Actualizado
el 10 de febrero 2002
Grupos de dinosaurios
Dinosaurios
saurisquios
Los saurisquios
incluyen dos grupos principales:
(1) los sauropodomorfos
herbívoros, que comprenden los saurópodos
gigantes de cuello largo, como el Diplodocus y el Apatosaurus;
y los prosaurópodos, menos conocidos y que incluyen el
Plateosaurus;
(2) los
terópodos carnívoros, que incluyen todos
los carnívoros de tamaño grande o pequeño,
desde el Coelophysis, el Compsognathus o el Deinonychus; pasando
por los carnívoros gigantes como el Allosaurus y el Tyrannosaurus;
hasta sus descendientes las aves.
Los saurópodos
más grandes y voluminosos llamados supersaurios y ultrasaurios
se han encontrado en Colorado, Estados Unidos, y algunos expertos
piensan que podrían ser Brachiosaurus o Diplodocus.

Diplodocus
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Los saurópodos
tenían el cuello largo y unas garras de gran tamaño
en los primeros dedos de sus manos y pies. Los dedos cuarto y
quinto de la mano se habían reducido o estaban ausentes
(como en las aves, que sólo conservan los tres primeros
dedos).
Los saurópodos
llegaron a alcanzar un gran tamaño; eran cuadrúpedos
(caminaban sobre las cuatro patas) y desarrollaron algunas adaptaciones
fisiológicas interesantes para alimentarse de la vegetación
alta. Por ejemplo, en el Diplodocus, el cuello y la cola eran
muy largos. Los arcos inferiores (hemales) de las vértebras
de la cola, en el punto donde ésta les alcanzaba, tenían
forma de canoa y no de lengua. Esto parece haber favorecido el
uso de la cola como apoyo para las patas traseras en una postura
trípode, cuando el animal se alimentaba de la vegetación
de altura con las extremidades delanteras levantadas del suelo.
En contraste, el Brachiosaurus tenía el cuello muy largo
pero la cola corta, de modo que no era posible una postura trípode.
Sin embargo, éste tenía las patas delanteras más
largas que las traseras y esto, junto a su cuello largo, le capacitaba
para alcanzar las plantas de porte elevado.
Los
grandes terópodos carnívoros, tales como el Tyrannosaurus,
tenían unas cabezas muy grandes con unas mandíbulas
poderosas ocupadas por unos dientes doblemente aserrados que se
curvaban hacia atrás. Sus patas delanteras se habían
reducido, pero sus caderas y patas traseras eran enormes y el
depredador no tenía más que atrapar a su presa entre
sus mandíbulas y, estabilizando su cuerpo, desgarrar su
carne.

Deinonychus
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Los terópodos
pequeños, como el Deinonychus deben haber sido cazadores
más ágiles y persistentes. Estos perseguían
a sus presas y, atacándolas en manada, las desgarraban
con garras y dientes. Sin embargo, algunos tipos de terópodos
de pequeño tamaño, como el Struthiomimus y sus parientes,
no tenían dientes y podrían haber sido omnívoros.
También las aves actuales carecen de dientes, pero no ocurría
así con las primeras como el Archaeopteryx y el Hesperornis.
Como la mayoría
de los reptiles y aves vivientes, muchos dinosaurios construían
nidos y ponían huevos. En Montana, Estados Unidos,
se han encontrado restos que contienen tanto huevos como crías
recién salidas del cascarón. Las capas de nidos
superpuestas sugieren que los dinosaurios volvían, año
tras año, a los mismos lugares de anidamiento.
En Lourinha
(al norte de Lisboa, Portugal), un grupo de paleontólogos
descubrieron en junio de 1997 un nido de carnívoros bípedos
del jurásico superior que conserva más de 100 huevos
de estos animales, algunos de ellos con los esqueletos de sus
embriones. También, en ese mismo mes se descubrió
la cría de ave más primitiva del mundo en los Pirineos,
concretamente en la sierra del Montsec, en Lleida (España).
Se trata de un fósil que vivió hace 120 millones
de años, durante el cretácico. El nuevo pájaro
ha proporcionado información a los científicos españoles
para confirmar la teoría de que los pájaros modernos
son descendientes con plumas y de cola corta de los dinosaurios
terópodos.
Así
mismo, en mayo de 1997 un grupo de paleontólogos argentinos
informaban sobre el hallazgo de los restos fósiles del
dinosaurio más parecido a un ave que se haya descubierto
hasta la fecha. El descubrimiento ocurrió en la región
de la Patagonia argentina y le han dado el nombre de Unenlagia
cornahuensis, que significa 'medio pájaro del noroeste
de la Patagonia' en el idioma de los mapuche. Este descubrimiento
es una importante prueba que apoya la teoría, admitida
ya por la mayoría de los paleontólogos, de que las
aves actuales evolucionaron a partir de unos dinosaurios carnívoros
y bípedos, los terópodos.
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