Yo me bailo mi guabina con mi morena, con mi morena,
al arrullo de las aguas del Magdalena, del Magdalena…”
Carlos E. Cortés
Se conoció muy posteriormente al bambuco, y si nos atenemos al poeta Gregorio Gutiérrez González, su origen es antioqueño, según lo relata en su consagratoria obra “Memoria sobre el Cultivo del Maiz”, aservo éste que no está, ni mucho menos, demostrado. Lo que sí se conoce es que la sociedad antioqueña de la época le dió soberano rechazo por la “forma licenciosa” de su baile.
Lo único cierto es que la región geográfica del Tolima Grande ha sido la que más ha cultivado este aire con un estilo de muy bellas cadencias musicales, muy similares a las de “El Bunde”.
Bellas guabinas forman el repertorio musical colombiano, varias de ellas y como dato curioso, dedicadas a sitios geográficos de nuestra patria como la “Guabina Huilense”, la "Guabina Tolimense", la "Guabina Rivereña, y otras.
La más popular y difundida de todas las guabinas es indudablemente la “Guabina Chiquinquireña” con música del maestro Alberto Urdaneta y letra del poeta Daniel Bayona Posada:
Parece que el nombre de “Guabina” deriva del de un pez de los ríos del sur de Colombia.