El Frente
de Defensa de Tambogrande, agrupación que
reúne a líderes populares y ex dirigentes de izquierda
radicalmente opuestos a la explotación minera, quedó
algo desconcertado, luego que el 20 de agosto de 2000, el alcalde
de Tambogrande, Alfredo Rengifo
Navarrete, dijo estar
desencantado con Manhattan ("la compañía
minera hace muchas ofertas pero no hace lo
correcto") y opuesto a sus operaciones en
Tambogrande. ¿Dónde comenzó el
desencanto, si es que realmente se rompió? Fue
Rengifo el primero en abrirle las puertas. De
hecho, el Frente no tuvo ningún empacho
en señalar que parte de los recursos de la
municipalidad son financiados por Manhattan.
El alcalde lo negó, "no nos dio ningún
centavo", exclamó.
¿Podría probar
el Alcalde lo que dice? Sus detractores dicen que
el dinero de las profesoras-animadoras de centros
comunitarios de educación preescolar (conocidos
como Pronoeís), equivalente a US$ 100 proviene
de la minera. Las docentes no tienen a la fecha,
cuatro meses de adeudo, ganando sólo el
equivalente a US$ 95. Fuentes de la municipalidad
lo han negado. Dicen que el dinero "no llega
de Lima aún".
El Frente
asimismo ha pedido la revocatoria de Rengifo,
entre otras, por esta causa. La dualidad de
pedidos generó desconfianza en sectores ligados
a la Iglesia Católica, toda vez que el anterior
alcalde, César Crisanto, integra la
organización popular. La gente alrededor de
Rengifo acusa al Frente de querer catapultar una
eventual candidatura de Crisanto, si se obtiene
el cese de la primera autoridad local.
El hecho es que
tres días después del discurso del alcalde
contra la vecina Manhattan, el Frente
organizó un paro de 24 horas (que duró 20 en
realidad), y exigió coherencia a Rengifo,
aunándose a las protestas pro-agricultura (en
principio). Pero el susodicho no asomó la nariz;
entonces, comenzó la consabida andanada de
críticas durante el mitin que cerró la
movilización diurna.
Los escépticos
dicen que el discurso del burgomaestre no es más que
populismo para ganar simpatías. Durante su campaña
mandó pintar paredes con la frase "Los mineros no
pasarán". Aún quedan las pintas como prueba.
A partir de marzo de 2001, Rengifo inició una
campaña de firmas exigiendo la salida de Manhattan, y luego
que la población asaltara violentamente el campamento de la empresa
en la entrada norte de la ciudad, apareció junto a Óscar
Canturias, Arzobispo de Piura y Tumbes, y Daniel Turley, similar de la
Diócesis de Chulucanas, para exigir lo mismo.
Y mientras las partes se
pelean por la coma de más o de menos, Manhattan
sigue explorando. Pero, por alguna razón ahora la minera
necesita más apoyo del Gobierno (o de lo que queda de
él), y eleva su perfil a nivel departamental.
La población sigue en duda sobre si respaldarla o no.
Durante setiembre de 2000, invitó a
almorzar a madres de diversos sectores deprimidos de
Tambogrande para sensibilizarlas sobre la explotación,
en el campamento minero a las afueras de la ciudad.
A ello se agrega su participación en el suplemento Tambo Grande
que edita diario Correo de Piura, donde no hay un directorio (el
equivalente a los créditos). Periodistas independientes
tambograndinos aseguran que la minera pagó los primeros tres meses de
edición, lo que quedó medianamente claro cuando un estudio de
relacionamiento pedido por la empresa minera exigió que se indique el
financiamiento en los créditos de la publicación.
El hecho es que el
suplemento tiene tres cosas claras:
- Establece un
equilibrio entre agricultura y minería, pero descartando
argumentos contra la segunda.
- Minimiza al Frente
de Defensa y acciones contra la minería.
- Muestra el lado
positivo de las instituciones que operan en la
comunidad (cosa que algunas consideran
"sospechoso"), sin que éstas lo
esperen deliberadamente.
Una persona de Correo
viaja semanalmente de Piura a Tambogrande a recoger la
información en la Municipalidad, luego se procesa en la
capital departamental.
Ya impresos, los
suplementos se reparten los domingos.
|