Comunicación o
fraude
Un
escritor alemán dijo una vez que si
Jesús no
hubiese
existido y sus mensajes
hubieran sido inventados, el resultado
final sería el mismo.
O sea,
lo que vale es el Mensaje y
no el
sujeto
en sí (que el Maestro Jesús me
disculpe). Creo
humildemente que
el
gran atraso espiritual
de la
humanidad
se alimenta de
la indiferencia, de la
envidia y de la susceptibilidad.
Los distintos mensajes de Luz de
los
diversos
maestros
espirituales
hablan de
Amor, que para
mí es lo contrario
de la
indiferencia
(algunos entendidos dicen
que lo contrario del Amor es el odio,
pero vamos a razonarlo:
si el Amor es Servicio y
la indiferencia
es
no
preocuparse por
el sufrimiento
del
otro, creo
que ésta
es lo
opuesto
al Amor).
Estos mensajes mediumnímicos nos
hablan también de la Misericordia,
sentimiento
opuesto a
la envidia.
No son antónimos, pero
mientras la
primera comparte el sufrimiento del
otro mediante la
compasión y trata
de
ser útil, la
segunda
alimenta la codicia
al desear lo poco o
mucho que pueda
tener ese prójimo.
Por último, los mensajes hablan, además,
de la templanza. Eso es lo antagónico
de la
susceptibilidad.
Porque
la
templanza le
permite
a un
médico operar a un paciente sin
que
le tiemble el
pulso; ayuda a soportar
un
insulto sin que el mismo moleste;
ayuda a vencer
situaciones adversas sin
que la persona
se pueda
quebrar
emocionalmente.
La susceptibilidad,
por el
contrario,
vive pendiente de los
halagos o de los
agravios; hace que la persona cambie
de
estado de ánimo
a cada rato, según
sea la misma tratada;
impide
ver más
allá de las narices de cada persona ,
pues
la susceptibilidad razona: -¿qué
me
importa lo que le pase
al otro?...
Mientras no me ofendan a mí...
