1990

#FUNDACION DEL CORELLA DE FILIPINAS
por Agustín Fernández Virto

FUNDACION DEL CORELLA DE FILIPINAS
por Agustín Fernández Virto

Desde muy joven estaba yo intrigado por el tema del homónimo de nuestro pueblo en las tierras lejanas de Filipinas. Tenía conocimiento de su existencia, pero ignoraba su ubicación y desconocía igualmente el nombre de su fundador.

¿Quién encontraba ese Corella entre las más de siete mil islas e islotes de las Filipinas?. En el otro aspecto, ¿Cuál de los numerosos Corellanos que salieron por esos mundos pudo haberla fundado?. Sin embargo, no cabía duda o era muy probable al menos, de que su fundador tenía que ser alguno de los misioneros de nuestra Corella, que un día incierto habría llegado a aquel archipiélago tan lejano.

La Providencia quiso que llegase a mis manos un folleto sobre un sermón pronunciado en la Festividad de la Virgen del Villar por el Agustino Recoleto P. Fr. Manuel María Salamero Sánchez, nacido en Corella el 2 de Enero de 1873, cuyos padres fueron Isidoro y Antonia, folleto editado en Bilbao en 1897, y que me fué proporcionado por Prudencio Sanz, que ignoraba, desde luego, el interés que iba a tener para mí y quiero creer que para todos los Corellanos amantes de su pueblo.

El P. Fr. Manuel María Salamero de los Dolores, decía en ese sermón, que ese mismo día se estaría celebrando la fiesta de Nuestra Señora del Villar en el Corella de Filipinas, fundado por otro ilustre paisano nuestro, quien fundó otro Corella en Filipinas, y tuvo, además, la buena idea de proclamar como Patrona a la misma que nosotros tenemos, y allí estarán reunidos seis mil nativos para celebrar esta fiesta. Aquél era el P. Fr. José María Cabañas.

Necesitaba tener más datos sobre esta interesantísima fundación y para ello me puse en contacto con el entonces futuro agustino recoleto el joven corellano Santiago José Martínez, que con su actividad e indudable buena preparación, colmó mis deseos mandándome fotocopias de los numerosos documentos contenidos en el archivo de Marcilla, relativos a los agustinos recoletos de la Provincia de San Nicolás de Tolentino.

Así podemos saber que el Corella de Filipinas se encuentra al suroeste de la isla de Bohol, a nueve kilómetros del mar, entre otros nombres españoles: al Sur, Cornago y al Este, Sevilla.

El P. Fr. José María Cabañas, nacido en Corella de Navarra el 26 de Noviembre de 1819, y muerto en Madrid el primero de abril de 1899, residía a la sazón en Baclayón (segunda Parroquia de las formadas en el archipiélago), también en la isla de Bohol, del grupo de las Bisayas, entre la de Cebú y la de Leyte, descubierta por Magallanes en 1521.

Desde Baclayón proyectó la fundación de Corella, cosa que consiguió tras muchas y grandes dificultades de todo tipo: La oposición de la autoridades civiles, la indolencia del filipino, perezoso de por sí, los medios materiales rudimentarios de que disponía...

No obstante, entre 1871 y 1873 concluyó el convento, renovó el piso de la iglesia, aumentándola en su longitud, construyó calzadas y puentes, y más tarde, el Mercado todo él de piedra.

Fué el primer párroco de Corella el P. Fr. Félix Guillén de 38 años, contando el pueblo en aquella fecha con 3.134 habitantes. El noveno y último párroco parece haber sido el P. Fr. Lorenzo Zapatel de San José, de 1896 al 98, por lo menos.

La revolución de Filipinas proporcionó numerosos mártires a los agustinos recoletos, entre ellos el P. Fr. Toribio Mateo del Carmen, nacido en Corella el 16 de Abril de 1846, siendo alcalde el Marqués de Bajamar, y que murió fusilado en Dasmariñas junto al lego de Cintruénigo Fr. Luis Garbayo del Carmen y Fr. Julián Umbón del Corazón de Jesús.

Eran los tiempos heróicos en los que España iba perdiendo su Imperio, con hechos tan singulares como el del sitio de Baler, en el Distrito del Príncipe de la Isla de Luzón, donde ondeó la bandera española hasta después de siete meses de haberse firmado la paz, es decir, hasta el 2 de Junio de 1899, mandando esa guarnición el comandante D. Enrique de las Morenas y al morir éste, el teniente D. Saturnino Cerezo. Estos fueron los llamados "Los últimos de Filipinas".

En 1892 se había constituído en Manila el "Katipunan" o "Kataasan Kagalanggalang Katipunan Nong Mga Anak ng Rayan (Suprema y Venerable Asociación de los Hijos del Pueblo), que era una masonería adaptada a los tagalos y a sus ritos y que estableció relaciones con El Gran Oriente de España. Este "Katipunan" cometió innumerables crímenes durante la Revolución.

Sería muy interesante conocer el estado actual de ese Corrella de Filipinas aunque hubiera que recurrir a la propia Corazón Aquino.