Soneto X.
________________________________ Tomás Segovia.
Tu carne olía ricamente a otoño,
a húmedas hojas muertas, a resinas,
a cítricos aceites y a glicinas
y a la etérea fragancia del madroño.
Hábil como una boca era tu coño.Siempre había, después de tus felinas
agonías de gozo, en las divinas
frondas de tu deseo, otro retoño.
Te aflojabas de pronto, exangüe y yerta,suicidada del éxtasis, baldía,
y casta y virginal como una muerta.
Y poco a poco, dulcemente, luego,absuelto por la muerte renacía
tu amor salvaje y puro como el fuego.
( Tomado de:
Tomás Segovia
Poesía (1943-1997),
Ed. Tierra Firme - Fondo de Cultura Económica,
Impreso en España, 1998, 771p. )
( Fotos: Michael Wilce )
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