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CARLOS GARDEL
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EL PRIMERO QUE CANTO UN TANGO
Símbolo indestructible del Tango y del porteño, el misterio, la leyenda y el
mito que crecen día a día no apacan el brillo de su voz, que supo cultivar
y cuidar con estudio, esfuerzo y sacrificio.
Inventor del Tango-Canción , ningún otro intérprete pudo librarse hasta
hoy de su paternidad.
Carlos Gardel (1890 - 1935) sigue siendo aún hoy, a más de cien años de su
nacimiento, el paradigma del cantor de Tangos. "El único porteño incuestionado,
el único a quien nadie pretende arrebatar su condición de símbolo", según la
acertada definición de José Gobello.
El misterio, el mito y la leyenda que envuelven su vida puede prestarse a la
polémica y crecen con cada investigación que presume de serla.
Fue francés de Toulouse, según la documentación que se dice oficial, o bien
uruguayo de Tacuarembó. Fuentes distintas atribuyen su nacimiento a los años
1890, 1887 y 1884.
Hubo un Gardés que trocó su apellido en Gardel por razones artísticas, ¿O Gardel
y Gardés fueron dos personas distintas? Estubo preso, conoció el penal de Ushuaia,
¿O fue siempre el hijo bueno que cuidó de su viejita?
¿ Paul Laserre fue su padre ?¿ Fanni Laserre, su hermana ?
Telarañas dialécticas, camouflage intelectual que se opaca ante la luminosidad de
su sonrisa o la sonoridad de su voz, todavía invicta.
Gardel es único por muchas cosas. Una incontrovertible: fue el inventor del Tango
cantado, el primer cantor de Tangos.
Creó el molde del cual nadie pudo escapar hasta hoy. Cuando en 1917 tomó la letra
de "Mi noche triste" que le acercó Pascual Contursi - aplicada sobre la melodía de
"Lita", un tema instrumental del pianista Samuel Castriota - y la llevó al escenario
del teatro Empire, en Corrientes y Maipú, fijó para siempre los límites del Tango-Canción.
Y cuando a partir de 1925 se volcó definítivamente al género, desligándose de José
Razzano y relegando a lo mínimo sus condiciones de cantor campero - de estilísta,
como se decía entonces -, inició el camino que lo llevaría a lo que es hoy.
Cuando Gardel se apartó de los cielitos, los estilos y las tonadas apareció la gran
voz, ésa que hoy reconocen las figuras del Tango como de una coloratura y una
amplitud de registro sin igual dentro del Tango.
Atilio Stampone afirma que los Tangos que cantó a partir de aquél inicial de 1917 lo
fueron mostrando con el registro del tenor, cantando siempre a ritmo, como era el
estilo de la época, sin exagerar o dramatizar sin exceso las letras. Reconoce a su
vez, que otro elemento musical que lo hacía inigualable era la resolución anticipada
de los finales de frases, lo que daba a sus versiones un atractivo muy especial.
Para Stampone, el gran cantor, ya fuera de toda discución, aparece cuando
interpreta sus propias obras con un registro de barítono que cautivó y seguirá
cautivando a sucesivas generaciones.
De su vos dijo Eduardo Bonessi, su profesor de canto: "Era de una calidad
extraordinaria y de un timbre maravilloso. Jamás desafinaba. En cuanto a su
tesitura, alcanzaba a dos octavas que manejaba a plena satisfacción. Poseía un
temperamento expresivo al máximo y estaba dotado naturalmente de un instrumento
en su garganta. Un instrumento que luego perfeccionó y supo conservar.
No derrochaba su voz, como muchos suponen. Tenía una laringe completamente
sana y ésa fue una de las razones por las cuales le resultaba fácil pasar de los
graves a los agudos. Era estudioso y responsable. Sábiase único en su género y
su voz.
Conciente de que la voz también se concerva cuidando el físico, hacía gimnasia
diariamente durante una hora o más. De acuerdo a la voz que tenía y al modo de
emplearla, si Gardel hubiese llegado a vivir cien años, hubiera seguido cantando
igual".
Cualquier comentario: Chelo Ledesma
Actualización: 21 de Agosto de 1999