Sócrates (3º parte)
La refutación representa la etapa preliminar necesaria
para encaminar el espíritu
al
descubrimiento de la
verdad. Después
de la refutación se presenta la
segunda parte
del método socrático: la mayéutica o
arte del alumbramiento.
Sócrates dice que sus
discípulos nada aprendieron de
él, sino que son ellos quienes por sí
mismos hallaron
muchas cosas que ya poseían en
su interior. Por eso
la ironía socrática,
donde el maestro finge una
pretendida ignorancia,
que no es más que una
obligación impuesta
por la misma misión sagrada
de abstenerse
de la enseñanza dogmática, un
imperativo categórico
para el verdadero Maestro.
Sócrates estimulaba la
búsqueda, pues en vez de
ofrecer una doctrina,
se hacía compañero de
investigación de sus discípulos.
La interrogación del
verdadero maestro era en
realidad un método
de enseñanza y contenía
una instrucción activa
que ejercía, sin que lo
pareciese, un
estímulo. Este método supone y
afirma la existencia,
en el interrogado, de una
potencia espiritual intrínseca
y una capacidad
cognoscitiva que tiende a
realizarse.