Idus
de Marzo
Idus
de Marzo
Los
resultados obtenidos por el nacionalismo vasco democrático en general, y los de
Eusko Alkartasuna en particular en las pasadas elecciones generales, deben
servir para hacer una seria autocrítica. La pérdida de 16.000 electores en el
conjunto del País supone el peor
resultado para EA desde las elecciones al Parlamento Europeo de 1994. La situación
del PNV tampoco es muy boyante, pues el espejismo de los 7 escaños obtenidos,
no puede ocultar la importante fuga de votos del electorado urbano hacia el PP
que no logra ser frenado por la aportación proveniente de HB y EA. Importantes
sectores dentro de EA han intentando reconducir esta perniciosa estrategia,
aunque la mordaza que la Ejecutiva ha impuesto sobre toda aportación ante la
amenaza del enemigo común, ha impedido un debate razonado. En el
presente artículo, el lector encontrará algunas de las claves que está
provocando el constante retroceso de EA
y las propuestas para reconducir esta situación.
La
metodología de Lizarra-Garazi. La
firma del acuerdo de Lizarra supone la declaración de tregua por parte de ETA.
Pero la metodología del pacto es inadecuada para conseguir una paz basada en la
reconciliación. Me explico. El punto 3 del acuerdo
dice "Gracias a la reflexión de todos los protagonistas del
conflicto, el enfrentamiento cederá su puesto al trabajo en común (al
principio entre próximos pero diferentes, más tarde entre contrarios y por fin
entre enemigos), siempre con la pretensión de no excluir a nadie de estas
reflexiones".
La realidad sin embargo es otra muy
diferente, pues Lizarra se ha gestionado desde una visión frentista y ha
desarrollado una política de bloques siendo incapaz de establecer lazos entre
el mundo del nacionalismo y del constitucionalismo. Lo que no estaba
escrito formalmente en Lizarra, el aislamiento de los partidos
constitucionalistas, se ha aplicado a rajatabla según los designios de ETA y
HB. La solución dialogada a un conflicto de naturaleza política como el vasco,
no se alcanza desde posicionamientos de mayorías y minorías, la paz no podrá
estar fundamentada en porcentajes, sino como dice Galtung en la reconciliación.
La metodología que encierra la actual gestión de Lizarra, además de carecer
de sentido en una coyuntura de vuelta a la violencia, es intrínsecamente
perversa. El restablecimiento del diálogo con los partidos constitucionalistas,
en un foro compartido por todas las fuerzas políticas, es el camino adecuado
para avanzar en un marco de tolerancia que aporte soluciones políticas al
conflicto vasco.
La
vía soberanista. ¿Cuáles
han sido los resultados del soberanismo diseñado por ETA y seguido hasta ahora
por las Ejecutivas de EA-PNV? La génesis de Udalbiltza como pseudoinstitución virtual que
pretende representar la integridad territorial de Euskal Herria, además de ser
un caldo de cultivo para que los teóricos del mundo de HB diseñen sus
experimentos con gaseosa, está propiciando los efectos contrarios a los
pretendidos por el nacionalismo. Es absurdo pretender un sorpasso,
un desbordamiento, a las instituciones navarras y vasco-francesas mediante una
institución alegal en la que apenas participan un reducido número de munícipes
de ambos territorios. La construcción nacional, no sólo no se está explicando
a la ciudadanía, (¿cuáles van a ser las atribuciones y competencias de
Udalbiltza?), sino que se hace de espaldas a las actuales Instituciones
(Parlamento Vasco y Parlamento Foral Navarro). Las consecuencias han sido el
alejamiento de Navarra de cualquier relación con la CAV (ruptura del acuerdo de
la Comunidad de los Pirineos, alejamiento del PSN respecto del Órgano de
Colaboración Permanente) y la negativa del Gobierno Francés a negociar el
desarrollo de un Departamento propio para Iparralde. Los efectos de la huída
hacia adelante ha sido todavía más dañina para la representación
nacionalista en Álava. La pérdida de representación institucional,
materializada en el gobierno del PP en la Diputación, el Ayuntamiento de
Vitoria y la presidencia de la Caja Vital, son un reflejo directo del constante
retroceso electoral en Álava, en donde menos se entiende esta dinámica
agresiva en un nacionalismo experto en liderar las Instituciones desde el pacto
y la moderación.
¿Qué
nos ha dicho la sociedad en estas elecciones?.
a) Euskadi
y Navarra son un mosaico muy plural. Esto es todavía más evidente en los núcleos
urbanos en donde hay una franja de ciudadanía que vota a un partido u otro en
función del tipo de comicio y del momento. Es decir, las fronteras políticas
se han vuelto permeables, también para EA. b) Es una necesidad imperiosa
el comienzo del diálogo entre los partidos nacionalistas y no nacionalistas. Un
diálogo en condiciones de libertad para todos los vasco-navarros y las opciones
que les representan. c) En
Euskal Herria no existe una masa crítica para activar un proceso de corte
soberanista pese a las ensoñaciones territoriales de algunos. d)
El peso del nacionalismo vasco
tampoco se puede ignorar, pero la
fragmentación política vasca complica a cualquier fuerza política hacerse
hegemónica, incluso desde la alternancia. e)
Todo esto conlleva una política
de integración en la que EA debe llevar la iniciativa, redireccionando la
estrategia que ha estado realizando durante los últimos 2 años. Es urgente
trabajar por la integración entre nacionalistas y constitucionalistas,
especialmente con el PSE-PSN, desde una metodología del consenso y la
confianza, abandonando toda praxis de métodos unilaterales, frentistas que
excluyan a la mitad de la ciudadanía vasca. f)
Sólo aplicando el punto
anterior conseguiremos evitar la fractura de la sociedad vasco-navarra. Hay
que anteponer la construcción social a la "construcción nacional
desde la territorialidad". Sólo desarrollando la construcción social
podremos ir madurando los cambios políticos desde la ciudadanía que permitan
avanzar en el desarrollo de la segunda. g) Por último, el
atrincheramiento de posiciones y la política de bloques entre nacionalistas y
constitucionalistas no conllevan más que la progresiva laminación por desgaste
de EA a medio plazo. Así mismo, favorece la implantación y desarrollo del PP y
HB (los posicionamientos extremos), provocando el progresivo desalojo del
nacionalismo democrático de las instituciones con poder de decisión .
Coda.
La actual dinámica en la que EA está embarcada, parece indicar que el pacto
nacionalista, ahora encubierto, con los que no respetan la voluntad de las urnas
va a continuar "caiga quien caiga". Nada sería más pernicioso para
el futuro del País, que los actuales dirigentes y portavoces, hoy a la deriva,
no recapacitaran sobre los errores cometidos. A EA y al nacionalismo en general,
se les está escapando además de los votos, todo el potencial democrático que
logró concentrar cuando ejercía el liderazgo desde la centralidad.
Es en este marco, entendido como espacio de conexión entre partidos
nacionalistas y no nacionalistas, en donde EA pudiera tener un interesante
espacio político que jugar. Espacio, que ha sido usurpado por organizaciones
como Elkarri, de oscuros intereses en el pegamento de Lizarra y que ha
dejado descolocado a un partido bisagra como EA en gran parte de este proceso.
El retorno a la centralidad, un proceso de paz en el que se separen las
reivindicaciones de construcción nacional de la reconciliación y una concepción
moderna de País que supere los viejos y surrealistas dogmas de la
territorialidad, deben ser liderados por la socialdemocracia nacionalista vasca.
Sólo desde un profundo replanteamiento político de los programas y estrategias
llevados a cabo durante estos dos últimos años, podremos poner las bases para
enganchar con la sociedad vasco-navarra.
Otxobi
de Sansoain es miembro de la Asamblea Nacional de EA.