La Eterna Justa.

_____________________________________ Rufino Blanco Fombona


Corríamos a casa con una sed que apenas
calman coloquios íntimos en la noche de amores;
la sangre, toda llamas, urgía en nuestras venas,
y yo te respiraba como un ramo de flores.


Corríamos a casa con una sed que apenas
calman coloquios íntimos en la noche de amores;
la sangre, toda llamas, urgía en nuestras venas,
y yo te respiraba como un ramo de flores.

Los besos se dormían entre tus labios rojos,
picaban como avispas tus senos y caderas;
y al despertarte, pálida y amorosa, tus ojos
parecían más lánguidos, más hondas tus ojeras.

¿Quién dijo que la carne producía amargores,
hastío en el espíritu y en la noche ceniza?

Una es carne de vicio, y otra es carne de amores,
tras la noche de brega, risueños justadores
nuestros besos, entraban a la aurora en la liza.


Los besos se dormían entre tus labios rojos,
picaban como avispas tus senos y caderas;...



( Poema: Rufino Blanco Fombona )


( Fotos: Robert Zverina )
http://www.zverina.com/unzipped/index.html


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