosotros -dijo jorge
me quedé observando la conversación.
-gracias- dijo ella
-¿qué haces? preguntó ella
-bebiendo -respondió jorge
-¿puedo probar?
-claro
fui por un vaso mas
bebimos tres botellas. de pronto ella se fijó en mí
-¿y tu amigo no habla?
-si, claro que habla -dijo jorge
-parece raro
-pregúntale algo
-hola -dijo ella
-hola -respondí
-¿y tu que haces?
-soy fotógrafo
-si, mira tú ¿qué te gusta fotografiar?
-la mierda -le dije- me gusta fotografiar la mierda cuando cae de las mujeres cuando hacen el amor
-¡que tipo más delicado! por lo menos dice "hacer el amor" –dijo ella mirando a jorge
-te dije que hablaba
-sí, ¡y de qué manera!
-¿y tú que? -dije yo
-mi nombre es carolina castro. de nombre artístico k.k.
-¿k.k.? -dije yo
-si
continuamos hablando de la caca y sus derivados de forma animada y continuada. jamás había visto yo una mujer con tanto desplante y desarrollo de ideas increíbles.
era inteligente y sabía expresarse. noté lo bella que era y que podía serlo por mucho tiempo más.
era una mujer con una garantía de por lo menos quince años.
despertaba la admiración de los hombres y la envidia de sus colegas.
pero era evidente que esa noche tenía dueño.
compramos un vodka y partimos en taxi al taller de jorge que también pintaba. yo adelante, ellos atrás.
el chofer miraba por el espejo entre calentón e inquieto.
no hubiese sido raro que se la tirara sobre el asiento. pero no lo hizo. le faltó tiempo. continuaron en el taller.
yo abrí la botella, fui por los vasos, serví y jorge apagó la luz desentendiéndose de mí que estaba sentado al frente de ellos.
carolina comenzó a chupársela.
pude ver entre penumbras como lo hacia.
no soy ningún moralista pero sentí nauseas. pudo ser la bebida.
-¿y, marcos? -dijo jorge riéndose- ¿cuándo te unes a nosotros?
vomité. tomé la botella y los dejé solos me recosté en un rincón del segundo piso mientras los escuchaba.
ellos tenían una fiesta de la cual yo no participaría. tomé dos vasos mas y me dormí soñando pesadillas extrañas.
al otro día el ambiente se podía filetear con un cuchillo. era obvio que jorge se había aburrido de ella. pero para mí seguí estando buena. quedaba el vodka casi lleno. jorge con desgano sirvió el café.
nadie hablaba y nuestras miradas no se cruzaban.
carolina tomó la botella y la vertió sobre la taza
-casi café irlandés -dijo soltando una carcajada que rompió en algo el hielo.
-yo también quiero uno -le dije
-¿jorge, tu? -peguntó carola
-yo paso -dijo con cara de sueño
jorge nunca podía tomar en la mañana. la verdad es que en las mañanas nunca lo había visto hacer nada que no fuera dormir hasta el medio día.
nunca era el mismo que por las noches. era un tipo nocturno. un seductor nocturno.
yo en cambio era capaz de beber de buen humor casi cualquier cosa en las mañanas.
una vez me tomé una vaso de orina pero esa es otra historia.
me gustó el gesto de carola.
al verla bebiendo vodka con café y con jorge fuera de combate sentí que era mi oportunidad.
carolina encendió el primer cigarrillo. ofreció
¿jorge, un cigarro? -dijo ella con algo de malicia en su voz
jorge se puso verde y corrió hacia un macetero.
-¿un cigarrillo? -me ofreció
-gracias.
-de nada, ¿un poco de vodka?
-bien
chocamos los vasos. eran las siete de la mañana
-¿de verdad eres fotógrafo?
-si, por tres generaciones
-¿cómo?
-mi abuelo, mi padre y yo
-ah, ya
jorge seguía sin parecer
-me gusta eso -dijo ella con la mirada fija en la taza de café.
-¿el sexo, el alcohol o la fotografía?
-le gente piensa que estoy loca -volvió a decir sin escucharme
-yo pienso que esta bien, además tienes bonitas piernas
-gracias -dijo volviendo en si.
-no hay que ser mezquino
-¿que quieres decir?
-que yo también podría disfrutar un poco de todo eso
dejó la taza sobre la mesa sin dejar de mirarme
-¿quieres que te la chupe?
yo no esperaba eso y se me puso dura en un segundo.
se arrodilló, me bajó el cierre y la sacó. comenzó a chuparla. lo hacia bien. el problema era que yo de mañana y con resaca era incapaz de acabar.
lo intentó largo reto.
puse la mano sobre su cabeza presionando.
-déjame sola -protestó- yo tengo mi propio ritmo.
la dejé hacer.
siguió otro rato.
luego levantó la cabeza. pude ver una sustancia viscosa entre sus labios.
-métemela un ratito -suplicó
pensé en jorge y cuatrocientos hombres mas y no me importó. le abrí las piernas y lo metí. fue sorprendente. lo tenia estrecho. me fui enseguida.
-creo que me enamoré -dije sinceramente
-yo siempre me enamoro -respondió
terminamos la botella en silencio.
-es bonito tu amigo -dijo
-así dicen
-pero la tiene chica
-no lo sabía, según él es un atleta del sexo
-si, como un conejo, pero yo no sentí nada.
-eres dura
-no soy normal -dijo en un susurro- ¿quieres saber cómo la tienes?
-no, -respondí- la tengo y ya esta, gracias.
-es corta
-no lo sabía
-pero gruesa
-¿eso es bueno?
-a mí me bastó
-¿es un halago?
-es mas que suficiente, pero te falta control.
-he estado mucho tiempo solo
-lo supe siempre
-¿cómo lo supiste?
-se te ve en la cara la tristeza
-eres terrible
-he hecho cosas terribles
-por favor no me las cuentes
bajó los ojos. luego buscó la cartera, sacó un monedero y lo volcó sobre la mesa. dejo caer algunas monedas y algunos billetes, en silencio empezamos a contar
-¿tienes hambre? -preguntó
-un poco
-vamos, yo invito
-¿y jorge?
-¿quién es jorge?
tomé mi chaqueta. abrí la puerta y salimos
-¿te gusta la fotografía?
-si, pero no sé nada todavía
-yo te puedo enseñar, no me gusta comer gratis
-quizás otro día
la tomé de la mano.
caminamos.
la ciudad estaba en completo funcionamiento. la gente desde los microbuses la miraba.
minifalda, botas altas, algún tropiezo al caminar.
el reloj daba las 10 am.
era de por sí un insulto a la decencia. pero a mí me gustaba.
n.g. santiago agosto 2002