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No llores tanto muchacha doliente,  
todas las cosas se van y se van  
como esta mañana las voces ardientes  
pasaron cantando para la ciudad.  
La vida es un poco cansante muchacha,  
nos duele, nos duele como una campana  
que vibra en el oro del amanecer,  
y cuando miramos por las avenidas  
oímos canciones y voces dolidas  
cantadas por hombres que no han de volver...  
 
 
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