RIMA XXVI

	Voy contra mi interés al confesarlo;
	      no obstante, amada mía,
	pienso cual tú que una oda solo es buena
	de un billete del banco al dorso escrita.
	No faltará algún necio que al oírlo
	se haga cruces y diga:
	Mujer al fin del siglo diez y nueve
	material y prosaica... ¡Boberías!
	¡Voces que hacen correr cuatro poetas
	que en invierno se embozan con la lira!
	¡Ladridos de los perros a la luna!
	Tú sabes y yo se que en esta vida,
	con genio es muy contado el que la escribe,
	y con oro cualquiera hace poesía.



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