Es una definición simplista. Soy el primero en reconocerlo. Pero eso es lo que mucha gente ve en la red. Sólo información. Lo mismo sucedió con Graham Bell y su nuevo invento: el teléfono.

Hoy en día es difícil mantenerse comunicado sin este aparatito. ¡Yo lo sé!. Por más de un año la Compañia de Telecomunicaciones de Chile me estuvo tramitando a la hora de instalar nuestro teléfono. ¡Cuántas veces me enteré de noticias importantes entre amigos sólo días despues, porque alguien que encontré en la calle me contó!. Es difícil imaginárselo, ¿verdad?.

Pero en un principio, era sencillamente un juguete de personas acomodadas, algo sin mucho futuro práctico. Lo mismo sucede hoy con Internet.

Si han visto mi página personal, verán que estuve en México, precisamente en Ciudad de México y Guadalajara, en casa de amistades todas hechas a través de Internet. Algo impensable hace unos años atrás. Tres o cuatro a lo mucho. Y somos grandes amigos con ellos. Tambien tengo amigos en EE.UU y Canada. Una hermosa gitana de las montañas canadienses con quien me escribo regularmente. Y así en otras partes del planeta.

Entonces, ¿qué es Internet?.

Prefiero llamarla comunidad virtual donde podemos hacer prácticamente lo mismo que hacemos en la vida diaria (salvo algunas excepciones obvias) sentados frente a una computadora. Desde ir a un shopping, comprar boletos para la ópera, encargar un CD de música a cualquier parte del mundo... ¡hasta revisar nuestro estado de cuenta bancario!.

Algunos opinan que nos hará seres menos sociables. Pero el ser humano ¡es sociable por naturaleza!. No reemplazará las relaciones personales como no lo hizo el teléfono, la televisión o las video-conferencias. Simplemente, nos ayudará a acercarnos más con quienes no podemos estar por asuntos de distancia.

¡Si hasta romances existen por Internet!. De personas que, en otras circunstancias nunca se habrían podido conocer, hoy en día forman parejas y hasta se casan. Por supuesto, no todas las historias son de cuento de hadas y también están las desilusiones y las rupturas sentimentales. Después de todo, también es un reflejo de lo que sucede en el otro lado de las pantallas: la vida real.

Aquí, la diferencia radica en que podemos hablar con cualquiera aún sin conocerlo de vista. Cuando dos personas son honestas, pueden llegar a conocerse mucho mejor y más sinceramente que si estuvieran frente a frente. No se tienen los mismos temores, las mismas angustias. Permite hacer ese primer acercamiento más fácil para quienes son tímidos o introvertidos.