Operación Distracción

OBJETIVO. Las baterías se enfilan contra el hijo de García Baca para crear intriga.

Desconcierto. El titular era el causante de una especie de conmoción a más de uno le hizo exclamar ¡no puede ser!

Durante el jueves, más de uno quedó de una pieza al ver el titular de Correo, y en muchos casos, varios se han preguntado si la persona a la que están protegiendo es un asesino o algo por el estilo.

"Ulises dio positivo" es un titular que cuestiona al mismo diario en dos vías: primera, el 13 de abril pasado tituló "Ulises dio negativo en prueba de parafina", basándose en los resultados que pudo trascender la Policía; la segunda, es cómo es posible que un medio de comunicación afirme algo de forma tan notoria... sin comprobar debidamente.

Por otro lado, basarse en el testimonio del abogado de la parte contraria, Francisco Espinoza Castillo, --cuyos argumentos, por ética, deben defender la posición de su patrocinado-- sin sopesar en la otra, abre camino a la intriga. Pero la cosa parece ser más simple de entender.

Es un hecho que desde el primer momento hubo una intención velada de inculpar a Ulises García Pérez (33) en el asesinato de su padre. Ya se había realizado el juicio y declarado el culpable; faltaba la sentencia. Pero la sentencia no era judicial sino social.

La intención detrás era desviar la atención de la población hacia una definición del asesinato como un problema familiar. Una probable ambición por las riquezas paternas pudo mover al hijo menor de Godofredo García Baca (64) a dispararle.

La novela estaba casi hecha, hasta que se comentó que la familia no pasaba por una situación económica alentadora, y que García Baca intentaría sanear varias deudas con la banca, y el escenario se vino abajo rápidamente.

Si en realidad Ulises García deseaba quedarse con la propiedad, ¿cuán atractiva le iba a ser una propiedad endeudada, teniendo en cuenta que él había negociado los papeles con tal de obtener prórrogas? Simplemente era ilógico pensar en luchas internas por dinero; entonces, la opinión pública le dio a Ulises el papel de víctima, sin más.

Los bonos de Ulises ascendieron ligeramente tras conocerse los primeros resultados de los exámenes de absorción atómica --procedimiento para comprobar trazas de componentes o derivados de la pólvora en la piel, en un máximo de 72 horas de producido un disparo-- y conocerse que la familia estaba realizando investigaciones bajo propio riesgo, debido a la inactividad de las autoridades.

Sucesivas fotos en los medios locales, y algunos nacionales, hasta llegar a la Internet, aumentaron su perfil, lo que le permitió comenzar a trabajar con algunas organizaciones de derechos humanos y amalgamar fuerzas para la creación de la campaña de sensibilización del caso Tambogrande, Godofredo Vive.

A ello se agrega declaraciones del graduado en Administración de Empresas en las emisoras de radio nacional y local, que fueron estocadas ante los argumentos económicos de las empresas mineras que su padre combatió.

Sin embargo, en el último mes y medio, Ulises ha tenido una activa participación en el desarrollo de la campaña de información, incluyendo la reactivación de su grupo ecologista, Trópico Seco, que aparece donde menos los medios lo piensan y envía información que muchas veces se obvia o no aparece en las publicaciones locales.

Su participación en actividades convocadas por dirigentes pro agrícolas lo han potenciado como el sucesor de su padre dentro de la lucha contra las pretensiones mineras en el valle de San Lorenzo.

En Tambogrande, muchos ven en él al extinto ingeniero agrónomo, lo que para quienes planificaron su asesinato constituye un nuevo dolor de cabeza, pues se perfila un nuevo líder masivo, que no ha modificado el discurso, sino que lo ha mejorado: inviabilidad minera no sólo para San Lorenzo, sino todos los valles piuranos.

La propuesta es de por sí revolucionaria: hay concesiones mineras en el valle medio y bajo del río Quiroz, en la provincia andina de Ayabaca; sobre el bajo Huancabamba, entre los distritos de Sondorillo y Huarmaca hay otras concesiones metálicas. Los medio y bajo valles del río Chira están en similares condiciones, tanto como el valle alto del río Piura.

No incluimos en el listado las concesiones en el Coto de Caza El Angolo, Talara, zona agrícola de Paita, los despoblados del sur de Morropón y Sechura, que no son metálicas.

A ello se agrega, naturalmente, la madre del cordero: San Lorenzo ó 45 mil hectáreas de frutales y alimentos de primera necesidad amenazados de contaminación.

Mirando el mapa, estamos hablando de al menos el 70% de todo el departamento de Piura, amenazado, siendo el tercero más poblado de la nación. Oponerse a las concesiones es, simplemente, quitarle la mamila a los poderosos; y ese es el tema central.

Como lo informáramos en las últimas semanas, se ha detectado una estrategia de cortinas de humo que consiste en distraer la atención de la comunidad y de los líderes del Frente de Defensa del valle de San Lorenzo y Tambogrande, e incluso del propio Ulises, hacia un estado de triunfalismo: hacerles creer que todo va sobre ruedas con tal de que no adviertan otras realidades.

No hubo error: esa misma semana se descubrieron cartas que Manhattan enviaba a las lideresas de sus Comités de Cuadra prometiéndoles pronto retorno. Estos comités se encargaban de enlazar a la gente con la empresa, dándoles trabajo a cambio de lealtad o al menos una firma para obtener legitimidad formal.

Por eso se está buscando distraer la atención mediante titulares de primera plana que causen revuelo, con tal de desviar la atención del verdadero problema y alimentar el cotarro novelero barrial.

Revisando los reportes económicos de la empresa canadiense, se puede advertir que la situación, sin ser calamitosa, no es óptima, como lo admitieron en marzo, cuando informaron de una pérdida del orden de los cuatro millones de dólares, nada respecto de la inversión unas 90 veces superior.

De todas maneras, ¿Manhattan quiere nuevamente exponerse a las iras populares como el 27 y 28 de febrero? Quizás desea recuperar su inversión, pero revisando los mismos reportes detectamos que la minera desea hasta cierto punto deshacerse del paquete, llevándolo en conjunto con otro socio, o vendiéndoselo de plano.

La semana pasada, Manhattan informó que están trabajando con Cedimín, una subsidiaria de Buenaventura, la empresa que la sucedería y que está avanzando muy silenciosamente en el valle de San Lorenzo, para operar en su área norte.

No hay datos que comprueben si ambas también están trabajando en conjunto en esta campaña de re-información para realizar prospecciones en el valle, pero queda claro que el titular de Correo estaría destinado a mover a la opinión pública hacia la desconfianza, auqneu, cabe aclarar, esto no implica que el diario sea uno de los organizadores.

Es un hecho que como no se puede enamorar a la presa, entonces, se le buscará degradar: ¿la teoría del despecho?

Así que antes de tener un nuevo puntal en la lucha anti-minera, lo mejor es deshacerse de él, y de una manera que no resulte tan escandalosa como el asesinato de García Baca.

Entonces, contacte a cierta prensa puede apoyar en el cometido, y no sólo a escala regional sino puntual, como en Chulucanas, donde un periodista que emite comunicados pagados por Manhattan realiza una campaña de desprestigio contra el alcalde José Paico Palacios, quien se ha declarado opositor al proyecto minero.

Eso también vuelve a ser un aviso contra quienes deseen izar la bandera de la oposición al proyecto, "si no lo quieren a las buenas pues se lo haremos entender a las malas", y la intención está muy clara.

Como al final ni los líderes, ni los medios no adeptos, ni la familia García Pérez han cedido al coqueteo, ahora son víctimas de quienes buscan desesperadamente defender su bolsillo, aunque para ello tengan que ir en contra de cualquier voluntad, incluso la de su propia familia... ¿o es que los mineros todavía no lo han advertido?

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