El economista Bruno Salas dijo
que oponerse a la explotación minera no es una cuestión
"sentimental, sino de un asunto técnico". Y
vaya si hay razones técnicas. Pero antes una pregunta, ¿usted creería en
un estudio de impacto ambiental, cuyo objetivo es
determinar a las claras si procede o no la explotación
minera, realizada por una de las partes interesadas, es
decir, Manhattan Sechura Cía. Minera? ¿No es
ser juez y parte acaso? ¿Cuáles son los resultados
reales?
Durante la primera
quincena de agosto fueron presentados los resultados del
estudio de línea base, la primera etapa del proyecto de
factibilidad, donde sostienen que con la tecnología de
punta que Manhattan utilizará en la
explotación, el riesgo de contaminación es mínimo,
pero plantea abrir tajos y socavones sobre lo que es la
ciudad, la que, aunque la compañía no lo exprese
abiertamente, debería 'moverse' para dar paso a la
extracción.
Pero a los ojos de la
población, la reubicación no es política de la minera,
y mucho menos la contaminación. En un comunicado sin
fecha, pero con prosa elocuente de relacionista público,
Manhattan sostiene que "las afirmaciones
respecto a que 'la minería desplazará a la agricultura'
o que 'la minería contaminará los cultivos' son
injustificadas" como "el caso chileno lo
demuestra."
COPIAPÓ, CHILE
Entre el 4 y 6 de mayo de
2000, 38 personas, con pasajes y bolsa de viaje pagados
por la minera, conformaron una variopinta delegación que
visitó al valle de Copiapó (III Región, Chile), una
franja verde rodeada por el amplísimo desierto de
Atacama, el más grande de Sudamérica.
En este lugar se cultivan
principalmente uvas. Los parrales están separados por
grandes diques de las aguas negras de los relaves. El vino chileno es uno de los más
apreciados, y la uva crece mejor en suelos áridos.
Copiapó, según el
operador turístico local en línea, CHIPTravel, ofrece
"uno de los escenarios más salvajes de Chile",
debido al paisaje "desértico circundante, seco y a
veces rudo." "Mientras la ciudad data de tiempo
colonial, su arquitectura distintiva es un legado del
boom minero, en el área, durante el siglo XIX."
SAN
LORENZO, PERÚ
San
Lorenzo es un valle poblado de vegetación
y
tierras de cultivo sobre suelos fértiles
enriquecidos por la furia volcánica del pasado.
El lugar es casi plano, amén de algunas
elevaciones de terreno que no exceden las decenas
de metros. Hacia el oeste, en un impercetible
declive, hay un área de transición cubierta por
arbustos secos en invierno, y luego los valles
del Chira y el Bajo Piura, a sólo unas pocas
decenas de kilómetros.Incluso las áreas no vegetadas lo
están haciendo progresivamente, entre ellas el
muy pronto ex-desierto de Sechura, convertido en
desierto por el Fenómeno de El Niño,
se supone a inicios del milenio pasado. Y es El
Niño el que está tiñendo de verde de
nuevo a Piura, prolongando el verde del bosque
tropical ecuatoriano y los Andes Norperuanos.
Se
estima que la cubierta verde se hará más
frondosa y exuberante en las próximas décadas,
producto del calentamiento global y una
particularidad de la meteorología piurana. Al
sur de Piura está el mar. La costa del Pacífico
hace un violento quiebre penetrando al continente
en la formación rocosa que conocemos como
Península de Illescas.
Durante las tardes una ventisca
entra por Illescas, arrastrando el polvo del
desierto de Sechura, y transportándolo hacia el
norte. El problema es que el viento a ras de mar
choca con los contrafuertes andinos que corren en
diagonal, lo que le obliga a virar al este.
Mientras vira, sopla sobre Tambogrande,
Las Lomas, Sullana y Paita y al mismo tiempo --y en
dos frentes, sur y este-- sobre Piura. Por ello
el calor del mediodía se compensa con un fresco
a partir de las cinco de la tarde.
El viento está
propiciando la polinización de más áreas de
bosque, por lo que esa nueva cubierta nos
protegerá en el futuro de posteriores
incrementos de calor, estabilizando la
temperatura máxima promedio anual de 39°C a
27°C. De un estudio independiente, realizado por
Fidel Torres (Minería en los algarrobales:
negación de la identidad piurana, 2000), se
deduce que el crecimiento vegetal cubrirá áreas
hoy eriazas y al estabilizar la temperatura por
completo evitará la formación de vientos como
los actuales debido al desbalance térmico.
Torres, biólogo
especializado en Fisiología Vegetal, sostiene que
"la explotación minera a tajo abierto eliminará la
protección vegetal e incrementará la velocidad de los
los vientos con arrastre de partículas metálicas que
rápidamente alcanzarán a las ciudades de Piura y
Sullana, que se encuentran a 40 y 50 km de las zonas de
explotación." En esas ciudades se concentra el 70%
de la economía regional.
Las partículas metálicas
se depositarían sobre las hojas de los nuevos árboles,
cubriéndolos progresivamente, evitando la fotosíntesis
y matando de a pocos a la planta. Si se mira el
efecto masivo hablamos de una afectación que alcanzaría
toda la cubierta vegetal presente y futura de la costa
del departamento de Piura, la producción agraria, sin
contar la disminución de la fauna silvestre por falta de
alimento sano.
Por otro lado, los gases
que se liberarían con la explotación son más letales
de lo que parecen. El amoníaco (NH4) y los
sulfuros es muy volátil. Al ascender a la atmósfera se
combina con hidrógeno y oxígeno, que al precipitarse
produce lluvia ácida. Los países más
desarrollados pueden dar testimonios de eso.
La lluvia, conociendo
nuestro clima, afectará el departamento (excepto el este
de Ayabaca y todo Huancabamba) y el sur del Ecuador, con
incidencia directa en el Chira y el Piura, sin contar San
Lorenzo. ¿Por qué nadie habla de ello?
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