Ansío beber de tu manantial,
que es mi fuente celestial,
hasta saciarme de tí
con ardiente frenesí.

Quiero morder tus labios,
chupar tu lengua,
libar la miel tus senos,
y besar tus caderas,
la redondez de tus nalgas,
tu aterciolepada espalda,
lo terso de tu vientre,
tus muslos, tus piernas,
hasta que te sientas
llena de lujuria, amor y placer.

Quiero que sientas mi hombría
recorriendo todo tu cuerpo,
hasta que dura penetre
muy dentro de tu ser.

Te quiero enroscada a mi piel
y que gimas, sollozes, grites
cuando dentro de tí esté
haciendo de tí mi mujer.

En el fuego de la pasión
seremos un sólo corazón,
y en nuestro mutuo orgasmo
tú serás mi hembra y yo tu macho.

Tus aguas bañarán mi antorcha
y mi lava inundará tu gruta,
y nos quemaremos los dos
con las savias de nuestro amor.